En Bariloche, el mercado laboral sigue muy atado al turismo

Bariloche.- El desempleo es una preocupación en el sector público y privado de Bariloche. Los saqueos del 20 de diciembre volvieron a poner el foco en esta ciudad donde 43,6% del producto bruto interno (PBI) está dado por el turismo y que tiene unas tasas de desocupación y subocupación que, sumadas, ascienden a 20% de la población activa.

El factor determinante de los violentos saqueos de diciembre no fue la falta de empleo, pero la situación laboral se acopló a la organización y el trasfondo político que derivó luego en la suspensión del intendente Omar Goye. Sin embargo, el sector empresarial, el estatal y los sindicatos coinciden en que se debe ampliar la economía local para generar empleo por fuera de la monoindustria del turismo, muchas veces afectada por elementos externos que complican la economía regional.

Bariloche no cuenta con estadísticas oficiales de ningún tipo. Sólo hay números en el ámbito privado: el Grupo de Estudios Nutriente Sur realiza mediciones periódicas de empleo e inflación con las que se rigen en el ámbito local para las negociaciones salariales.

El último informe data de septiembre y ubica la tasa de desempleo en 9,63% y la subocupación, en 10,27% (se computan en esta tasa las personas que reciben planes sociales). Ese casi 20% que suman ambas tasas se mantiene desde 2005 y sólo ha logrado bajar 2 puntos en 2010.

«La falta de empleo es un problema, pero sobre todo lo es la falta de capacitación para acceder al empleo», señaló a LA NACION Mariano Giménez, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Bariloche.

También el gerente de Empleo y Capacitación Laboral de Bariloche, dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Alejandro Soraides, coincidió en la problemática local: «Bariloche nació como una comunidad de montaña, pero por su posición estratégica se convirtió en una gran ciudad y tiene sus problemas. Le faltan patas a esta mesa; se debe diversificar la industria para que tengamos más opciones de empleo», indicó.

Por su parte, Ovidio Zúñiga, ex diputado nacional y referente de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), remontó la problemática de la falta de empleo a 2008.

2009, con la crisis del turismo por la gripe A: «No se han generado empleos en los últimos años y eso se agudiza cada vez más, porque Bariloche es un punto atractivo para venir a buscar trabajo y tiene ahora una migración interna de la región sur de Río Negro severamente afectada por las cenizas volcánicas en el campo».

La consolidación del Polo Productivo y Tecnológico es la salida a la monoindustria del turismo que encuentran válida tanto el Estado como el empresariado. Sin embargo, diversas demoras administrativas no logran hacer prosperar el proyecto que pretende potenciar la instalación de industrias limpias con base tecnológica, tomando como referencia la excelencia tecnológica de la empresa estatal Invap, que construye aquí satélites, radares y reactores nucleares de exportación.

Giménez apuntó que la consolidación de las industrias limpias y sustentables desplazaría la monoindustria del turismo, que «definitivamente no resuelve nuestra situación económico-social», y agregó que el desarrollo de obra pública con infraestructura de base que requiere la ciudad para su impulso sumaría a otro sector de la población con la generación de fuentes de trabajo.

La dependencia de la actividad turística -que esta temporada de verano repuntó con una afluencia récord de visitantes- lleva a que el sector aporte 43,66% del PBI local cuando, a nivel mundial, en promedio, representa 9,4%, según datos de la Organización Mundial del Turismo. La representación de la economía del turismo, sin embargo, no se traduce de manera directa en la generación de empleos de las 65.000 personas de la población económicamente activa.

Según información de la Cámara de Comercio e Industria, de 4859 actividades económicas habilitadas, 48,5% corresponde al comercio mayorista y minorista, que otorga el 32% de puestos de trabajo, mientras que las actividades turísticas (hotelería, gastronomía, agencias de viajes, transportes receptivos, entre otros) agrupan al 12% de los trabajadores y un 9% la construcción. El Estado, por otra parte, genera el 12% de puestos laborales, sin incluir educación y salud, que entre ámbito público y privado cubre el 11,5% de los empleos.

A nivel estatal, la Oficina de Empleo, dependiente del Ministerio de Trabajo pero coordinada por la municipalidad, cuenta desde junio de 2008 con un registro de personas desocupadas o que buscan mejorar su empleo que asciende a 8320 historias laborales. Este organismo prioriza la preparación de jóvenes de 18 a 24 años para ingresar al mundo del trabajo, a través de capacitaciones rentadas del programa Jóvenes Más y Mejor Trabajo; mientras que se suman otras prestaciones para el desarrollo de emprendimientos productivos, que suman una inversión anual de 5 millones de pesos.

A raíz de la crisis de las cenizas volcánicas de junio de 2011 se crearon además decenas de cooperativas de trabajo bajo el plan Argentina Trabaja, que coordina el Ministerio de Desarrollo Social con una contraprestación de 1200 pesos mensuales para 1000 beneficiarios, un monto que cubre la mitad de la canasta básica alimentaria. Ésta asciende en Bariloche a 2342 pesos mensuales, según Nutriente Sur.

En este sentido, el dirigente de Uthgra apuntó que «el problema de Bariloche no se revierte en la medida en que no se generen empleos genuinos», y cuestionó los planes de trabajo que otorgan escasos recursos y no ofrecen solución a la problemática.

 

LA NACION