Debate: desparecidos, Maldonado y Montoneros

(ADN).- El debate presidencial mostró un pico de tensión a la hora de abordar las políticas de Derechos Humanos, parte del tercer eje temático y el primero en la historia en ser votado por el público: » Derechos Humanos y Convivencia Democrática». Javier Milei subió la apuesta al negar los 30.000 desaparecidos, vincular la política de DD.HH. del kirchnerismo a «curros» y corrupción. Myriam Bregman lo cruzó al acusarlo de negacionista y cargó contra Patricia Bullrich por casos recientes de violencia policial: «¿Y Santiago Maldonado?, ¿y Rafael Nahuel, asesinado por la espalda?, le reclamó.

Con la modalidad de 2 minutos de exposición por candidato para luego pasar a eventuales réplicas de sus contendientes, la primera en tener la palabra fue Patricia Bullrich que se distanció de las acusaciones por guerrillera que son vox pópuli a raíz de su participación en Montoneros cuando era menor de edad. Al respecto aseguró: «Yo aprendí que la única manera de hacer política es en paz y en conviencia. Todo lo que sucedió (en los ’70) fue una tragedia que nunca más puede suceder en la Argentina. Por eso, elegí el estado de derecho. Todo el día están diciéndome que yo usé la violencia, yo no la usé, yo participé de una organización juvenil» y puso como ejemplo a otros líderes políticos que en su juventud participaron de organizaciones violentas como el sudafricano Nelson Mandela y el uruguayo Pepe Mujica.

Acto seguido, se refirió a la convivencia democrática con consignas «Basta de piquetes, basta de hacer de la vida de la gente una convivencia imposible, basta de toma de tierras», a lo que Myriam Bregman le retrucó: «Patricia Bullrich hablando de convivencia democrática…¿Y Santiago Maldonado?, ¿y Rafael Nahuel, asesinado por la espalda?» al tiempo que la acusó de esconder que todas sus propuestas incluyen represión. Subiendo la apuesta, le adelantó que desde la izquierda seguirán apoyando los reclamos de trabajadores despedidos o madres a las que les recortan la cobertura social por discapacidad, entre otros.

Bullrich aprovechó rápidamente la mención a Maldonado para escalar y le replicó: «Quiero mandar un abrazo grande a los gendarmes que fueron absueltos» y remarcó que «lo único que habían hecho era cumplir con la ley y con el deber» tal y como falló el juez Gustavo Lleral que sobreseyó a los gendarmes imputados.

A su turno, Juan Schiaretti recordó que recibió tiros cuando a sus 20 años era dirigente estudiantil y debió exiliarse porque quería matarlo «la dictadura genocida». Acto seguido remarcó que los Derechos Humanos «son patrimonio de todos los argentinos» y condenó el uso de esa bandera de forma partidista y puso como ejemplo a Córdoba por el respeto al Poder Judicial -en lo que marcó un contrapunto con «el gobierno de Sergio Massa»- y también a los periodistas, diferenciándose así del espionaje de Mauricio Macri «Nosotros no espiamos a nadie, ni censuramos a nadie; al contrario, fomentamos la pluralidad de ideas», sostuvo el gobernador cordobés..

El segundo momento caliente del eje se vivió entre Bregman y Javier Milei. La abogada socialista que ofició en causas de Lesa Humanidad aseguró: «No voy a naturalizar que vuelvan las ideas negacionistas ni que hablen de libertad aquellas personas que justifican los secuestros y los campos de concentración de la dictadura. Nuestra lucha nunca fue fácil, no es ningún curro. Y con la misma fuerza condenamos la desaparición y asesinato de los pibes a manos de las fuerzas de seguridad bajo gobiernos constitucionales -Luciano Arruga, Facundo AStudillo Castro, Lucas González-. No son excesos, son parte de una política criminal sostenida desde el Estado».

Además, acusó a sus contrincantes por no oponerse a la represión en Jujuy en el mes de julio, la que calificó de «una enorme violación de Derechos Humanos». Por el contrario, repasó que Bullrich lo felicitó al saliente gobernador Gerardo Morales, Milei lo consideró «tibio» y Massa lo invitó a formar parte de su gobierno de unidad nacional.

Para cerrar, Milei rechazó los epítetos que pesan sobre los libertarios en la Argentina, entre los que repasó «facho, fascistas, nazis, cosas que no tienen nada que ver con nosotros». Y subió la apuesta: «Nosotros valoramos la visión de ‘Memoria, Verdad y Justicia’. Empecemos por la verdad: no fueron 30.000 los desaparecidos, son 8.753». Y continuó: «Estamos absolutamente en contra de una visión tuerta de la historia: para nosotros en los ’70 hubo una guerra y en esa guerra las fuerzas del Estado cometieron excesos y por tener el monopolio de la violencia le vale todo el peso de la ley. Pero también los terroristas de Montoneros y del ERP mataron gente, asesinaron, torturaron, pusieron bombas e hicieron un desastre y también cometieron delitos de lesa humanidad», subió el tono y volteó para mirarla brevemente a Bullrich.

También arremetió sin mencionarlo al kirchnerismo «y el curro» de los Derechos Humanos al recordar el proyecto de viviendas «Sueños Compartidos» que Madres de Plaza de Mayo no concretó conforme a los pliegos y por el que recibió importantes sumas dinerarias durante el gobierno de Cristina Kirchner.

Sergio Massa, el último en hablar, le bajó el tono al cruce y pidió extender la agenda de los Nuevos Derechos Humanos y construir políticas sobre nuevos derechos humanos: «derecho a un ambiente sano, a la educación, a la salud, a la tierra y el derecho de las víctimas de delito y de violencia a ser asistidas por el Estado». Y adelantó un «gobierno de unidad nacional» para construir con consensos esas políticas de Estado.