Futuro incierto. ADN

El oficialismo dejó atrás la etapa electoral y se concentra en la gestión. Pero aún queda una instancia de votación que no pasará inadvertida para Juntos Somos Río Negro, porque sus componentes jugarán un partido particular, alentando alineamientos externos para influenciar a sus votantes.

Alberto Weretilneck dio libertad de acción. Sin embargo hay voces que ya definieron públicamente preferencias, o al menos, diferencias con los candidatos de otros partidos. Lo concreto es que habrá un resultado que será tomado por las fuerzas políticas como piso hacia 2019. Pero…¿serán reales? Sin Juntos en las boletas será difícil saberlo a ciencia cierta.

Algunas mediciones previas indican que habrá reparto de votos. Cambiemos se entusiasma en lograr la mayor cantidad de adhesiones de Juntos, fundamentalmente del sector radical, ese que componen intendentes afines a la Casa de Gobierno y Fe, el espacio del fallecido dirigente rural Gerónimo «Momo» Venegas. Pero no tendrá el respaldo de la pata peronista. El legislador Ricardo Arroyo ya advirtió: «No cuenten con mi voto». Y reivindicó su identidad justicialista.

En consecuencia, el futuro del albertismo es incierto. Tiene dos años de gestión para reacomodar la tropa y volver a encontrar el discurso provincialista, ese que perdió con la idea de instalar una central nuclear. Pero todo dependerá de cómo se mueva hacia adelante. En Juntos anida un debate: seguir sosteniendo la construcción rionegrina o mutar hacia un acuerdo con el macrismo.

Las encuestas aún indican que en octubre se mantendrá la nacionalización. La grieta se ve en los estudios de opinión. Cristina Fernández de Kichner y Mauricio Macri concentran adhesiones y rechazos. Y eso volverá (como en las PASO) a inclinar la balanza electoral.

El Frente para la Victoria evalúa que está próximo a quedarse con las dos bancas en juego. Cambiemos, que instaló un escenario triunfalista, cree que el reparto será uno y uno. El resultado dirá qué aproximación es la más acertada y pondrá proa a una disputa por el sillón de Laprida y Belgrano.

¿Qué hará Weretilneck para sostener respaldos? Es muy probable que después de octubre se oficialice el bloque de Cambiemos. Los bares capitalinos -ávidos de análisis y rumores políticos- indican que ya cuenta con cuatro integrantes: Jorge Ocampos, Daniela Agostino, Soraya Yahuar y José Liguen. El líder del sindicato de peones rurales anunció ayer el respaldo al macrismo rionegrino. ¿Quién más? Se habla de otros legisladores.

Esa nueva conformación sólo beneficia al Frente para la Victoria. Al menos eso creen en Roca. Martín Soria mira y espera. El presidente del PJ evalúa que el escenario es cada vez más favorable. Sabe (como toda la política argentina) que la grieta se cierra el 22 de octubre. No hay pronósticos de triunfo de CFK y eso deja a la Casa Rosada sin adversario. Pero mientras la disputa exista, es agua para su molino. Mauricio Macri sigue con bajos niveles de aceptación y una alta imagen negativa en Río Negro. Es cierto que bajó, pero aún están en niveles de la ex Presidenta. Cristina lo aventaja en la positiva.

Hay una corriente de opinión en Juntos que propone esperar. Pasará octubre, vendrán las vacaciones de verano y, si lo sueldos se pagan en tiempo y forma, en febrero de 2018 se barajará y se dará de nuevo. Muy lejos habrá quedado el resultado de las legislativas y con dos años de gobierno por delante podrán volver a entrar en la consideración de los ciudadanos.

¿Cuál es el verdadero respaldo a Juntos? ¿El 53% de 2015 o el 18 de las PASO? El gobierno cree que ronda el 25%. Y aseguran que ese resultado no se reflejó el 13 de agosto por la crisis de la usina.

Es un piso. Con el FpV y Cambiemos fortalecidos, irán en busca de los electores de la senadora Magdalena Odarda, hacia 2019. Es una teoría. Falta mucho. ¿Qué hay en el medio? La intención de modificar la Constitución. Ese sería el impulso político del resurgimiento. ¿Habrá plafón? Si amanece el bloque macrista será más difícil. Pero en caso de lograr aprobar la necesidad de la reforma, Weretilneck encabezaría la lista de convencionales constituyentes. ¿Lo enfrentarán Soria y Sergio Wisky? ¿Habrá un adelanto de la disputa real? Por ahora, ficción.

Mientras estos planes se desarrollan en el sector político, el gobierno debe gobernar. Hacia fin de año se endurecerán los reclamos salariales y el inicio de clases de 2018 condicionará el debate.