“Vuelvo al barro y a la política”, dijo Huentelaf

(ADN).- “Vuelvo al barro y a la política”, dijo Juan Huentelaf ante un grupo de empleados del Tribunal de Cuentas al anunciar su renuncia como vocal del órgano de control externo rionegrino. Previamente había enviado un mail interno comunicando su alejamiento del cargo, aunque estará en funciones hasta el 30 de noviembre.

El vocal del Tribunal informó que hizo conocer su renuncia al gobernador en una entrevista con el mandatario y que la dimisión fue dirigida al vicegobernador Pedro Pesatti, quien la aceptó.

Según pudo conocer ADN, Huentelaf aclaró que retornará a la política. No dijo en que ámbito, pero con seguridad a trabajar en el justicialismo junto al intendente de Roca, Martín Soria, ya que siempre integró el círculo íntimo del ex gobernador Carlos Soria, quien lo trajo a Viedma para formar parte del gobierno en diciembre del 2011, primero como presidente de la compañía de seguros Horizonte, donde tuvo un polémico y controvertido desempeño, y aún es recordado por su accionar persecutorio contra el personal jerárquico y empleados del organismo, y luego pasó a desempeñarse como vocal del Tribunal de Cuentas de la provincia.

Frente a un grupo de empleados, brindó argumentos sobre su renuncia. Se refirió, entre otros, a los permanentes viajes a General Roca, donde tiene su residencia y fundamentalmente que en esta función “me siento enjaulado y quiero volver a la política”. Recordó su primer contacto con la actividad política en un acto masivo en General Roca, a los 12 años, cuando el ex presidente Arturo Illia visitó la ciudad, en 1962, para colocar la piedra fundamental de la obra del puente de Paso Cordova.

“Vuelvo al barro”, reiteró Huentelaf usando una metáfora de la jerga política para referenciar la militancia barrial en el territorio.

Huentelaf y su colega Erika Acosta, ambos íntimamente ligados a Carlos Soria, tuvieron en sus comienzos de la gestión una delicada relación con el Ejecutivo provincial y siempre se interpretó que seguían “recibiendo órdenes de Roca”.

El tema más polémico se planteó cuando el Tribunal de Cuentas resolvió no aprobar las rendiciones de cuentas de la Legislatura de septiembre a noviembre del 2011 correspondientes a la partida «Bienes y servicios sin discriminar sin cargo de rendición» (fondos reservados) y luego en otro expediente, amplió la objeción a diciembre del 2011, primer mes en que gobernó el Frente para la Victoria y durante el cual Alberto Weretilneck fue vicegobernador y presidente de la Legislatura.

Esta decisión no sólo comprometía al gobernador sino también al desaparecido vicegobernador Carlos Peralta, y a otros titulares del Poder Legislativo y presidentes de bloques: Bautista Mendioroz, Magdalena Odarda, Pedro Pesatti, Adrián Casadei, Claudio Lueiro, Facundo López, Inés Lazzarini, Osvaldo Muena, Luis Bardeggia, Elvis Cides, Fabián Gatti, Manuel Vásquez, Nelson Cortés y Mario De Rege. Ariel Rivero, redujo el monto correspondiente a los legisladores y los bancarizó.

El tema de los gastos reservados tuvo una presentación judicial y tornó ríspida la vinculación del Tribunal con legisladores, a punto tal que Tanía Lastra (JSRN) denunció penalmente a Huentelaf, por agresión en un intercambio de palabras en el hall de la Legislatura.

Fue un punto de inflexión de una relación tirante con la política en general, que se fue distendiendo primero con la incorporación de María Dolores Cardell, una abogada cipoleña de confianza de Weretilneck, en reemplazo del renunciante Mario Sabbatella y luego por las diferencias que comenzaron a surgir entre Huentelaf y Acosta, que hicieron que la vocal comenzara a tejer lazos de comunicación con los operadores políticos más cercanos al gobernador, hasta ofrecer total confianza al Ejecutivo.

Ahora se abre una instancia de análisis y negociación en el gobierno para designar al vocal del Tribunal de Cuentas, que reemplace a Huentelaf, un tema que pertenece a la intimidad del poder. Podría surgir de las filas de Juntos Somos Río Negro, de la propuesta a un extrapartidario o del ofrecimiento personal de Weretilneck a una persona de su confianza, independiente de su filiación política.

¿El Frente para la Victoria pedirá el lugar?