Actividades en Viedma contra la violencia de género

(ADN).- En Viedma también se conmemoró ayer el día mundial contra la violencia de género. Hubo actividades en la Plaza San Martín para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo, y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.

La fecha de la convocatoria (25 de noviembre) fue iniciada por el movimiento feminista latinoamericano en 1981, en conmemoración a la fecha en la que fueron asesinadas, en 1960, las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), en la República Dominicana.

En 1999, la jornada de reivindicación fue asumida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134, el 17 de diciembre de 1999, entendiendo por violencia contra la mujer «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada», e invitando a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a convocar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra las mujeres.

Este año es único. Incluso antes del brote de COVID-19, la violencia contra las mujeres y las niñas había alcanzado proporciones pandémicas. En el último año, 243 millones de mujeres y niñas han sufrido maltrato por parte de sus compañeros sentimentales en todo el mundo. Mientras tanto, menos del 40 por ciento de las mujeres que sufren violencia lo denuncian o solicitan ayuda.

Asimismo, paralelamente a la implementación de medidas de confinamiento por parte de los países para detener la propagación del coronavirus, la violencia contra las mujeres y niñas, especialmente la violencia en el ámbito privado, en algunos países, las llamadas a las líneas de ayuda se han multiplicado por cinco. En otros, las denuncias formales de violencia doméstica han disminuido por las dificultades de las supervivientes para pedir ayuda y acceder a los servicios de apoyo a través de los canales regulares.

Sin posibilidad de acudir a la escuela y sin empleo, los cierres de escuelas y las dificultades económicas han empobrecido a las mujeres y las niñas, haciéndolas más vulnerables a la explotación, el maltrato, el matrimonio forzado y el acoso.

En abril de 2020, mientras la pandemia se extendía por todo el mundo, el Secretario General de las Naciones Unidas hizo un llamado a favor de “la paz en los hogares”, y 146 Estados Miembros respondieron con una firme declaración de compromiso. En los últimos meses 135 países han fortalecido las medidas y los recursos para hacer frente a la violencia contra las mujeres como parte de la respuesta a la COVID-19.

Sin embargo, todavía es preciso realizar más esfuerzos.

(Foto: Pablo Leguizamón)