Ahora…Bariloche. ADN

Impensado cuando comenzó el cronograma electoral provincial, darle a la elección municipal de San Carlos de Bariloche, del próximo domingo, la significación política que finalmente adquirió.

Dos temas confluyen para darle volumen a esta contienda electoral. La candidata del oficialismo es nada más ni menos que la Gobernadora Arabela Carreras y luego, Juntos tiene que retener el municipio y se pone a prueba en la ciudad más importante de Río Negro, vidriera nacional e internacional, con una controvertida gestión municipal. Además, el partido oficialista viene perdiendo votos y derrotado en elecciones municipales. Un triunfo vuelve a darle un nuevo aire de competencia.

Carreras eligió como destino, al dejar el Ejecutivo provincial, conducir los destinos de su ciudad, descartando otras opciones incuestionables y valederas.

Fue al barro (o a la nieve) y transitó y transita un camino que se construye a diario y para nada un lecho de rosas. No son tiempos normales, como nunca lo son en este país. Difícil para los oficialismos que en las elecciones les va mal y si ganan es por poco. Hay que sumar el impacto de la economía, con descontentos, saqueos y voluntades ciudadanas en busca de mesianismo.

De todos modos, esta elección es local, aun cuando la construcción personal del voto es compleja. Muchas veces la oferta electoral es subordinada por los problemas personales de cada votante, transversalizado por la economía, más aún en una ciudad de una amplia diversidad económica social.

Hoy no habría dudas de un posible triunfo de Carreras. Falta una semana. La apuesta es saber por cuánto ganará y cuántos concejales propios sentaría en el Concejo Deliberante.

Si hubiera apuestas abiertas no habría que descartar a Walter Cortés, no para ganar, pero si para obtener un segundo lugar. Un dirigente sindical muy conocido, un outsider, que desde hace meses todos los viernes reúne en el complejo deportivo de Empleados de Comercio, a un variopinto barilochense que comparte un encuentro gastronómico.

Carlos Aristegui no sumó como se pensaba. Campaña floja. Se quedó con el sector perdedor de Juntos por el Cambio, al jugar con Aníbal Tortoriello y Javier Acevedo, cuestionado asimismo por poner a la Cooperativa Eléctrica, en el terreno electoral.

Además, el presidente de la CEB y el titular de Empleados de Comercio, juegan un partido aparte y personal. Cortéz siempre tuvo como objetivo conducir la inefable cooperativa barilochense.

Precisamente cuando se enteró que Aristegui se presentaba como candidato a intendente no dudó en anticipar una futura pelea, ante todo el electorado de la ciudad.

El peronismo siempre tropieza con la misma piedra, y lo peor que se enamoró de la piedra y vuelve a competir dividido.

Andrea Galaverna y Ramón Chiocconi, disputarán el espacio peronista, más bolsones de aliados en Unión por la Patria y otros menesteres justicialistas.

Pablo Chamatrópulos endureció la verba, con el propósito de ocupar ese espacio disruptivo de Milei, pero esta lejos de poder hacerlo, a su vez, Lorena Villaverde, candidata de Libertad Avanza en Río Negro, advirtió que el partido no tiene candidatos en la elección municipal de Bariloche. De paso un mensaje para Facundo Villalba que compite por Primero Río Negro, con el logo de El León.

Nada de peso hay luego. Con el correr de los días se fue rearmando un rompecabezas electoral, donde Carreras pudo sumar a otros sectores, como Ezequiel Ojeda, de Nuestra Identidad Ciudadana y de Rodolfo Rodrigo, de Todos por Bariloche.

Una estrategia casi obligada por la falta de acompañamiento de Juntos a su candidatura, que transitó en soledad, Criticada por el propio intendente de su partido, Gustavo Gennuso y los ministros barilochenses y los legisladores andinos no estuvieron en la campaña.

Ahora …. Bariloche. Ese es el desafío para el próximo domingo, donde un triunfo de Arabela Carreras en la ciudad andina también ordena al gobierno provincial y planifica una transición diferente.