Un triunfo que habilita varias lecturas

(ADN). – Alguien dijo que la similitud más importante entre la política y el fútbol es el sentimiento de sus seguidores. La elección de ayer de General Roca, parece ir en ese sentido.

Carlos Soria perdió el 31 de agosto las elecciones provinciales con Miguel Saiz, sacó el 23.8 por ciento contra el 29.5 por ciento, del radical. Los mentideros de la época mencionaron que, al otro día, Carlos Peralta, amigo y dirigente peronista de Roca, le dijo: “Gringo tenés que presentarte a la municipalidad”. La negativa fue contundente.

Los mismos mentideros recordaron que el Gringo finalmente aceptó la idea y así se fue conformando casi una leyenda en el dominio político de la principal ciudad del Alto Valle.

Le ganó al candidato radical “Goyo” Martínez, 31,2% (11.470 votos) contra 30.5% (11.364 votos) y de esta manera se construye un proyecto basado en el localismo, en convocar a la fibra íntima del roquense y convocar a reconstruir un liderazgo regional que se había perdido (salvo la identidad que tuvo el veranismo con el radicalismo).

Roca se convirtió en un ejemplo a seguir (que aún hoy reivindica, por ejemplo, Aníbal Tortoriello de JxC) y le dio proyección provincial al peronismo, haciendo eje con Bariloche.

Carlos Soria volvió a presentarse en el 2007 y sacó el 70.29% y le ganó a José Luis Rodríguez, con 16,6%.

Ese liderazgo le permitió llegar a la gobernación en las elecciones provinciales del 2011 luego de ganarle César Barbeito, candidato de la UCR.

Lo demás es historia conocida.

Con el triunfo de ayer de María Emilia Soria, en Roca, el sorismo reedita aquellos años y busca generar un futuro hurgando en su propia historia, pero con un escenario diferente.

Los cánticos que se escuchan en la euforia electoral, siempre deben ser tenidos en cuenta en la política. Por ejemplo: “devuelvan el peronismo” con calificativos referidos a Martín Doñate y Sergio Hernández, presidente del PJ y quizás la referencia más concreta fue la consigna: “volvemos a Viedma dentro de cuatro años”, en clara referencia a una candidatura a la gobernación de María Emilia Soria, rescatando el legado familiar, incluso desplazando a su hermano Martín, en esa pretensión.

Pero hay otras señales. Las felicitaciones del presidente Alberto Fernández superan lo protocolar. Se mete en la interna provincial y manda mensajes a la pelea nacional, al tiempo que delega al sorismo la representación de su espacio en Río Negro, ante las preferencias de Doñate y Massa, con Weretilneck.

También toma fuerza la promesa de intervenir el Partido Justicialista de Río Negro, quizás previo a las elecciones nacionales de octubre.

El sentimiento y la defensa del pago chico se volvió a cotizar en las elecciones de Roca y entonces surge la pregunta: ¿este porcentaje es que se espera obtenga Silvia Horne en abril?