A PASO lento. ADN

Desde las primeras experiencias, luego de su creación en el 2009, por ley 26.571.2, las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en Río Negro nunca despertaron entusiasmo en el electorado y, además, desde el provincialismo impuesto con la llegada de Alberto Weretilneck al gobierno tuvo una relativa significación, aún cuando el partido verde “se puso colorado” con la performance de Fabián Gatti.

Para el próximo domingo no se espera más que en las elecciones anteriores desde el 2011 hasta el 2021, pero aún se teme por la falta de concurrencia a las urnas o el despecho con el voto en blanco o impugnados.

Las estadísticas van en baja como la simpatía por los candidatos que poco suman para despertar el interés de los ciudadanos.

Sin embargo, en la política hay dos apuestas distintas dentro de estas elecciones, que tienen su especial preocupación.

Por un lado, quien ganará entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, y por otro si Luis Di Giacomo seguirá en la Cámara de Diputados de la Nación. Para que esto ocurra, Juntos Somos Río Negro deberá superar en las urnas a Libertad Avanza, de Javier Milei, y evitar así que ascienda al Congreso de la Nación una ignota Lorena Villaverde, del Partido Fe, no menos desconocido en la provincia que su candidata.

Los candidatos de Juntos por el Cambio son en realidad sparring de la verdadera pelea de fondo. Quiere significar que Sergio Capozzi y Roberto Brusa protagonizan una disputa que en realidad le pertenece a Juan Martín y Aníbal Tortoriello. Quien resulte ganador le levantará la mano al verdadero conductor a futuro de JxC en Río Negro.

Juan Martín, a pesar de negarlo varias veces -en menos que cante un gallo- siempre estuvo predispuesto a apoyar a la ex ministra de Seguridad de la Nación. Le gusta su estilo, adhiere a su verba dura y además sigue la línea conductora de Mauricio Macri.

Si gana Patricia Bullrich gana Juan Martín y se pone el traje de conductor del espacio macrista y saca visa diplomática para ser el canal de diálogo con el próximo gobierno de Alberto Weretilneck.

Suma además a un sector del radicalismo opuesto a la conducción actual, ligada a JSRN, que finalmente no supo o no quiso jugar a fondo en estas PASO con ningún candidato ya que Tortoriello, que apoya la línea Larreta-Morales no ofrece maridaje.

Tortoriello juega mucho entonces en estas elecciones, pero fiel a su estilo de renegar de la “vieja política” tampoco impone un estilo “nuevo” que le brinde utilidad. Eligió como su candidato al viedmense Brusa, poco conocido, de perfil bajo y con una particular visión sobre la adhesión del electorado que lo aleja de la realidad de la política, que se ordena bajo los viejos preceptos, métodos y prácticas que en el país le dieron su razón de ser.

Además, el ex intendente de Cipolletti, que como dijo Di Giacomo “llega 10 minutos tarde a las sesiones de Diputados y se va 10 minutos antes”, nunca supo explicar esto de la “nueva política”, sumó sólo a la CC-ARI, que obediente de los dictados de Lilita Carrió alineó en la provincia su apoyo a Horacio Rodríguez Larreta, coherente con su jefa que golpeó varias veces a Bullrich por sus propuestas si llegara a la presidencia de la Nación.

El otro terreno fangoso electoralmente es el que transita Juntos Somos Río Negro, al ir con boleta corta a estas PASO. Si la línea del orden nacional se traslada a la provincia en la competencia Milei, Bullrich, Larreta, Massa, el partido del gobierno corre peligro.

Con una campaña más activa que los partidos nacionales, Luis Di Giacomo recorrió la provincia con “el Nuevo Testamento” provincialista y enfrenta a la ortodoxia nacional de la política.

No movilizó tampoco. Viedma le obsequió una foto que no tuvo en su ciudad ni en ninguna otra. El intendente Pedro Pesatti, el jefe del bloque Facundo López y dirigentes locales le hicieron una caricia con un acto en el Círculo Católico de Obreros, lejos de las concentraciones de Weretilneck que hacían chicas grandes dimensiones como el Centro de Jubilados.

Sólo la esperanza que Milei no tenga la fuerza que pronostican en Río Negro, mantiene expectativas al domingo. De perder una banca, Juntos queda rengo para acordar con el futuro gobierno nacional.

En el peronismo todo es igual. Martín Soria surgido candidato a diputado nacional por un acuerdo con su adversario interno y tocayo Martín Doñate, sólo se animó a un acto en su ciudad y que gobierna su hermana María Emilia. Su visita a Cipolletti, asiento de su compañera de fórmula Graciela Landriscini, ni siquiera sirvió para el entusiasmo.

Cuál es la fórmula que pergeñó para el domingo próximo: estar en el cuarto oscuro prendido de las dos boletas de Unión por la Patria, o sea que se erige como candidato a diputado nacional de Sergio Massa y Juan Grabois. Un artilugio que lo posiciona para evitar el papelón.

Martín Soria no convocó en la provincia y por el contrario lo miran con desconfianza desde Unión por Río Negro y los sectores internos que pugnaron en las últimas elecciones provinciales, ya que Vamos con Todos, de Silvia Horne y Unidad para la Victoria, de Gustavo Casas, hicieron pública su adhesión de Juan Grabois.

Unión por la Patria pretende volver a los votos históricos del peronismo en Río Negro, mientras que Juntos por el Cambio se entusiasma que la pelea Bullrich-Larreta convoque al electorado. Juntos Somos Río Negro, esta sólo y espera.