Se trata hoy la Ley Antidespidos. El macrismo analiza no asistir a la sesión

El interbloque de Cambiemos evaluaba anoche facilitar la sanción sin cambios de la ley, como una manera de precipitar el veto presidencial y ponerle un punto final a la discusión.

Para hacerlo, el oficialismo optaría por la abstención, lo que permitiría la aprobación del dictamen de mayoría, firmado por el Frente para la Victoria (FPV) y el Bloque Justicialista. De esa manera, nunca llegaría a tratarse el dictamen del Frente Renovador y el proyecto tampoco debería volver al Senado.

El presidente Mauricio Macri, detallaron diputados al tanto del plan que analiza la bancada de Cambiemos, dictaría el veto el mismo jueves, y el Congreso no podría insistir para sancionar la ley, dado que la oposición no alcanza los dos tercios en la Cámara de Diputados.

«Puede cambiar. Pero a esta hora la estrategia es ésta», dijo al diario La Nación un diputado oficialista antes del arranque de la reunión de bloque de Cambiemos, programada para las 20. Con la conducción del presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, y de los jefes parlamentarios del oficialismo, Mario Negri y Nicolás Massot, en ese encuentro iban a terminar de definirse los pasos a seguir.

Las ventajas para Macri son claras. En primer lugar, evitaría que se prolongue la discusión por la ley antidespidos, un debate que daña al Gobierno y que le impide instalar una agenda legislativa positiva, como la de los proyectos de devolución de IVA a los sectores más vulnerables y de libre acceso a la información pública. Esas dos iniciativas se tratarán en la sesión de hoy, pero quedaron invisibilizadas por la disputa de la emergencia laboral.

En segundo lugar, Macri debería vetar el proyecto empujado por el kirchnerismo, lo que le resultaría políticamente más cómodo. Si bien puede intentar frenarla en el Senado, la propuesta de Massa es peor para la Casa Rosada. En lo económico, porque los beneficios para las pymes implican un costo fiscal muy alto y, en lo político, porque si la vetara, el Presidente pagaría el costo de estar anulando una ley del sector de la oposición que el Gobierno califica como «racional».

El costado negativo de la nueva estrategia es que, así como le cargaron la derrota de la frustrada sesión del jueves pasado, si se aprobara la ley, el FPV podría anotarse una victoria: el kirchnerismo habrá sido el artífice del primer veto presidencial contra una norma reclamada por todas las centrales sindicales. El perdedor sería Massa, que quedaría corrido de su lugar de árbitro.

Los principales dirigentes de Cambiemos no quisieron confirmar la estrategia. «Nosotros estamos en contra desde el comienzo», se limitó a decir Massot, mientras entraba a paso ligero a la reunión de Labor Parlamentaria, cuando los periodistas le preguntaron si la bancada del Pro analizaba la abstención en la votación del proyecto.

En ese encuentro se definió el orden de los temas a tratar durante la sesión, convocada para hoy al mediodía. Se prevé un debate de más de 30 horas y el proyecto antidespidos figura en tercer lugar, después de las iniciativas de devolución de IVA y de acceso a la información. El debate por la emergencia laboral podría darse después de la madrugada, al menos si no avanza el reclamo opositor para cambiar el orden de los temas. Massa quiere que se trate primero para dejar expuesta la jugada del oficialismo.

En una intensa ronda de consultas con distintos sectores, el presidente del bloque kirchnerista, Héctor Recalde, recibió ayer en su despacho a Massot, pero no trascendió si hablaron del tema. El FPV sí reclamó que el oficialismo evitara incluir en la sesión un proyecto de resolución, presentado por Pro, para habilitar un allanamiento a Julio De Vido, en una causa por presunta corrupción.