Confuso o confundido. ADN

Si en el peronismo de Río Negro hay confusión sobre qué hará el partido en las elecciones provinciales del año próximo, la foto difundida el viernes por las redes sociales del Presidente Alberto Fernández, con un grupo de partidos que integraron el Frente de Todos y que aspiran a volver a posicionarse con ese sello en la contienda electoral, suma otro aporte confuso. De nuevo el peronismo rionegrino imposibilitado de solucionar sus cuitas en su propio dominio, fue a buscar las soluciones al obelisco. Una constante.

Fernández es presidente del Partido Justicialista a nivel nacional y sin embargo dio su apoyo a un frente donde no está el PJ, salvo que exista una intervención nacional al partido, un tema que se conversó en la mesa de la Casa Rosada y que circuló en los ámbitos políticos provinciales. No se descarta.

Tampoco se condice con la resolución tomada por el espacio del Presidente, cuando Claudio Ferreño, titular del partido del Trabajo y la Equidad, anunció en un Twitter -hace poco más de una semana- que se incorpora a la alianza Nos Une Río Negro, dejando a Magdalena Odarda y a Ernesto Montecino, sin la representación oficial en la provincia.

Quedó claro, que el albertismo en Río Negro está representado por el Movimiento Evita y el sorismo, que a su vez se constituyeron en pilares del nuevo Frente de Todos. También fue evidente que, al encuentro en La Rosada, no fue invitado Gustavo Casas, titular de Vialidad Nacional en Río Negro, lanzado a ser candidato a gobernador.

El tema candidaturas estuvo en la conversación y se mencionaron los nombres de Martín Soria y María Emilia Soria. Trascendió que la intendenta de Roca descartó su postulación y referenció que su desafío está en mantener su poderío en la ciudad valletana. Algunas versiones indicaron la posibilidad de iniciar conversaciones con el doñatismo para una fórmula compartida con el sorismo. El Movimiento Evita mantiene la postulación de Silvia Horne.

No sería ajena a este escenario el distanciamiento cada vez más evidente entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, con un claro mensaje en la provincia al senador Martín Doñate, de La Cámpora, y a la conducción del PJ. Esta situación se repite- con sus más y sus menos- en todas las provincias. El peronismo reafirma que como proyecto de poder se asiente en la liga de gobernadores.

Desde el renunciamiento de la vicepresidente a ser candidata en el próximo proceso electoral, los sectores que apoyan a Fernández, ven una oportunidad de lanzar su reelección, al amparo de los progresos que se vislumbran en la economía, bajo la administración de Sergio Massa.

La foto distribuida en las redes muestra además a dirigentes que integran el gobierno nacional como el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria; el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Desarrollo Comunitario, Fernando Navarro, y por Silvia Horne, directora de Asuntos Parlamentarios de la Cancillería, a los que se sumaron la intendente de Roca, María Emilia Soria y los presidentes del Partido Comunidad Organizada, Jaime Arce; del Frente Grande, Julio Acavallo, del partido PARte, Ernesto Montecino Odarda, y del Partido del Trabajo y del Pueblo, Raúl Rajneri.

En este encuentro no faltaron las críticas al gobierno provincial, escuchadas por el Presidente Alberto Fernández, cuando precisamente Juntos fue un aliado estratégico, de la administración central, tanto de parte de la gobernadora Arabela Carreras como del senador Alberto Weretilneck, que colaboraron a votar leyes trascendentales y propiciadas por el Presidente Fernández, como el Presupuesto y el Concejo de la Magistratura.

La reunión no tuvo finalmente definiciones sobre la política rionegrinas. El comunicado oficial de Presidencia es descriptivo. Las interpretaciones llegaron de los visitantes que operaron el apoyo presidencial, mientras que los ausentes minimizaron el hecho. Sólo una foto que habla por si misma de la situación del peronismo provincial, donde si algunos pensaron en su momento de lograr la unidad, hoy esta posibilidad termina de alejarse.

Por su parte, desde la alianza Nos Une Río Negro se respondió que su proyecto continúa y que sigue formando parte del llamado rionegrismo.

En este marco aún no se sabe a ciencia cierta la fecha de las elecciones en Río Negro. Sobrevuela el 16 de abril, pero aún resta el acuerdo final entre la gobernadora Arabela Carreras y el senador Alberto Weretilneck.

Todo parecía encaminado, pero surgió un nudo en el posible adelanto de la fecha electoral de Bariloche, donde Carreras competirá por la intendencia. La idea de correr del debate nacional los comicios provinciales también incluye a los municipios.

En ese pensamiento el decreto de convocatoria tendrá dos fechas: una el llamado a votar gobernador y vice, legisladores e intendentes (cuyas cartas orgánicas lo permitan); y otro con servicio electoral para el resto de las ciudades.

Pero el tiempo entre un proceso y el otro no puede ser muy distante, de lo contrario, agruparía las votaciones locales con las nacionales, quedando atrapado en la lógica de la grieta nacional.

En Bariloche la fecha depende de una ordenanza. El bloque de JSRN más algún aliado, suma los votos necesarios para ese objetivo. Sin embargo, hay sectores del oficialismo que no están encontrando un punto de convergencia y eso hace tambalear el decreto provincial para llamar el 16 de abril. “Las fechas están atadas”, sostienen alrededor de Carreras que, sin apuro, continúa con su gestión de gobierno apuntalando proyectos icónicos como el hidrógeno verde.

Todo apunta a que cuanto más tarde la definición local, más se demorará la provincial.

Así y todo, voceros habituales de Juntos aseguran que finalizado el mundial de Qatar y pasados los festejos de Navidad y Año Nuevo, habrá acuerdo por las fechas y el partido presentará en sociedad la fórmula y las listas que competirán en las elecciones provinciales y en las municipales.

Sorteado esa instancia, la oposición deberá estar preparada para ir a las elecciones y con la decisión de adherir (mediante colectoras) o enfrentar al oficialismo.