La grieta gremial se coló en la reforma del IPROSS

(ADN).- La UPCN salió a respaldar las reformas en la obra social provincial y desde la UnTER hubo cuestionamientos. Así, el mundo sindical estatal vuelve a quebrarse. El motivo de la disputa es un excusa, lo que está en juego es el reacomodamiento político frente al nuevo gobierno.

«Consideramos que la propuesta de modernización del IPROSS que proyecta implementar el nuevo gobierno y cuyos primeros pasos ya se están dando, lejos de atacar la autarquía o autonomía del organismo -tal como lo plantean dos de los gremios actualmente en el Consejo-, traerá mejoras en los controles y en la calidad de atención de la obra social provincial», aseguró el sindicato que lidera Juan Carlos Scalesi.

El problema es que las reformas aún no han sido publicitadas. Es más, lo único que se conoce hasta el momento es la idea global que plantea la gobernadora electa, Arabela Carreras, y fue ratificada por el próximo presidente del organismo, Alejandro Marenco.

Sin embargo, no hay un bosquejo de los puntos que abarcará la reforma.

«Los cambios estructurales requieren de tiempo, adaptación y observación para ir viendo los resultados. Las últimas medidas de la administración de la Obra Social fueron el reempadronamiento de crónicos; planes especiales y descartables, con implementación del ‘validador de coberturas en elementos medicamentosos’ dentro de la Institución y Vademecum propio que, aunque resistidos inicialmente por los afiliados, logró ser comprendido a partir del gran trabajo de los agentes del IPROSS y de la colaboración gremial», repasó la UPCN.

Y agregó: «También el cierre de los convenios con prestadoras como FECLIR Y CAPRESA, que funcionaban como verdaderas corporaciones médicas, operando en contra de los intereses de los afiliados, es un punto donde, como gremio, apoyamos el cambio. Estas y otras medidas fueron tratadas en el seno de la Junta de Administración, integrada por representantes de todos los empleados públicos y no solo de dos sectores reducidos en representatividad como ATE y UnTER».

Esta última frase encendió la furia del otro lado de la grieta.

«La UPCN con cerca de 16.000 afiliados se refiere a UnTER (18.000 afiliados) y a ATE (11.000) como sectores reducidos en representatividad?… habría que ver qué entienden algunos dirigentes por representatividad», contestó Paolo Etchepareborda, vocal gremial del IPROSS del sindicato docente.

Y cerró: «Genera dudas las vehemencia con la que sale a hablar y defender un proyecto que la mayoría de los/as trabajadores/as desconocemos».

La referencia no es a las acciones que viene desarrollando el IPROSS y enumeró UPCN, sinó a los cambios por venir: la creación de la gerencia general, por caso.

«Consideramos que si la incorporación de uno o mas funcionarios es necesaria en esta etapa para cumplir con los objetivos planteados en la reforma del organismo, esto no representa un destrozo a la economía del IPROSS, aún cuando lo que se está proponiendo es una variante en la estructura de conducción», dijeron desde UPCN.

Sin embargo, advirtieron: «este gremio considera que en vistas al actual estado de cosas y los cambios propuestos, no está en riesgo ni la autonomía ni la autarquía del organismo y que de estarlo (solamente posible a través de una reforma en el ámbito legislativo) seria un suicidio institucional para la previsión social de los agentes públicos. Además, hay un ámbito nacional, la Cámara de Obras Sociales Provinciales de la República Argentina (COSPRA), donde un tema de éstas características no pasaría desapercibido y mucho menos sin críticas, ya que sería inviable el funcionamiento de una Obra Social Provincial que no sea autónoma e independiente del resto de la Administración Pública».