Confusión o estrategia. ADN

Muchas veces la política se mueve con estos parámetros y el éxito o el fracaso transita por ambos.

El gobierno nacional genera confusión. Y aquella estrategia preelectoral no aparece al menos en superficie.

La verba agresiva que baja desde los niveles más altos hacia los gobernadores, legisladores e incluso a nivel internacional contra el presidente de Colombia, quien, según Javier Milei, es “un comunista y asesino”, no favorecen la convivencia democrática y, es más, atenta contra sus propios intereses, como se observó en el tratamiento de la Ley Ómnibus en Diputados.

Ante este destrato y agresividad ganó la política. Puso orden.

La misma política tan cuestionada por los libertarios, generó límites cuando el gobierno nacional colocó a gobernadores en la vereda de los enemigos, por la actitud crítica de diputados y senadores con el DNU y la Ley Ómnibus.

“Se acabarán las partidas discrecionales del gobierno nacional a las provincias”, fue una de las amenazas, si no se votan las iniciativas nacionales.

Milei alega que fue votado por la gente para aplicar sus medidas gubernamentales, pero la gente también voto en cada provincia a los gobernadores, diputados y senadores y además con un mandato: defender cada territorio nacional.

Tuvo su respuesta. El miércoles el país asistió a numerosas manifestaciones en el marco del paro general convocado por la CGT. La gente salió a la calle, incluso muchos de los que lo votaron. Familias que guardaron el auto y sacaron la bicicleta, otros que se fueron a vivir a la casa de sus padres, jubilados golpeados por la inflación, trabajadores en el subconsumo y muchos más. No son desestabilizantes, ejercieron el derecho constitucional de peticionar. Un alerta para el gobierno nacional y también para el Ejecutivo provincial.

La confusión persiste. El gobierno retiró el paquete fiscal de la Ley Ómnibus, luego de tomar nota que en Diputados sufriría una derrota, porque desde el bloque pichettista, del PRO y los radicales, más la mayoría de los gobernadores, esta cuestión fiscal no pasaría, sobre todo retenciones y ley jubilatoria, sumados a la oposición de UxP y la izquierda.

El gobierno cortó camino, retiró el paquete fiscal, y dejó libre el escenario para la votación del martes. Evitó una derrota aplastante en Diputados que le hubiera limado el poder a Milei.

Una duda convoca: ¿qué facultades delegadas le otorgarán a Milei? Porque los temas fiscales hoy retirados podrían volver, sin pasar por el Congreso.

En este contexto se desenvuelve el gobierno rionegrino.

No fue la mejor semana para Alberto Weretilneck. El lunes pasado la sociedad rionegrina recibió la noticia que el mandatario había sido sometido a una angioplastia y colocación de stent, por una afección coronaria, padecimiento “de libro” para situación de stress y agotamiento laboral.

Weretilneck fue dado de alta a las 48 horas, con “las indicaciones y recomendaciones pertinentes”, según el parte médico de la Federación Médica de Río Negro y Neuquén, adonde fue atendido. Volvió al trabajo.

El gobernador escuchó la amenaza del Presidente, de dejar a las provincias “sin plata”. Los aportes de Nación llegan por dos caminos: la coparticipación, donde se liquidan los porcentajes correspondiente de la recaudación de impuestos y las partida discrecionales, o sea enviar estos fondos es un atribución discrecional del Presidente. El tema es que muchos de estos recursos, a partir de su habitualidad, aparecen como si fueran fijos e intocables, y automáticamente se suman al presupuesto.

También el viernes, desde el gobierno nacional señalaron que las provincias no podrán acudir a los “adelantos de coparticipación”, por ejemplo, para pagar sueldos. Sólo se dispondrá de estos recursos cuando llegue la “copa” antera.

La confusión hace a la estrategia y el gobierno rionegrino transitó entre el pragmatismo puro y los movimientos de oscilación con los dialoguistas, como Agustín Domingo y Facundo López, y los más severos en preservar los derechos de las provincias, como Pedro Pesatti.

Mientras tanto Weretilneck desde el ámbito de los gobernadores pidió que “dejen de apretar”, siempre atento a ver si puede poner un canal de diálogo con el gobierno, que hoy no se visualiza. Juega de memoria en el terreno pragmático y divide a sus alfiles en opiniones antagónicas para no quedar atrapado en la grieta, y tener siempre una posibilidad de negociación con los sectores nacionales en pugna.

Su principal aliado del gran acuerdo, el senador Martín Doñate, conocedor de los movimientos del cipoleño, advirtió: «defender a Río Negro es rechazar la Ley Ómnibus». No dio margen a medias tintas ni dialoguismos con el paquete de medidas de la Casa Rosada.

Confusión o estrategia. Milei no genera espacio para la negociación y el diálogo y a pesar del retiro del paquete fiscal, quedan otros temas como los superpoderes, la eliminación del 40% de la Zona Austral, en los sueldos y jubilaciones patagónicas y sobre todo el ajuste sobre las provincias.

De qué manera se puede parar el gobierno provincial frente a las políticas nacionales. Sin dudas hay un marco referencial que es cuidar la gobernabilidad y la institucionalidad, pero donde no hay diálogo lo demás se presenta como difícil.

Hay un universo conceptual en las ideas. Por ejemplo, el PRO de Río Negro no duda, porque conceptualmente está a favor de las medidas del Presidente, en la UCR, el ARI y Juntos, confusión, para el resto de los sectores peronistas oposición.

Milei pone en duda incluso la remanida frase “no vamos a poner palos en la rueda”, porque pierde sentido cuando los palos son propios. ¿Qué significa en este momento especial del DNU y la Ley Ómnibus? Resignación o límites.

Está visto que, por ejemplo, en el Plenario de Diputados, aun habiendo obtenido el dictamen de mayoría, el gobierno prefirió retirar el paquete fiscal, antes de aprobar el retiro de las retenciones y la reforma jubilatoria.

Poner límites, tiene sus efectos. No es poner palos en la rueda no aprobar superpoderes que ningún presidente constitucional argentino pidió. La política es consenso, es la síntesis de dos ideas, pero nunca la prevalencia de una sobre otras, eso es autoritarismo.

El gobierno nacional dejó a Domingo sin argumentos, porque aún las disidencias expresadas en Diputados, no tuvieron los resultados esperados, porque ahora habrá que ver el tratamiento en la Cámara.

Mientas tanto en el Senado la oposición se prepara para votar en contra del DNU y la senadora rionegrina de Juntos, Mónica Silva, ya se expresó en contra. Previamente había pedido ajustes al proyecto de Boleta Única, que le significó cuestionamientos desde el oficialismo.

“Cuando la Argentina perdió a la Patagonia”

En 1984, el ingeniero Salvador San Martín, nacido en Lima, provincia de Buenos Aires, y rionegrino por adopción, escribió un cuento titulado “Cuando la Argentina perdió a la Patagonia”.

El relato refiere al recurso energético de la región y la amenaza de golpear al poder decisorio de la Nación “centrado en veinte manzanas de la capital federal, ubicadas entre el puerto y las calles Bolívar, San Martín a lo ancho y la avenida Independencia por un lado y la central”, dejándolas sin luz ni gas.

El argumento básico del cuento parte de la toma y posesión por comandos suicidas integrados por ciudadanos patagónicos, bajo instrucciones del gobierno previsional de los Estados Unidos de la Patagonia, de las centrales El Chocón, de Cerros Colorados (Planicie Banderita y desvío de Mari Menuco) de Alicurá, de la central de Arroyito y de Confluencia, de las plantas comprensoras de gas natural de Loma de la Lata, Pico Truncado y Cerro Cóndor.

El relato tiene un eje federal de reclamo al gobierno de la República Argentina para que reconozca al Gobierno Provisional de los Estados Unidos de la Patagonia y lo acepte como país asociado.

Milei, lo hizo. Reapareció el cuento de San Martín de manera figurada, potenciando los recursos que la Patagonia entrega a Nación, suficientes “como para vivir independientes”.

Posiblemente el vicegobernador rionegrino Pedro Pesatti y el mandatario chubutense Nacho Torres, se inspiraron en este cuento para responder a las agresiones del Presidente de la Nación.

Vale entonces una reflexión que hizo en su oportunidad el ingeniero San Martín, sobre su cuento, de integrar a la Patagonia con justicia al cuadro de la Nación: “cuántas veces cansados del centralismo y de las trabas que se colocan para que la Patagonia pueda desarrollarse, cuántos rionegrinos, chubutenses o fueguinos no imaginaron una región independiente con futuro promisorio por la conjunción de sus recursos naturales y humanos. Por eso ningún patagónico quiere la segregación de la Patagonia, pero sí hacer un llamado de atención y para arrancar alguna vez con un país federal en serio”.