Sucedieron cosas

(ADN). – La petrolera malaya debe confirmar una inversión de US$ 180 millones antes de fin de año para avanzar con los trabajos de ingeniería de la planta de licuefacción de GNL que YPF quiere construir en Punta Colorada, pero desde Kuala Lumpur demoran esa decisión.

Confluyeron multifactores en esta decisión. No estuvo ausente el marco político nacional, ya que no hay que olvidar que el primer acta acuerdo fue con un gobierno peronista, incluso un analista consultado aportó una interpretación peculiar sobre el retiro de Petronas: «Una fantástica colección de incomprobables que soslayan un dato crucial para Malasia: la Argentina está alineada con Israel. No hay país del sudeste asiático más militante en contra del estadio judío. Ante semejante festival de versiones ¿la política interna malasia pasa desapercibida? Si vamos a disparar versiones como ametralladora, falta este dato crucial» expresó la fuente, publicada por LPO.

A los inversores no les gusta la pelea de la política, porque nadie quiere arriesgar sus dólares en la pelea doméstica.

Fuentes de Petronas confirmaron a LPO que no dejan de estar «sorprendidos». Bajo la óptica malaya resulta inconcebible los vuelcos de la dinámica política argentina. «Venían negociando con La Cámpora y un día se encontraron con Techint», bromeó una fuente del sector que confirmó a ese medio.

Ante la posibilidad que Petronas se retire del proyecto. Marín aspira a conseguir en los próximos meses otro offtaker (comprador) del gas argentino. Quiere convocar a otras petroleras locales, pero las conversaciones al máximo nivel de la industria están supeditadas a cómo se resuelva la venta de los activos de ExxonMobil en Vaca Muerta.

Algo de historia

A fines de agosto de 2022 se firmó el primer memorándum de entendimiento.  El 1 de septiembre Cristina Kirchner la calificó como la obra «más importante» de la historia.

En el proceso de contractualización con YPF, la petrolera malaya exigía garantías. Lógico en un país con restricciones cambiarias y volatilidad impositiva. Para eso el gobierno anterior impulsó el marco regulatorio del GNL. La Ley Petronas, que obtuvo media sanción en diputados, compartía muchos puntos en común con el RIGI en cuanto a libre disponibilidad de divisas, reducciones impositivas y resolución de conflictos en tribunales internacionales. Lo distintivo residía en la magnitud de las concesiones y en otorgarle una importancia mayor a la integración con proveedores locales.

En definitiva, los mismos beneficios económicos, impositivos y cambiarios del Decreto 929 conocido como decreto Chevron, que, a la luz de la década, fue decisivo para el desarrollo de Vaca Muerta.

Lo concreto es que la gestión de Massa termino sin conseguir la promulgación de la ley. Y con el cambio de gobierno las negociaciones se congelaron.

Tampoco cayó bien la disputa del lugar de emplazamiento de la planta de GNL, que impulsó el propio Milei. Eso no gusto “se trata de un grado de irresponsabilidad muy grande, porque YPF quedo subordinada a la decisión del gobierno quedando expuesta en la causa por la estatización donde los buitres piden los activos de la petrolera», explicaron observadores.

Había indicios

Para quienes siguen de cerca esta importante radicación en Río Negro, había indicios sobre la posibilidad que los malayos se alejen del negocio.

En medio de los anuncios sobre el GNL, Petronas modificó la modalidad de financiamiento. La empresa, una de las principales compañías públicas de hidrocarburos del mundo, compite de igual a igual con varios reconocidos gigantes del sector como Shell. El entendimiento tácito era que, una vez establecidos los marcos normativos, la compañía traía los dólares.

Resulta que no. Petronas decidió en julio no poner ni un dólar, cuando el ese mismo mes el presidente Javier Milei, había anunciado que este proyecto estaba asegurado en un 95%.

 El rol de la petrolera estatal malaya en la sociedad con YPF viró a aportar su experiencia en el desarrollo del GNL. Para YPF fue un balde de agua fría. Pero Marín, propuso salir conseguir un préstamo de un pool de bancos entre ambas compañías. Pero la relación de argentina con los fondos internacionales aún gatea.

Así se conoció la versión sobre una posible retirada de Petronas, publicada en el diario Clarín.

También llamó la atención que Martín, no mencionara ni una sola vez a Petronas a lo largo de toda su presentación sobre el potencial de la Argentina como productor de GNL. Prefirió hablar de su viaje a la India para intentar sumar a las empresas de energía de ese país como offtakers (compradores) del gas argentino en lugar de dar detalles del proyecto anunciado con Petronas. Eso fue en un encuentro de petroleros y además antes de viajar a Texas, el martes de la semana pasada, también había omitido nombrar a la empresa de Malasia durante una entrevista con José del Río, secretario de La Nación, durante un evento por los 110 años de Shell. «Elegimos India como primer país para el GNL porque será el motor del mundo en la década siguiente”, señaló el presidente y CEO de YPF.

¿Por qué tentar a India para que se sume como offtaker del gas argentino si ese rol en el negocio ya estaba reservado para Petronas, un jugador bien posicionado en el mercado global de GNL?

Según el cronograma establecido en el Memorando de Entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés) vigente con YPF, la empresa malaya tiene que tomar una decisión relevante en el último bimestre del año: debe decidir si integra los fondos necesarios para completar los trabajos de ingeniería de detalle de la planta de licuefacción que YPF quiere instalar en Punta Colorada, Río Negro. En total, son unos US$ 180 millones de inversión, cuya ejecución debe estar comprometida a más tardar en diciembre de 2024, según indicaron a EconoJournal allegados a la petrolera bajo control estatal. YPF está decidido a solventar esa inversión, pero desde Kuala Lumpur aún no dieron el visto bueno. En términos contractuales, si a fin de año Petronas no desembolsa ese dinero, su participación en el proyecto de licuefacción de GNL se caerá por su propio peso. Eso es un hecho.

Sobrerepresentado

EconoJournal consultó el martes pasado a voceros de la petrolera malaya en Buenos Aires, que dos días más tarde informaron que no realizarían comentarios al respecto. Pero allegados a YPF reconocen que hoy el escenario más probable es que Petronas se termine retirando del proyecto.

Otro importante directivo de la industria petrolera lo puso en estos términos: “La política siempre tiene la tentación de sobrerepresentar, con fines políticos de corto plazo, las expectativas reales de megaproyectos de inversión como este. En julio cuando el vocero del presidente (Manuel Adorni) celebró la inversión del GNL en Río Negro por US$ 30.000 millones (casi un 10% del PBI argentino), el gobierno usufructuó el capital simbólico y la legitimidad de Petronas, que efectivamente es uno de los grandes jugadores del mercado mundial de GNL, pero en los hechos nunca hubo un contrato vinculante firmado, sólo cartas de intención”.

Mientras tanto, Marín habló la semana pasada en Houston sobre las posibilidades de la Argentina de convertirse en productor de GNL.

Alternativas

Por más que la salida de Petronas se formalice o su rol se redefina en las próximas semanas, YPF confía en encontrar nuevos socios interesados en el proyecto de GNL. “Con India creo que estamos para pasar a una segunda fase. Con Hungría y Alemania ya tuvimos dos reuniones y seguimos. Además, estamos negociando con dos super majors (una sería Shell, que está presente en Vaca Muerta y es el principal productor de GNL del planeta, que sin embargo prefiere ser cauto a la hora de analizar las chances reales de la Argentina para ingresar al selecto grupo de países productores de gas licuado). Hay mucho más interés del que ustedes creen”, indicó Marín el jueves pasado en la jornada “Shale en Argentina”, organizada por el IAPG en Houston. “Este proyecto el año pasado era una locura. Pero hoy hay otro mood (humor). La Argentina cambió y hay mucho interés de países que, después de la guerra (en Ucrania), quieren diversificar su provisión de gas natural por razones de seguridad energética”, agregó el presidente de YPF.

En cualquier caso, la materialización de una planta de licuefacción de GNL implica un trabajo de una complejidad mayúscula. Por caso, en México, la segunda economía de América latina, la empresa México Pacific enfrenta una demora de más de dos años para destrabar la construcción de la planta GNL Saguaro Energía, que prevé una inversión de US$ 16.000 millones para exportar gas producido en Permian —la principal formación de shale oil de EE.UU., que produce altos niveles de gas asociado—, ubicada del otro lado de la frontera estadounidense.

“Saguaro Energía es un proyecto interesante. Hay bancos interesados en financiar 8.000 de los 16.000 millones de inversión, pero México Pacific debe conseguir los 8.000 millones restantes entre las empresas que quieran participar del equity de la planta (como, por ejemplo, una empresa productora de gas). Pero pese a que ya invirtieron 200 millones en trabajos de pre-construcción, la obra está frenada por falta de financiamiento”, explicó un consultor que sigue de cerca la iniciativa.

En conjunto

Marín destacó en Houston —al igual suele hacerlo cuando da una entrevista a un medio periodístico— que el proyecto de GNL no es una iniciativa exclusiva de YPF. Todo lo contrario. La idea es sumar a la mayor cantidad de petroleras, como Pan American Energy (PAE), Tecpetrol, Pampa, Pluspetrol y CGC, entre otras. “Nuestro objetivo es abrir el mercado, porque lo más difícil es conseguir el contrato por los 10 primeros millones de toneladas de GNL por año. En los próximos meses queremos abrir comisiones comerciales para que se sumen directivos de otras empresas”, explicó en Houston y adelantó que, si las negociaciones con India son favorables, un equipo de 25 ejecutivos de YPF podría radicarse en el país asiático para diseñar la escala y las características técnicas de un proyecto de licuefacción entre ambos países.

Según un relevamiento realizado por EconoJournal entre los principales productores de gas del mercado argentino, las negociaciones para sumarse al proyecto de GNL que lidera YPF aún son informales y están en una etapa gestacional. Además, las conversaciones al máximo nivel de la industria se erosionaron en los últimos meses como consecuencia de la disputa por los activos de ExxonMobil en Vaca Muerta —de hecho, la ejecución de algunos proyectos de infraestructura en la industria de Oil&Gas están supeditados a cómo se resuelva ese proceso de venta, que está demorado—. El proceso de venta de ExxonMobil tiene en la recta final a tres grupos empresarios del mercado petrolero doméstico: a) Tecpetrol junto con Vista; b) YPF junto con PAE y c) a Pluspetrol por su cuenta. 

Una de las unidades flotantes de licuefacción de Golar, la empresa que firmó un acuerdo con PAE.

Con informaciones de Econojournal (Nicolás Gandini) y LPO