El yacimiento de Allen hizo cambiar la mirada de la industria sobre Río Negro

(ADN).- Como los yacimientos tradicionales del país están maduros y su producción declina, como los de la cuenca neuquina y los del golfo San Jorge, la industria petrolera ha renovado su mirada sobre el potencial de Río Negro, que de ser un destino marginal para las inversiones, figura ahora en el lote de reservorios que pueden transformarse en buenos negocios para las compañías. Ese es el caso del yacimiento Estación Fernández Oro (EFO), que culminó el 2014 con una producción diaria de 1.6 millones de metros cúbicos de gas, y hoy ya está en 2,5 MM3.

Y el horizonte es promisorio si se tiene en cuenta que, por cada metro cúbico extraído, se certifica la existencia de un metro cúbico y medio de nueva reserva. Una tasa de reposición positiva, según los ingenieros.

En términos prácticos, esa nueva mirada sobre el Río Negro petrolero, se va a traducir en nuevas y arriesgadas inversiones. A pesar que hay 3 pozos hechos hace varios años al sur del rio Negro, por primera vez se realizará un pozo de avanzada sobre la formación “Lajas” con una tecnología muy superior a la usada hace 30 o 40 años. Y también por primera vez se irá a probar suerte a la formación Molles, allá por los lejanos 4.500 metros de profundidad.

También se hará otro pozo exploratorio a la altura de los hornos de ladrillos, pero bastante al sur del canal principal de riego. No se avanzará en zonas urbanas o sensibles, comentaron fuentes de YSUR consultadas sobre el futuro del yacimiento. Habrá otra perforación exploratoria cerca de la bodega Estepa, lo que significará un crecimiento hacia el oeste. Hacia Roca no habrá avances, porque la formación sufre una falla geológica.

Los datos fueron aportados en una charla mantenida por ADN con representantes de YSUR, a quien se los consultó sobre los métodos de extracción que se usan en toda la zona de Allen y las perspectivas que existen sobre el reservorio.

Un primer rasgo distintivo de la labor extractiva que se realiza en Allen es que se usa la técnica del “multipad”, que permite hace varios pozos (unos 10 por ejemplo), desde una misma locación o “pozo”. En zona de estepa, como en Neuquén, se hacen 10 locaciones distintas, pero aquí para simplificar movimientos de equipos y molestias, se han traído “taladros” de última generación que permiten dirigir las perforaciones. Gracias a esta tecnología, se puede cubrir un radio de unos 1.800 metros. Por ejemplo, se perfora un pozo 900 metros hacia el sur, y otro 900 metros hacia el norte, todo desde un mismo lugar. En la locación 250, conocida como “la que está en la calle de Retamal”, se hicieron 12 pozos en una superficie de 2 hectáreas. En un proyecto tradicional se hubieran afectado casi 25 hectáreas.

Lo que sí se desplaza algunos metros, es la torre de perforación con sus 55 metros de altura, sus 1.300 toneladas y los motores que generan 1.500 HP. Son de las más modernas del mercado y “caminan solas” (Walking Rigs), sin necesidad de ser desarmadas. Logran cubrir hasta 2 metros por hora. Una vez en el lugar indicado, se hacen los ajustes finos, y en 24 horas ya está otra vez en marcha.

“Es uno de los mejores proyectos que tiene la compañía”, se escuchó decir a los técnicos, y ese optimismo radica en algunos números macro:
-El gas que se extrae de Allen y alrededores tiene un poder calórico un 10% superior a la media nacional, que se ubica en torno a las 9.300 kilocalorías por metro cúbico. Aquí se está extrayendo un gas de 10.300 kilocalorías. Y el mercado entonces paga un 10% más, porque compra poder calórico.
-Hoy se producen 2.5 MM3, y como el precio es de 5 dólares el metro cúbico, se generan al día casi 12,5 millones de dólares. Y a la provincia, por el 12% de regalías, le toca casi u$s 1.5 millones al día.
-Además se produce petróleo, a razón de 700 metros cúbicos al día (en octubre pasado eran 380), que representan 4.200 barriles a 67 pesos cada uno. Eso se traduce en un resultado diario en petróleo en torno a los U$S 280.000. Se trata de un petróleo muy liviano, sin contaminantes (no posee azufre), de procesado fácil en las refinerías.
-En la planta también funciona una planta de Gas Licuado de Petróleo (GLP) que produce propano/butano a razón de 60 toneladas al día. Si se fraccionaran (como ocurre en buena medida) en garrafas de 10 kilos, EFO genera casi 6.000 garrafas al día.

Acero y cemento
Volviendo a los porqués de la mirada renovada sobre el potencial de Río Negro, es necesario aclarar que este yacimiento de Allen –en términos geológicos-, no tiene nada que ver con el que explotaron años atrás Bridas y Pan American, a pesar que se usa la misma base operativa. Hasta hace unos pocos años atrás, los hidrocarburos se extraían de la formación geológica Quintuco, ubicada a una profundidad de entre 2.200 y 2.700 metros. Ahora han ido 1 kilómetro más adentro en la tierra y trabajan sobre la formación “Lajas”. Uno de los pozos más recientes llegó a los 3.853 metros. Allí, se estimula con agua a presión la piedra para que fluya el hidrocarburo. El pozo se inicia con una primera perforación que va hasta los 45 metros. En ese punto, se pone una camisa de acero y se le inyecta cemento. No tanto pensando en las quejas de los ambientalistas, sino porque de otra forma el pozo se desmoronaría.

Se sigue haciendo girar el trépano hasta los 600 metros de profundidad. Se pone otra camisa de acero, y se le vuelve a inyectar cemento. Así se logran las 4 barreras que separan el pozo de la tierra. A buen ritmo, se avanza a una velocidad de 10 metros por hora. En una buena jornada de trabajo, el trépano orada unos 250 metros de terreno rocoso. Así se llega a la formación Lajas, la misma que en el yacimiento Sierra Barrosa de Neuquén rinde unos 6 metros cúbicos de gas al día. Cuando se consultó qué pasa por debajo de los 600 metros. “No hay nada”, respondieron los expertos en referencia a la existencia de agua. Lo mismo indicaron los estudios realizados en Neuquén, cuando se puso a producir el yacimiento Loma Campana, en la formación Vaca Muerta.

Las fuentes dejaron en claro que tienen tan pocas ganas de sufrir contratiempos por cuestiones ambientales como el resto de la población y hacen algunos inventos asombrosos, como por ejemplo hacer el tendido de un caño desde un pozo nuevo hasta la planta de EFO para que el venteo en vez de hacerse en el entorno de las chacras, se realice usando el viejo “fósforo” conocido por la comunidad del Alto Valle.

Por lo pronto, de todos los productores involucrados en este auge hidrocarburífero, 3 son exportadores y han sorteado sin problemas los controles internacionales de sanidad y calidad.