Dos miradas. Dos voces de Bariloche

El estado a veces está y a veces dice que está aunque no sea cierto. Los ciudadanos están siempre. Los que requieren con urgencia que el Estado cumpla con la manda constitucional de proveer salud, educación y seguridad, o los que, generosamente, sin estridencias y con vocación de servicio, idean estrategias para paliar el abandono.

Así fue que dimos con un pedido en las redes sociales, más precisamente en Facebook, en donde podía leerse:

“Hola, gente!

El sector de GUARDIA del Hospital Zonal de Bariloche necesita de NUESTRA solidaridad.

Se necesitan:

– Jeringas de 5 cm³; – Jeringas de 10 cm³; Jeringas de 20 cm³; Algodón; Guantes de latex (varias medidas); Bolsas para contener sangre; Agujas endovenosas; Cintas de tela; Cintas hipoalergénicas; Termómetros digitales; Tensiómetros; Estetoscopios; Perfus macrogotero; Perfus microgotero; Pañales para adultos; Abbocath 20

Estos elementos pueden acercarlos de LUNES a VIERNES de 09.00 a 20.00 al sector de ESTERILIZACIÓN del Hospital Zonal de Bariloche.

Por favor, no lleven las donaciones a la GUARDIA porque ahí están a full con las urgencias. «Un poquito entre todos es un montón»

COMPARTIR!! DIFUNDIR!! AYUDAR!! COLABORAR!!”

Un hospital sin director porque renunció el segundo de la gestión Weretilneck y da cuenta de una Bariloche diferente a la que nos presentan.

Cristina Soria es hija y nieta de barilochenses. Su actividad se relaciona, como en la mayoría de los casos al “monocultivo” barilochense, el turismo y se apura cuando relata que la ciudad hace mucho que dejó de ser la que era, de la que recuerda porque ahora “todo está tan desvirtuado”

El hospital “está colapsado” cuenta Cristina que parece haber encontrado quien quiera escuchar una preocupación que de otro modo se queda ahí, eclipsada por el majestuoso paisaje. Si hubiera un accidente, “no hay una sola cama disponible” dijo mientras confirmaba que debían hacerse derivaciones al Hospital de Bolsón, cuando históricamente los pacientes que requerían atención de mayor complejidad, viajaban para ser atendidos en Bariloche.

Cristina asegura que la localidad viene en picada desde la erupción del volcán Puyehue y que se agravó el año pasado con el mundial que le quitó turistas para terminar con un año en el que no hubo casi nieve.

Esta cocinera y madre de tres hijos grandes, señaló que los hijos se van y no vuelven, como su hijo ingeniero en sistemas que logró un contrato en Córdoba. Cristina, que es Soria como Carlos, recordó que su primo nombró a la ciudad turística como “la craneoteca”, en alusión al desarrollo de ciencias e investigación y lamentó que ese impulso hubiera desaparecido.

Conocedora del lugar, de su casa, Cristina apuesta a que se generen nuevos polos de desarrollo que generen empleo legítimo, subraya que la “naturaleza de la ciudad no es compatible con cualquier industria” y no ignora que el turismo busca una mano de obra calificada.

Dos ejemplos le vinieron a la boca cuando se refirió a la inseguridad. Su madre, de más de 80 años sufrió la agresión de encapuchados que entraron violentamente a su domicilio, robaron y la abandonaron atada y con la ventana abierta en una cruda noche de otoño. Cristina asegura que el recuerdo más triste de su vida fue encontrar a su madre “toda magullada”.

Luego se refirió a un episodio ocurrido a metros de su ventana, cuando unos jóvenes asaltaron a una pareja que caminaba hacia la terminal. Dispuesta y buena ciudadana, llamó al 911 donde le pedían precisiones sobre el arma.

Silvia Frank, abogada barilochense alertó sobre varios ítems que conspiran contra la seguridad, en otro diálogo para acercarnos más a la intimidad de la ciudad que vende bien en las postales para el turismo. Dijo que este tipo de situaciones se agrava porque si, el arma estuviera defectuosa, el tambor no funcionara, o fuera de plástico, “la figura de robo calificado se cae”. Entonces, los ciudadanos claman por protección, pero es la Justicia la que no se pone a la altura de las circunstancias.

Abogada y criminóloga, se alarma por la falta de profesionalismo, de formación de quienes se ocupan de la seguridad en la Provincia. Sostiene que un programa para que se reduzca la delincuencia requiere inversión.

En igual sentido Frank apunta al uso de tecnología, a una policía bien remunerada, pero subraya que antes, la cuestión social es prioridad.

También ella hace hincapié en el Hospital y recuerda tiempos en los que la atención más especializada, la de mayor jerarquía había que buscarla en el Ramón Carrillo. Hoy, en la ciudad que recibe turismo internacional, no existen ni trajes ni política preventiva en relación al Ébola.

Dos voces, dos miradas. Dos mujeres orgullosas de su terruño que lamentan el destino menor al que es conducida la deslumbrante y polifacética ciudad de San Carlos de Bariloche.

Claudia Beltramino
Radio Frecuencia VyP