El camino de la consulta popular

(ADN).- El gobernador Alberto Weretilneck analiza echar mano al recurso a la consulta popular y poner blanco sobre negro en el tema de la radicación de la usina nuclear en el litoral marítimo provincial. Podría haber un anuncio inminente. Quiere evitar que se profundice «la grieta» que comenzó a producir este proyecto en la sociedad rionegrina, principalmente en la capital provincial, pero que tiene reflejos en todo el territorio, sobre todo en la cordillera sensibilizada por la preservación del medio ambiente.

La licencia social es el camino y el mandatario desea llevar tranquilidad a la población en cuanto a que «la consulta al soberano» es la mejor opción. Ya lo había adelantado el vicegobernador Pedro Pesatti, en un reportaje de la semana pasada en Radio Patagonia, cuando dijo que «nosotros nunca tomamos decisiones en contra de los rionegrinos y sobre la planta nuclear vamos a consultar…»

Quedan pocas semanas para las PASO y el resultado electoral también permitirá deducir el impacto que tiene este tema en la población. En Viedma las repercusiones fueron importantes y quienes están en desacuerdo con esta radicación se hicieron escuchar, pero a la par no se puede merituar el grado de aceptación que tiene, en tanto no hubieron manifestaciones en ese sentido.

El gobierno desea que la radicación de la usina nuclear tome otro cariz y que se plantee en otros niveles de debate. Se reconoce que falló la comunicación, que hay falta de información e incluso que la visita de algunos periodistas a la central de Atucha, fue contraproducente.

Ayer el gobernador estuvo en Sierra Grande. Consultado el intendente Nelson Iribarren sobre su reunión con Weretilneck, sólo se limitó a responder que «tratamos temas institucionales y le formulé algunos pedidos para la localidad».

No hubo más información, aunque se puede deducir que se conversó sobre la planta. Como se sabe, Iribarren quiere que esta radicación se cristalice en Sierra Grande y argumenta que la situación económica de toda la región, que incluye a San Antonio y Valcheta, requiere de un proyecto de esta naturaleza para la ocupación de la mano de obra y un futuro desarrollo tecnológico a partir de las empresas satélites de servicio que se puedan instalar.