¿Por qué no sorprende el cierre del mercado brasilero?

(Por Martín Soria*).- La supuesta sorpresa de las autoridades de Senasa ante el cierre del mercado Brasilero a la compra de manzanas y peras del Alto Valle rionegrino, no es más que una hipócrita farsa.

Los sucesivos recortes presupuestarios aplicados por el gobierno de Mauricio Macri, lógicamente se trasladaron a un trabajo más deficiente de los estamentos estatales. El Senasa ha sido brutalmente ajustado, a tal punto que se eliminó el Centro Regional Patagonia Norte que se situaba en General Roca.

Sin embargo, las autoridades locales del organismo jamás esbozaron ningún tipo de reclamo por el ajuste que hoy le muestra su peor cara a los productores. Así se trate de incompetencia o complicidad, lo cierto es que nadie podía desconocer cuáles serían las consecuencias de minimizar el control de plagas. 

La dimensión del problema toma forma cunado evaluamos que por el cierre de este mercado, perdemos la posibilidad de exportar el 40% de nuestra producción con el riesgo que la misma sea reemplazada por otro competidor de otra latitud del planeta (Sudáfrica, Chile, o Polonia). 

Brasil es la séptima economía mundial y tiene 200 millones de habitantes. Es decir es un país con un alto nivel de población y con alto poder adquisitivo, a pesar de sus diferencia sociales. No hace falta ser experto en comercio internacional para darse cuenta que se trata de un país más que interesante en términos comerciales. Pero Brasil es además el mercado de los pequeños y medianos empaques, principalmente porque la logística de exportación es similar a la del mercado interno.

Ya en los primeros envíos de esta temporada que recién comienza, hemos tenido el rechazo de cargas de peras en la frontera con Brasil. Esas cargas fueron controladas por el personal de Senasa en nuestra región y no se advirtió la presencia de plaga, pero sí fue detectada por el personal sanitario brasilero.

Si nuestro órgano de control hubiese fiscalizado y detenido oportunamente esas cargas con presencia de la plaga, el problema se hubiese ceñido a uno o varios camiones que no exportaron a Brasil. Pero la triste realidad es que al ser detectados por el personal de control sanitario brasilero, este país resolvió el cierre del mercado perjudicando a todo el complejo frutícola rionegrino.

Y el Gobierno Provincial? Nada, absolutamente nada. Ni siquiera un pronunciamiento sobre el tema. No tuvo ningún tipo de plan estratégico para fomentar el control de la plaga. Ocho años de “diagnósticos”, ocho años de consultor en consultor y de viaje en viaje. Y se van del gobierno sin ninguna propuesta en materia frutícola.

Dinamitaron los históricos resultados del Plan Nacional de Carpocapsa que se llevó a cabo en los años 2008, 2009 y 2010, esa es la realidad. Un Plan que además de los resultados extraordinarios desde el punto de vista sanitario, tuvo una importante transferencia de tecnología hacia el productor, haciendo masiva la utilización de la técnica de confusión sexual, el famoso dispenser que transformó a nuestra geografía regional en el mayor área del mundo del cuidado de esta plaga con esta técnica. 

Actualmente, la falta de rentabilidad que viene padeciendo la cadena frutícola a partir de las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri, ha provocado una disminución en la realización de los trabajos culturales que se ha traducido en un aumento de la presión de la carpocapsa sobre el monte frutal. Es decir que el gobierno nacional no sólo no hizo nada para solucionar el problema, sino que además lo profundizó.

Para salir de esta profunda crisis, el complejo frutícola rionegrino necesita de Estado presente, con un fuerte rol de articulador, cuyas gestiones hagan eje en la transparencia y en la comercialización y desarrollo económico de la actividad. 

Pronto Río Negro tendrá un nuevo gobierno que no mirará para el costado cuando se hable de fruticultura. No nos va a dar miedo hablar de transparencia. No vamos a achicarnos al momento de plantear un precio justo para la fruta. Vamos a terminar con la humillación que este perverso sistema de comercialización aplica sobre nuestros productores. No hay peor ofensa que trabajar los 365 días del año y no saber qué precio tiene la producción. Junto con la carpocapsa, este problema también se va a terminar en Río Negro.

*Intendente de Roca, candidato a gobernador del FPV.