“Hay que cambiar”. ADN

“Hay que cambiar”, fue el pedido unificado de los gobernadores peronistas que se reunieron con el Presidente Alberto Fernández, en medio de un tembladeral que sacudía la Casa Rosada.

“Le dijimos que los gobernadores tenemos que ser partícipes y protagonistas de las decisiones que afectan a nuestras provincias. El país está compuesto por 23 provincias, si no somos mínimamente consultados va a ser difícil», contó un vocero del encuentro.

La opinión de los gobernadores fue importante dentro de los juegos palaciegos. Sienten las demandas de sus comprovincianos, sobre todo de los trabajadores estatales que ven como sus salarios se esfuman mes a mes y entonces ni siquiera es posible ponerle un número cierto al reclamo, sino que además deben tener en cuenta las arcas de cada Estado.

La triple alianza se convirtió en diarquía. Cristina Fernández y Sergio Massa, metieron las manos y comenzaron a tener incidencia directa ante un Presidente que se mostró superado por los golpes que propinaron (y seguirán) los agroexportadores y los formadores de precios, en suma “el círculo rojo” empoderado desde la derecha argentina.

Las provincias pujaron para opinar y lo hicieron salvando de llevar en la queja a los gobernadores que no eran “del palo”, para darle al reclamo un marco de poder territorial propio.

Los gobiernos provinciales tienen dificultades -unos más que otros- derivados de la escasez de recursos y acuciados por la situación inflacionaria, que si bien en algunos casos licua deudas por otro brinda argumentos a los pedidos salariales sectoriales. Tampoco es neutro que cada mandatario ya piensa en las elecciones locales del 2023, incluso con fechas previstas para marzo.

Río Negro tiene temas pendientes a coordinar con el gobierno nacional y la gobernadora Arabela Carreras, al tiempo que auguró éxitos a Sergio Massa, dijo que reiterarán ante las nuevas autoridades “el historial del reclamo” provincial.

En la primera quincena de julio llegaron a Río Negro alrededor de 30 mil turistas y Bariloche volvió a brillar como en sus mejores épocas. La fruticultura tiende a recuperarse, pero tampoco hay mayores márgenes, donde se mantiene la relación asimétrica entre empresas comercializadoras y productores, causa principal de su vulnerabilidad. La ganadería mantiene buenos precios y se percibe un incipiente crecimiento de otras economías vinculadas a la producción primaria.

¿Qué debe preservar Río Negro? Su buena relación con el gobierno nacional, que en realidad no pareciera correr peligro.

La principal demanda. Obtener el apoyo para sancionar en el Congreso la ley de instalación del Hidrógeno Verde, además de volcar apoyos para construir una planta de licuación de gas natural, para exportar, en el puerto de San Antonio.

La provincia es propietaria de un valor agregado que hoy cotiza en todo el mundo: tiene energía. Petróleo, gas y proyectos de producción energías limpias.

También debe dar su debate en las próximas licitaciones de las presas hidroeléctricas construidas sobre el río Limay, cuyas concesiones están próximas a vencerse.

Hay aliados importantes como el caso de Wado de Pedro, ministro del Interior y fuertes relaciones con uno de los polos de la diarquía, en el Senado de la Nación, donde fungen los senadores rionegrinos Weretilneck y Doñate.

Para Massa Río Negro no está lejos. El 19 de agosto del 2014, Alberto Weretilneck anunciaba su alineación en el Frente Renovador, luego de conocerse una reunión entre ambos con la presencia de operadores políticos. Este vínculo luego tuvo pequeños cortocircuitos que a decir de algunos íntimos están superados.

También Massa llegó en febrero del 2017 a General Roca, para participar de la Fiesta de la Manzana, invitado por Martín Soria. Esa relación no fue más allá de una foto junto a un cajón del fruto rionegrino por excelencia.

El futuro súper ministro de Economía siempre mostró una buena versatilidad política, una virtud que lo llevó al estrado actual. Basta recordar los elogios mutuos con el intendente Pedro Pesatti, de JSRN, en su visita a Viedma para anunciar la obra de la terminal de micros de la capital provincial. También, el tigrense acuñó una férrea relación con Luis Di Giácomo, comandante de un bloque (Federal) clave para el rejunte de votos del oficialismo en Diputados.

Juntos opera como un partido provincial y garantiza institucionalidad y, además, Río Negro puede sumarse al conjunto de nueve provincias que producen ingresos de dólares al país. Un aliado nada despreciable.

La llegada de Massa a la cúspide del gabinete no pasó inadvertida por los renovadores rionegrinos que ofrecen dos ámbitos de representación política: por un lado, Claudio Thieck, titular de la CNRT de Río Negro y su armado en varios municipios y los cuatro legisladores del bloque Renovador en la Legislatura, con Nicolás Rochas, Luis Albrieu, Alejandro Ramos Mejía y Facundo Montecino Odarda.

Los renovadores hoy levantaron su cotización en Río Negro, porque ahora no faltarán quienes exhiban una foto con Sergio Massa o el número teléfono personal.

Estos aires nuevos en el massismo será un nuevo ingrediente que, en principio, podría aventurarse, tendría consecuencias en el atribulado peronismo rionegrino. Al menos el Frente Renovador podría ser una buena excusa.