Doble comando

(Por Diego Genoud*).- En medio de la puja interna en la Cámara de Diputados, Javier Milei se dio cuenta de que su autoridad era puesta en duda como nunca. Su propia tropa estaba confundida y dudaba. Entonces, dejó por un instante los emoticones y los stickers para tratar de dar una señal clara. «El espacio soy yo», dijo. Mentía o decía apenas una parte de la verdad. Oscar Zago y Martin Menem se habían enfrentado sin retorno por la decisión de nombrar a Marcela Pagano al frente de la estratégica comisión de Juicio Político. Pero detrás de ellos, era Milei el que estaba gobernado por su hermana, «El jefe».

La cadena interminable de mensajes cruzados, chats y comunicaciones en el reducido grupo de legisladores de La Libertad Avanza arrancó el sábado 6 con el famoso chat -¿el último con Milei? -que Zago le mostró al mundo entero. En busca de refrendar su propia autoridad, el radical que dio el salto al macrismo de la mano de Daniel Angelici se cansó de exhibir el sticker que el presidente le había enviado con una imagen de sí mismo y los pulgares arriba. Era la prueba de que estaba habilitado para nombrar a Pagano en Juicio Político, el miércoles 10 a las 11 de la mañana.

La periodista ya había sido defraudada por Milei que la había postergado en la comisión de Presupuesto para nombrar a Jose Luis Espert y en la de Relaciones Exteriores a Fernando Iglesias, dos exponentes que se sumaron tarde al gobierno. Pero el hijo del histórico Eduardo Menem hizo lo imposible para frustrar sin método ni experiencia la designación que todavía está firme. No lo hizo apenas porque aborrece a Zago sino sobre todo porque la cadena de mando que se inicia en Karina Milei y pasa siempre por «Lule» Menem -el sobrino del hermano Eduardo- así se lo ordenaba.

En medio de un ajuste brutal y una recesión tan dura que es capaz de conmover a Domingo Cavallo, el viaje de los hermanos a Estados Unidos demostró hasta qué punto Milei no conduce y reparte con «El jefe» las acciones del gobierno que excita a la alt-right global. «Karina le taladró la cabeza al hermano en Miami», dice un hombre que sufre la conducción de la secretaria general de la presidencia.

Martin Menem le dijo a Zago: «Volví a confirmar y el Presidente prefiere a Marcela en Finanzas». En el mundillo paleolibertario, todos saben que el titular de la Cámara de Diputados no habla con el ex economista jefe de Eduardo Eurnekian, salvo cuando coinciden en las reuniones del gabinete. Tampoco chatea con él, sino con su hermana.

La salida de Zago es parte de un proceso que llevaba meses y ya había fracasado cuatro semanas atrás. El karina-menemismo se impuso en medio de la fragilidad extrema del gobierno y persisitó hasta que logró su objetivo.

Las divisiones en la bancada de la ultraderecha argentina se deben a múltiples razones, pero pesa la idea de que Milei castiga a los leales. No es lo único. Pese a la debilidad explícita de LLA en el Congreso, Karina rechaza cualquier acuerdo con los sobrevivientes del PRO que responden a Mauricio Macri y contradice así la promesa que Milei repite de ir en forma natural hacia un bloque común. También los elogios públicos que le dedica a Cristian Ritondo y la cantidad de veces que lo recibió en privado, para envidia de Menem y la tropa libertaria. ¿Con qué fuerza piensan reemplazar Karina y los Menem el pacto con Macri antes de diciembre de 2025? ¿Alcanzan el bloque de Miguel Angel Pichetto y los servicios del radical Rodrigo De Loredo?

De fondo, la intervención del Poder Ejecutivo rama Karina sobre el Parlamento confirma el doble comando fraternal. Naturalizado, un operativo como el que comandó la hermana del presidente desde Miami hubiera generado en otro caso denuncias inmediatas de un golpe sobre el Congreso por parte de los guardianes de la república. Sin embargo, no solo insinúa que la autoridad de Karina domina al presidente: también delata que ella es mucho más consciente del riesgo de que prospere un juicio político contra el showman que lleva adelante el ajuste más grande de la historia de la humanidad.

La intención de nombrar a Alberto «Bertie» Benegas Lynch era repentina como inviable porque el último exponente de la dinastía ni siquiera formaba parte de la comisión de Juicio Político y las autoridades de todos los bloques habían sido convocadas con una semana de antelación. Además, en un mensaje contra el presidente de la Cámara -que le había indicado al PRO que la sesión no se hacía-, los miembros de la comisión entre los que estaban desde Cecilia Moreau y Germán Martínez hasta Emilio Monzó y Paula Oliveto le hicieron pagar a Menem su inexperiencia. Hasta el kirchnerismo soñó con quedarse con el lugar de Pagano, con 19 de los 31 miembros presentes y mayoría opositora.

El jueves próximo habrá un nuevo capítulo de la saga y no está claro si habrá acuerdo. Los opositores se mantienen en que la votación es legal y no se puede pretender la nulidad de una decisión que tiene sus firmas. Hoy después de la ruptura, el único puente entre Menem chico y Zago es el radical Cristian Caram, hasta hace unos días secretario parlamentario de LLA en Diputados.

A las diferencias internas en el gobierno que ajusta con una violencia inédita, se suma otro elemento de escasos antecedentes: el estado alterado en que primeras figuras de LLA se presentan ante las cámaras. Nadie los cuida a ellos, ni a los argentinos de ellos.

En paralelo a los indicadores precarios que exhibe el gobierno como parte de su «vamos ganando», en el Círculo Rojo se multiplican las dudas frente a un poder cachivache que amenaza con consumirse otra oportunidad histórica. Comprometido como nunca en el destino del proyecto que pretende refundar la relación capital-trabajo y garantizarle un nuevo horizonte de negocios a bajo riesgo, Paolo Rocca elogia al presidente en público, pero en privado transmite sus ruegos. «Déjenme ser optimista», suplica a quienes lo visitan en su mansión de Martínez.

El problema es la tentación autodestructiva del comando talibán que rechaza alianzas y debilita al gobierno en momentos en que la crisis de la economía real no se detiene sino que se profundiza. En términos de un actor del poder, con la licuación de su capital político, Milei se regala de cara a una etapa que puede ser todavía más traumática y viene antes que las elecciones de 2025.

El doble comando que parte de la cúpula del poder se reedita en otras líneas. El ministro de Economía y el presidente festejan la desaceleración de la inflación, con una baja del IPC al 9,4% y en un mes siempre difícil, donde impactó fuerte el aumento en la educación privada. Pero son números de un dólar planchado con un tarifazo postergado que impactará en el dato de abril. La denuncia de Luis Caputo contra las prepagas confirma que algo no anda bien y que Economía busca controlar tarde y mal el festival de aumentos que propició.

Según los números del gobierno, las empresas de medicina privada subieron sus cuotas hasta 160% en 2024 y expulsaron de la clase media a familias que regresan al hospital público en el peor momento, cuando Milei y Caputo decidieron desfinanciarlo.

Basado en una denuncia que los legisladores de la Coalición Cívica Maxi Ferraro, Hernán Reyes y Facundo Del Gaiso presentaron en enero, el gobierno apunta a la cartelización y la conducta anticompetitiva de la Unión Argentina de Salud (UAS). Los legisladores de Carrió dicen que las subas pueden reducir en un 30% la cantidad de usuarios del servicio, pero las empresas saben que compensan lo perdido con el aumento de la cuota. El apuntado es Claudio Belocopitt, que en su verborragia reconoció que Swiss Medical, OSDE y Galeno tienen el 50% de los afiliados y coordinan aumentos.

Caputo se basa en encuestas que muestran que las empresas están entre las más cuestionadas y no tiene diálogo con los gerentes del sector. Sin embargo, en una muestra más de las diferencias internas, Federico Sturzenneger salió el viernes último a defender los aumentos y pidió «confiar en el mercado». El responsable del megadecreto que fracasó en el Congreso está enfrentado desde hace años a Caputo y apunta contra otro actor que la administración Milei protege, los laboratorios.

Según las prepagas, la incidencia de los medicamentos en los costos de las empresas pasó de 19 a 30% en los últimos 4 años. Sturzenegger había incluido entre la infinidad de las reformas que planteaba una que se dio de baja antes de llegar al Congreso, el artículo que ordenaba a los médicos recetar exclusivamente genéricos. Era el orgullo de Sturzenegger, que afirmó entonces en televisión: «Le estamos diciendo a los laboratorios que van a competir». Alguien que está más arriba lo desautorizó.

El asesor de Milei coincide con el gráfico de la consultora Invecq que difundió en los últimos días Lucas Llach, su ex vicepresidente en el Banco Central. De acuerdo al gráfico, mientras los precios de los medicamentos y equipos de salud se dispararon en los últimos 7 años muy por encima de la inflación, las prepagas quedaron por debajo. O Caputo no vio los números o Milei selló un pacto con los laboratorios que enturbia el «baño de liberalismo» que promueve Sturzenegger e incluye el nombramiento de Ian Sielecki como embajador en Francia.

El trader no solo tiene la sombra del ex funcionario de Cavallo y Macri. Además, el Consejo de Asesores del presidente está a cargo de Demian Reibel, un economista y físico que Sturzenegger también llevó al Central. Milei le dijo a Fantino hace unos días que con Toto y su equipo tiene una discusión coyuntural pero con el consejo discute lo estructural. ¿Quién conduce?

El optimismo de los paleolibertarios se basa en una cara de la realidad que está en la superficie. El último informe de la consultora Equilibra reconoce que no estaba en sus previsiones que el gobierno de LLA lograra tan rápido el combo de ajuste acelerado, baja del riesgo país, reducción de la brecha, acumulación de reservas y desaceleración de la inflación. Pero también muestra su contracara: la brutal caída de la actividad económica, la licuación de ingresos, el descenso en la recaudación que obliga a un mayor ajuste y la nueva deuda en dólares con los importadores vía Bopreal.

La recesión es tan profunda que hasta Cavallo se asusta. Reivindicado hasta el hartazgo por Milei, el padre de la embajadora ante la OEA no deja de expresar su preocupación en público por el impacto del shock sobre la economía real. La sensación trasciende a la oposición más dura y desde el sector privado reconocen que el ajuste vía licuación y despidos avanza más rapido en las empresas que en el Estado.

«Caputo nunca entró a una fábrica. Vino para conseguir fondos frescos y todavía no consiguió nada», dice un empresario que cuestiona el rumbo oficial pero tiene diálogo con parte del gobierno. Habrá que ver si el ministro consigue algo de su viaje a Washington o si los mensajes de Elon Musk en X se traducen en inversión real en litio, un recurso estratégico que a diferencia de otros commodities en Argentina no tiene precio mínimo o de referencia. Depende de las empresas y los gobernadores.

La recesión tiene mil caras, pero pega más duro en la base de la pirámide social. Entre las filas de la Iglesia, se advierte que los recicladores urbanos encuentran cada vez menos cartón en la calle por el derrumbe del consumo, las changas se vinieron a pique otra vez y en el conurbano bonaerense la clase media baja se ve obligada a volver al comedor como parte de una estrategia de supervivencia. Quienes hace unos años miraban con desdén a los vecinos que iban a un comedor popular ahora son parte de la mesa. El gobierno lo sabe. Por eso aumentó en abril la AUH a 52.500 pesos por hijo -42.000 por la retención del 20% que hace la Anses- y las transferencias para la Tarjeta Alimentar y el Complemento Leche.

Titulado «El gobierno camina hacia el atraso cambiario», el informe de Equilibra también pone la mira en el dato del que depende la tregua con el dólar, la liquidación de la cosecha. De acuerdo a sus estimaciones, si se mantiene el ritmo de devaluación del 2%, en junio el dolar estará a 727 pesos a precios de hoy, un nivel por debajo del momento de mayor apreciación bajo Macri, cuando la economía tenía un déficit de 5,2% de cuenta corriente y se encaminaba a una crisis cambiaria. Además, apunta, el precio que recibirá en junio el productor sojero será de 200 mil pesos por tonelada, la mitad de lo que recibió en promedio durante 2023.

*Periodista, La Política On Line.