El gobernador que cerró 28 años de administración radical

(ADN). – A veces la muerte se presenta como sorpresa y así llegó la noticia del fallecimiento del ex gobernador de Río Negro Miguel Saiz. Luego de conducir dos administraciones (2003-2011) cerró un período de 28 años de gobierno radical, iniciado en 1983 con Osvaldo Álvarez Guerrero y continuado –en espacios aliancistas- con  Horacio Massaccesi y Pablo Verani.

Saiz llegó al gobierno en 2004, luego de ser intendente de General Roca, de la mano de Verani, reafirmando la vigencia del poder político valletano, y en el marco de una intensa interna en el seno del radicalismo donde “los blancos” trataron de imponer la candidatura del viedmense Bautista Mendioroz. Esta puja intestina se saldó con la distribución de espacios de poder en el gobierno.

Miguel fue un “bon vivant” de la política. Lejos de los parámetros convencionales de la formación intelectual, se manejó por intuiciones y fue un piloto de tormenta en las peleas del Palacio y un negociador hábil en la política nacional.

Formó un círculo férreo de “amigos” adonde se refugió a costa de errores que luego costaron caro.

Sin embargo supo escuchar a Iván Lazzeri (mendiorista) y Daniel Sartor (veranista) quienes pergeñaron el acercamiento con Néstor Kirchner, que permitió sumar a Río Negro a la alianza transversal –junto con Julio Cobos- y al triunfo electoral que derrotó a Miguel Pichetto en su camino a la gobernación con el PJ.

Saiz tuvo en carpeta un proyecto que ayer parecía faraónico, pero que hoy a la luz de las relaciones internacionales con China es para destacar.

Se trató de un acuerdo con la firma Beidahuang State Farms Bussines Trade Group, perteneciente a la provincia china de Heilongjiang,  contraparte internacional de un proyecto que prevé la inversión de 1.500 millones de dólares en Rio Negro, que incluía la  sistematización del valle medio con obras de riego en una superficie de 300.000 hectáreas.

Del mismo modo en que Saiz logró prolongar la vida de un radicalismo que venía en retroceso -merced a su acuerdo con el kirchnerismo y frustrar una vez más el anhelo de Pichetto a la gobernación- también por falencias y errores propios de su segundo mandato coadyuvó al triunfo de Carlos Soria en el 2011. Las denuncias sobre corrupción minaron su gobierno y además se refugió en un hermético círculo de amigos que llevó –luego de una interna innecesaria- a nominar a César Barbeito, como candidato a gobernador,  derrotado por el peronista roquense. Luego vino la diáspora.

Bostero fanático. La muerte lo encontró en la ciudad de Buenos Aires adonde había viajado para presenciar el clásico Boca-River de esta noche por la Copa Libertadores, ya que era propietario de una platea en la Bombonera, que compartía con Lazzeri y Sartor. El automovilismo fue su otra pasión y competía en pruebas de autos antiguos, que coleccionaba.