Verano de quinchos calientes. ADN

Un abogado viedmense, agudo observador de la política provincial, vaticinó un verano de quinchos calientes, en referencia a la intensidad de la política en la temporada estival. Aunque la referencia estaba orientada al balneario El Cóndor y su arraigada costumbre de reunir en largas mesas con asados, a políticos, operadores, periodistas y algún que otro curioso obligado a guardar silencio. Esta realidad se repetirá en toda la provincia -desde ya incluida Las Grutas- donde el tema político tendrá su centralidad y más distendido.
Juntos y el gobierno están abroquelados para evitar que por alguna hendija abierta se puedan colar las peleas internas, tal como se manifiestan en otros espacios políticos. Aunque existen diferencias, los máximos dirigentes del oficialismo actúan como si nada sucediera (aunque se dejan mensajes por doquier) ayudados por el contexto opositor que no logra hacer pie en el escenario electoral.

Por de pronto se conoció que luego de la fiesta de fin de año, el senador Alberto Weretilneck llegará a Viedma, casi a la par con los Reyes Magos. Ávidos de información esperan quienes quieren integrar las listas del 2023.

Para ello resta que la gobernadora Arabela Carreras firme el decreto de convocatoria. Los comicios serán el 16 de abril. La fecha está puesta desde hace meses pero se estira la oficialización. En el oficialismo argumentan que “faltan” algunos retoques al acuerdo medular entre la mandataria y el senador, y se espera un contacto entre ambos.

Atrás quedó la posibilidad de acercar las elecciones de Bariloche a las provinciales, y la ciudad con más caudal definirá en septiembre su próximo gobierno. Carreras se perfila como candidata pero no descarta otras opciones. Sigue subiendo en las encuestas y su capital político cobra relevancia en un año donde además del provincialismo juegan intereses nacionales. Por ahora busca garantías de contención para su gente.

Juntos está tranquilo porque los números lo tranquilizan. La fórmula “está bien” comentó una fuente, y “tracciona” en toda la provincia, salvo en casos como Bariloche, donde la candidatura -si se concreta- de Arabela Carreras está muy bien, y “el triunfo no se discute”, dijo la misma fuente.

Un punto de disputa será Cipolletti con posibilidades para el ministro Rodrigo Buteler, el candidato del oficialismo, ya que conocida la postulante de Aníbal Tortoriello, pareciera no tener la misma inserción que el ex intendente. No es lo mismo votar por el original que por un muleto.

En Viedma, Juntos es muy fuerte y la fórmula llevará de la mano a Marcos Castro, con destino a conducir el municipio. También hay tranquilidad en otras localidades como Choele Choel y El Bolsón, con Diego Ramello y Bruno Pogliano, mientras que en Villa Regina surge Luis Albrieu, aliado del gobierno.

En San Antonio irá por la reelección Adrián Casadei y trascendió que la lista de legisladores del circuito será presidida por Marcela Rossio. Acá hubo una jugada personal del intendente que no cayó bien. Le ofreció el segundo lugar del circuito al radical Nelson Iribarren (primero en las encuestas), a título personal mientras que hay una negociación UCR-Juntos, a nivel partidos y esta eventual candidatura quedó en stand by, a resolver en futuras negociaciones.

La candidatura a la intendencia de Sierra Grande será para la actual legisladora Roxana Fernández, y Juntos va con todo por la recuperación del municipio, que tendrá un rol estratégico en el futuro por el desarrollo del hidrógeno verde, ayudado por la imagen devaluada de la gestión de Renzo Tamburrini.

La Región Sur no presenta inconvenientes y como en el resto de las localidades sería distinta cada realidad de acuerdo a las fechas de elecciones municipales, juntas o separadas de la provincia.

En el peronismo hoy se le pide a la dirigencia “un gesto de grandeza”. Hay coincidencias de distintos sectores en tener un candidato propio en las elecciones del año próximo, ya sea por internas o por acuerdos.

No sólo por corresponderse con su propia historia, sino porque se observa que, de acuerdo a los distintos sondeos de opinión, la candidatura de Aníbal Tortoriello va perdiendo fuerza y no es oneroso pronosticar que el PJ podría salir segundo relegando al neoliberalismo en Río Negro. Con algunos números en la mano, una fuente señalaba que “estamos para superar los porcentajes de la última elección” porque en cada pueblo hay expresiones peronistas. Al candidato de Cambia Río Negro se lo ve solo, con poca actividad y además Ariel Rivero, de Primero Río Negro, le compite el mismo espacio de votantes, ayudado por la figura de Milei, a punto tal que proyecta sumar un 14%.

El peronismo tiene que superar los compartimentos estancos. El PJ pregona un acuerdo a la rionegrina, que pocos conocen y cuyos alcances no fue socializado, en su instrumentación, con toda la dirigencia; un grupo de integrantes del Frente de Todos, con eje en el sorismo y el Movimiento Evita, acudió a la Casa Rosada a pedir la bendición, sin la presencia de legisladores ni intendentes, y Gustavo Casas lanzó su candidatura sin la presencia de representación institucional, aunque tuvo adhesión de unidades básicas y de sectores de la juventud.

Un galimatías para el peronista de a pie.

Ninguno de estos sectores puede solo, aún cuando Silvia Horne se entusiasme con la militancia del Movimiento Evita, ya que está demostrado que no traduce en votos los planes sociales que administra; tampoco el propio partido con la base territorial de los intendentes; o el sorismo con otro pedazo que ostenta.

El PJ quedó atrapado en la lógica del enfrentamiento nacional y ligado a la estrategia de la vicepresidenta, que ratificó que no será candidata. También fue seducido por Juntos, que ya avisó que no abrirá sus listas para la dirigencia de Nos Une Río Negro. Quizás sea momento de revisión.

Del laberinto se sale por arriba. El pedido es lograr acuerdos básicos y poner en valor una fórmula peronista. El coraje es borgeano en Jacinto Chiclana y Cristina Kirchner pidió a cada militante sacar de la mochila el bastón de mariscal.

La contracara se presenta en la UCR que trabaja en una estrategia electoral que cumple al pie de la letra, Se espera para mediados de enero un encuentro entre partidos donde el radicalismo presentará a Juntos un documento de unos 25 puntos (que está en redacción) donde establece un conjunto de políticas públicas para coincidir en un acuerdo provincial y que además define ideológicamente, porque se está más cerca del oficialismo que de Cambia Río Negro.

Se trata de fijar posición sobre políticas educativas, salud, seguridad, energía, minería, petróleo y otras que permitan arribar a puntos de coincidencias básicas.

Definido este acuerdo, el radicalismo convocará a la Convención para fin de enero o principio de febrero, donde se fijará el marco de acuerdo, sobre la base de tres ejes: 1) ir solo a las elecciones, 2) concurrir con Cambia Río Negro y 3) acordar la adhesión a Juntos, incluidas las alianzas municipales.

Sólo un trámite para un final adelantado.