Aliviar tensiones.ADN

Hay que desactivar conflictos. El gobierno trata de encaminar un año sin mayores tensiones y entonces procura que el tema salarial no deje mayores secuelas que las habituales cuando se discuten aumentos de sueldos.

Cuando habla sobre este tema, Weretilneck ahora tiene otro tono al imperativo de otrora. Dijo que si los docentes hacen un paro al comienzo de clases «están en su derecho» y que el 15 por ciento que ofrecerá en paritarias a los estatales es lo único que se puede, pero deja puertas abiertas. No hay verbo duro.

Aclaró que ese porcentaje no es porque haya sido impuesto por el gobierno nacional o porque esté de moda, sino que se ajusta a los números de la provincia sin endeudarse y a la vez trata de decirles a los gremios que «hay independencia» de las directivas nacionales sobre las paritarias, un tema que le significó varias críticas.

Hay muchas señales de buena predisposición para avanzar en la discusión del aumento salarial, pero la más importantes es que el Ejecutivo está dispuesto a volver a revisar el comportamiento de la inflación para septiembre. Un avance importante, sin hablar de cláusula gatillo, que tanto molesta al presidente Mauricio Macri.

De esta manera ese 15 por ciento que se ofrece se convierte en piso y los gremios que reclaman desde un 25 al 28 por ciento, tendrían la oportunidad de discutir un resto para fin de año.

Hay buena predisposición. Incluso la reunión prevista con UPCN y ATE, será por separado. Otro gesto.

A la idea inicial de sentarlos juntos en la mesa de la Función Pública, ahora se informó que Weretilneck recibirá el jueves, a las 15, a UPCN y una hora más tarde, a ATE. Gestos que sirven y aflojan tensiones.

Por su parte UnTER también dio señales en ese sentido. Tenía previsto un Congreso para mañana donde está latente un paro de 48 horas para el inicio de clases, previo a la reunión de la paritaria del martes, donde la ministra Mónica Silva ya adelantó que la propuesta salarial es del 15% sin cláusula gatillo.

Postergar el Congreso significa al menos que primero se escuchará y avanzará en la discusión, antes de largar un paro, sin que se descarte la medida de fuerza.

Las conversaciones informales con los gremios pareciera que han dado resultados y se llega al debate salarial más distendidos.

El gobierno no quiere enemistarse con sus empleados. No desea comenzar el año con medidas de fuerza y trabajadores en la calle. Se pronostica un fuerte clima preelectoral y además no tiene la fortaleza de otros tiempos. Hay poco margen para sumar adversarios.

Juntos Somos Río Negro se reunió en Bariloche y también piensa en las elecciones a gobernador. No hubo mayores sorpresas y no se escuchó nada que no se hubiera dicho antes o nada desconocido. El gobernador no fue para permitir catarsis y críticas. Nada pasó.

Se volvió a coincidir en que todo el esfuerzo debe estar en la gestión, como única garantía de triunfo. Se hizo eje en que el Plan Castello, debe ser la columna vertebral y el motor del éxito. Hasta ahora este proyecto que pregona el gobierno es sólo una secuencia de licitaciones públicas, casi sin respiro, que superpone informaciones y satura los canales de difusión. Se reiteran viejas y conocidas fallas comunicacionales.

Juntos quiere volver a la movilizar al gobierno y a la militancia, retemplar los ánimos y volver a soñar. Aún ante el peligro de caer en falsos optimismos, se piensa en que es posible ganar solos en los comicios provinciales.

Hay tres factores a definir, que forman parte de una sola ecuación, interrelacionadas y dependientes entre sí: 1) fijar las fechas de las elecciones, 2) que el gobernador defina su futuro (senador o diputado nacional) y 3) elegir la fórmula para el 2019.

De la conjunción y la definición de estos tres componentes se puede condicionar el futuro, como causantes de la evolución o transformación de los hechos a suceder.

Hoy no hay fechas de elecciones, el gobernador no puede postularse para una reelección, salvo que se modifique la Constitución y no hay candidatos.

Este no es un tema menor y desvela a más de uno.

En el oficialismo disimulan esta situación señalando que “falta mucho para las elecciones”. Es cierto, pero también es poco tiempo para instalar un candidato. Hay quienes dicen que Weretilneck hizo dos ofrecimientos que fueron rechazados.

Los dirigentes de Juntos, militantes y adherentes de las más variadas vertientes sienten desprotección cuando piensan en que Alberto no puede ser el candidato, hay escalofrío y preocupación. En este punto es cuando resurge la esperanza de la reelección y esperan la jugada magistral que deje a todos mudos.

El vicegobernador Pedro Pesatti, puso el punto en análisis. Lo hizo en un reportaje periodístico -durante la semana- donde señaló que el camino a transitar por JSRN, es el de la unidad. “Cohesión” fue la palabra utilizada y advirtió sobre conductas internistas para evitar el “desbande”.

Puso énfasis en que “si las banderas de Juntos marchan bien alto no hay posibilidad ninguna de que puedan ganarnos” y destacó la necesidad de reafirmar la defensa de la integración provincial, el federalismo y la autonomía, lejos de cualquier compromiso con el gobierno nacional y de la oposición.

El mensaje es claro: el candidato es el proyecto, un concepto que trata de proteger los principios fundacionales de Juntos.

Esta definición del vicegobernador no es neutra. ¿Desde qué lugar lo dice? Desde la autoridad que le da su lealtad permanente, donde cada acción o verbo guarda fidelidad y evita lesiones, aun cuando es un dirigente con pensamiento propio.

Hasta el momento el candidato es el proyecto.