“Un problema de empalme” ● Magdalena Odarda

Así justificó Capitanich que el gobierno haya ocultado los últimos datos nacionales sobre la pobreza y la indigencia.
Evidentemente, la voluntad del gobierno es nula al momento de querer mostrarnos a todos los argentinos los números que describen la realidad social que vivimos.
El INDEC y el Ministerio de Economía tienen problemas de empalme. Quizás estos severos inconvenientes de empalme no sean nuevos, ya que en el mes de enero se dejaron de informar los valores de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total, que a su vez sirven para estipular los niveles de indigencia y pobreza.
Lo cierto es que los argentinos asistimos a un ocultamiento deliberado de datos y cifras oficiales que se evaporan sin pudor frente a nuestros ojos, a la vez que se distorsionan cifras oficiales del comercio exterior en busca de no tener que pagar el cupón ligado al crecimiento.
El último reporte del INDEC decía que a fines del primer semestre del año pasado, la pobreza para el Gobierno se ubicaba en el 4,7%, mientras que para las consultoras privadas, la medición llegaba al 25%. Podemos mencionar también que para el Centro de Estudios de la CTA oficialista, la pobreza escalaba al 13,3%, muy lejos de la cifra oficial.
Esconder la marginalidad y la pobreza es toda una estrategia. Y también es adrede argumentar con malabarismo de palabras este objetivo: “No damos a conocer los números sobre este tema porque existen problemas de empalme, metodológicos y de actualización”, afirmó Capitanich.
Decir difícil lo que es de fácil comprensión. Y Capitanich es un experto en justificarse, un profesional en dar explicaciones, un narrador experimentado en construir relatos.
Pero no alcanza. Ya todos nos damos cuenta de que no alcanza.
No basta un vocabulario florido para desviar la atención de un pueblo que quiere saber, que pretende que le digan las cosas por su nombre, que sufre la inflación y la pobreza en gran parte de la sociedad.
Ocultar deliberadamente los datos es una etapa superior a la manipulación y falsificación de guarismos (existen sospechas firmes acerca de que el INDEC alteró el superávit comercial de 2013).
No es buen camino el elegido. La recuperación de la confianza y la credibilidad debe estar signada por una gestión inclusiva, equitativa y sobre todo, honesta.

Magdalena Odarda.
Senadora Nacional