Detienen en Brasil a un prefecto que secuestró a Rodolfo Walsh

El ex prefecto y represor Gonzalo «Chispa» Sánchez, acusado de crímenes de lesa humanidad y de haber participado de los grupos de tareas de la Escuela Superior Mecánica de la Armada (ESMA) que secuestró al escritor y periodista Rodolfo Walsh en la dictadura cívico militar (1976-1983), fue detenido en Río de Janeiro, informó a Télam un portavoz diplomático.

«El «Chispa», vinculado a empresas pesqueras durante los años ’90, recaló a fines de esa década en San Antonio Oeste, donde se jactó de su pasado represivo y recibió una declaración de persona no grata por parte del Concejo Deliberante. A principios de los 2000, se profugó a Brasil, país en el cual eludió una orden de captura cursada por el juez federal Sergio Torres, a cargo de la instrucción de la megacausa ESMA.

Fue mencionado en las denuncias que formularon los sobrevivientes de ESMA en el exterior, ante la Conadep y en el Juicio a las Juntas, pero la sanción de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final evitó que enfrentara la acción de la Justicia en los primeros años de la recuperación democrática.

Sánchez fue detenido el lunes por la Policía Federal brasileña en la ciudad de Paraty, en el sur del estado de Río de Janeiro, por una orden de captura del Supremo Tribunal Federal de Brasil para extraditarlo a la Argentina.

El represor, de 69 años, fue detenido por orden del juez Luiz Fux, del Supremo Tribunal Federal que tramita la extradición y que, según fuentes de la justicia Argentina, ya fue concedida, por lo que comenzarán las gestiones para que sea trasladado a la Argentina.

Según detallaron a Télam, fuentes de la Cancillería, Sánchez sería trasladado a la ciudad de Foz de Iguazú, para quedar a disposición de la justicia argentina.

Desde la cartera que encabeza Felipe Solá aseguraron que se están desarrollando todas las acciones necesarias para que la extradición se haga efectiva a la «mayor brevedad posible».

En un comunicado, la Policía Federal de Brasil informó que Sánchez participaba también de los llamados ‘vuelos de la muerte’ para lanzar al Río de la Plata y al Océano Atlántico a secuestrados detenidos desaparecidos.

«El pedido de prisión preventiva para extradición fue formulado por la representación nacional de Interpol, con base en informaciones de las Alertas Rojas incluidas allí por las autoridades argentinas», indicó el comunicado.

«Era uno de los tipos que más estaba en ´Capucha´, el sector de le ESMA donde alojaban a los secuestrados que recién llegábamos. Siempre estaba con otro represor muy conocido, que era Antonio Pernías, a quien le decían ´Rata´», contó a Télam Carlos Loza, sobreviviente de ese centro clandestino de detención e integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), que querella en varias causas de lesa humanidad.

«Chispa» era, según los sobrevivientes, uno de los represores más jóvenes de la ESMA, y del temible Grupo de Tareas 3.3.2 de la Armada.

Testimonios de los sobrevivientes también lo ubicaban en la quinta de General Pacheco que fue una suerte de anexo del centro clandestino y donde fueron alojados varios detenidos.

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Sánchez había sido detenido en 2013 en la ciudad de Angra dos Reis, también en el litoral sur de Río de Janeiro, para extradición, pero en 2016 obtuvo la prisión domicilaria, de la que se escapó.

El represor se había radicado en Brasil para trabajar en la industria naval en el litoral de Río de Janeiro, pero un nuevo pedido de captura llegó en 2019 y el Supremo Tribunal Federal autorizó la extradición hacia Argentina.

El pedido de captura reciente fue realizado el 29 de enero por el ministro Fux, del Supremo Tribunal Federal, y ahora la decisión se encuentra en manos del Gobierno de Brasil.

Las instituciones involucradas en la captura del represor se encuentran en el primer plano de tensión política de Brasil.

El Supremo Tribunal Federal investiga esta semana a Bolsonaro por supuesta manipulación para controlar las investigaciones sigilosas de la Policía Federal.

Bolsonaro y su Gobierno reivindican a la dictadura brasileña, cuyos autores de crímenes contra la humanidad no fueron juzgados en virtud de la Ley de Amnistía de 1979, que permitió la transición democrática pero también una barrera para evitar procesar a los militares.ETIQUETAS