Economía rionegrina: déficit estructural y panorama poco alentador

[tribulant_slideshow post_id=82881]

Viedma (ADN).- En los últimos tres años Río Negro muestra resultados negativos, tantos primarios como financieros, situación que genera un déficit estructural que crece de manera sostenida en el tiempo, luego de que en el 2010 las cuentas fiscales resultaran superavitarias.

Se necesitan ingresos de origen nacional para afrontar los gastos y los recursos propios de la provincia alcanzan sólo para pagar el 33 por ciento de los sueldos.

Ha sido un perfil propio de la actual gestión del ministro de Economía, Alejandro Palmieri, la falta de información, la contradicción en los números publicitados, e incluso declaraciones del gobernador Alberto Weretilneck, que no tuvieron correlato con la realidad.

ADN accedió a un informe reservado elaborado por profesionales y técnicos justicialistas, basado en información de fuentes oficiales, provinciales y nacionales, que ofrece un panorama poco alentador.

Los datos indican que Río Negro transita por una difícil situación económica que la convierte casi en inviable hacia al futuro, salvo que se adopten políticas que reviertan la dependencia con los aportes del gobierno nacional, el desequilibrio entre ingresos y sueldos estatales y se ponga en marcha un modelo industrial como otras provincias del país.

Finanzas públicas

dos

Los déficits se mantuvieron elevados fundamentalmente por el mayor gasto en personal, el cual creció en los últimos años a una tasa del 33% anual, con una dinámica de ingresos que no acompañó esta situación.
En los últimos tres años el nivel de la deuda pública provincial creció el 39%, excluyendo la deuda con proveedores. El gobierno nacional es acreedor del 81% de la deuda rionegrina, fundamentalmente con el ministerio de Economía de la Nación, en un 68% del total y a la vez se observa al 2013 una importante suba de la deuda con el Banco Patagonia (+186%).
De esta manera Río Negro debe solucionar la dependencia fiscal con Nación cuyas transferencias superan el 60% de los recursos corrientes de la provincia, mientras que los recursos propios (principalmente ingresos brutos) alcanzan para pagar menos de la cuarta parte de los salarios a los empleados públicos.
De seguir así habrá problemas en el corto plazo para pagar los sueldos sin comprometer el nivel de empleo.
A las inversa se encuentran las posibles soluciones: mejorar la recaudación local; ya que sólo 2,2 pesos de cada 10 pesos se originan en tributos provinciales; congelar incorporaciones de empleados y poner en marcha una política de desendeudamiento para liberar recursos que puedan ser volcados a las necesidades de los rionegrinos.

tres

cuatro

Tasa de crecimiento

La economía provincial representa el 1,1% del producto bruto interno argentino. La economía rionegrina se caracterizó en los últimos años por crecer a tasas más bajas que la Nación y su composición se encuentra fuertemente orientada a los servicios, el comercio, las actividades inmobiliarias y el sector público con clara incidencia en el producto bruto geográfico provincial.
La situación rionegrina se da en el marco de la actual macroeconomía que presenta un aumento de la vulnerabilidad de la economía Argentina.
Hay pérdida de competitividad cambiaria, escasez de dólares (que se obtienen por exportaciones superiores a las importaciones, turismo u otros servicios, transferencias y endeudamiento); inflación; superávit comercial con trabas a las importaciones; deterioro de las cuentas fiscales de la Nación (dependiente de la asistencia del BCRA y ANSES) y un escenario complicado para las economías regionales por pérdida de competitividad.
Cabe señalar que las economías regionales tienen problemas comunes como inflación e incremento del costo de mano de obra, apreciación-retraso cambiario, trabas a las importaciones de insumos, baja tecnificación y difícil acceso al crédito para inversión, en varias actividades difícil acceso al transporte por falta de infraestructura y elevado costo de medios alternativos y elevada presión fiscal.
Todos estos problemas derivan en una pérdida de competitividad cambiaria, principalmente en aquellas actividades de mano de obra intensivas que exportan una parte importante de su producción.
En Río Negro las principales actividades productivas están en el sector frutícola: se produce el 75% de la producción nacional de peras y el 70% de manzanas, con más del 80% del área cultivada en el Alto Valle.
En hidrocarburos, con extracción de petróleo y gas de yacimientos de la Cuenca Neuquina, y el 70% del petróleo extraído se vende a destilerías de la provincia de Buenos Aires
El turismo es el sector más dinámico, concentrado en Bariloche y en menor medida en Las Grutas.

Población y mercado laboral

uno

Entre 2001 y 2013 la población creció el 15,5%, poco menos que el país que fue del 16,4%, sin embargo la población económicamente activa creció el 23,1%. En igual período la cantidad de desocupados se redujo el 78%, alcanzando al 2,1% de la población y el 4,9% de la población económicamente activa.
La administración pública provincial fue una importante generadora de empleo en los últimos años y así alrededor del 20% de la población ocupada pertenece a la planta de personal del sector público provincial.
Asimismo, en igual período (2007/2013) y con algunas excepciones, el resto de los sectores económicos fueron expulsores de mano de obra.
Hoy existe una fuerte dependencia del sector público como demandante de mano de obra y desigualdad en las condiciones de contratación.
Si bien se debe garantizar la estabilidad laboral, es necesario jerarquizar el empleo público eliminando toda forma de precarización laboral.

Economía provincial

cinco

Las principales actividades productivas de la provincia también tienen sus problemas.
El sector frutícola presenta baja productividad y elevada edad de las plantaciones; precios internacionales volátiles e indefensión del productor ante el precio que recibe por la venta de su producción.
La pesca tiene un abastecimiento limitado al mercado local, cierran empresas pesqueras, falta inversión y aprobación de nuevos proyectos, escasa generación de valor agregado, aumento de los costos laborales y elevados precios del combustible.
El cuanto al turismo existe una fuerte dependencia del tipo de cambio, falta de una clara estrategia integral del Estado e infraestructura insuficiente.
Sobre la producción de petróleo hay que señalar que la ley provincial 4.571, del año 2010, aprueba las bases y condiciones para convocar a las empresas públicas que actualmente están explotando un total de 24 áreas hidrocarburíferas (con licencias otorgadas mayoritariamente en los 90).
Se establecen ciertas condiciones al Modelo de Contrato (compre rionegrino y pagos por única vez y periódicos) y también define el destino de los fondos y su distribución.
Ahora el Poder Ejecutivo de Río Negro argumenta que la necesidad de renegociar los contratos nace de la imposibilidad que tienen las empresas para recuperar sus inversiones durante el período concesionado.
El 83 por ciento de las áreas a renegociar vence en el período 2015-2017.
Río Negro, respecto de otras provincias patagónicas, incluso de la provincia de Buenos Aires, tiene una deuda pendiente en el desarrollo de la energía eólica, donde los vientos de la región son propicios para llevar adelante proyectos de esta naturaleza.
Hoy existe una concentración de la matriz energética y falta de inversión y de promoción de energías alternativas.
Cabe señalar que INVAP lidera una UTE que fuera presentada a ENARSA, en el 2009, en el marco del Programa GENREN, que tiene como propósito el desarrollo de generación eléctrica a partir de fuentes renovables.
El programa cuenta con la licitación de 500 MW de energía eólica, dentro de los 1000 MW que se licitarán para fuentes renovables.
El costo de la energía eólica es más rentable que la solar, y la elección de fuentes de energía alternativas no contaminantes permitiría a INVAP ganar un valioso “expertise”, que podría ser capitalizado en un desarrollo industrial nacional.
Por otra parte Río Negro tiene un bajo desarrollo tecnológico y baja calificación de la mano de obra en diferentes actividades y escasa interacción entre el ámbito de la producción y de la ciencia en varias actividades productivas.
Como conclusión debe señalarse que Río Negro no profundizó un proceso de industrialización, en razón de que una parte importante de la actividad depende de manera determinante de la producción primaria propia, dice el informe.