Adjudicatarios de lotes del barrio 22 de Abril reclamaron ante el municipio por la usurpación de viviendas

Un nutrido grupo de vecinos adjudicatarios del loteo de 382 terrenos del barrio 22 de Abril, se movilizó hasta la municipalidad de Viedma, para reclamar ante el intendente una solución a la usurpación de 90 viviendas correspondientes al Plan Techo Digno, prácticamente terminadas, pero sin las obras de los servicios correspondientes. Piden que se recuperen las casas y que se entreguen a sus postulantes.

Una delegación de los manifestantes fue recibida por el intendente José Luis Foulkes y funcionarios municipales. Aún no hay información del resultado del encuentro.

Estos vecinos piden una solución por cuanto tienen un terreno en el barrio donde se levantaron 202 unidades habitacionales del programa Techo Digno, con financiamiento nacional, y esperan el sorteo correspondiente para acceder a la vivienda propia.

A última hora de la tarde del lunes, vecinos de la zona aledaña al Barrio 30 de Marzo, en el límite de Mi bandera y Lavalle, luego de romper los alambrados que circundan el barrio 22 de Abril, tomaron 90 casas del plan de 202 viviendas.

Todo el barrio está loteado y con adjudicatarios, por cuanto se generó una situación que tiene como protagonistas del litigio a vecinos carenciados, sin viviendas y en las mismas condiciones sociales y económicas.

Los adjudicatarios defienden lo que les pertenece y los usurpadores reclaman una vivienda, ya que entienden que las unidades habitaciones están terminadas y sin ocupar, sin dar crédito a que faltan los servicios que están demorados por falta de presupuesto.

Vecinos que se concentraron frente a las puertas de acceso al municipio hicieron conocer “su bronca” por la situación y denunciaron a ADN que “los usurpadores rompieron canillas y otros elementos de las viviendas y que del obrador de las empresas constructoras se llevaron artefactos de cocina y baños que faltaban instalar”.

Todos tienen la misma necesidad: la falta de una vivienda. Este enfrentamiento es estéril frente a la necesidad del acceso a la tierra y a una casa familiar y la solución está en manos de las autoridades sin distinción de poder y jurisdicción.