El triunfo de Juntos consolida el proyecto provincial

(ADN). – Juntos Somos Río Negro se pudo sacar de encima el karma del fracaso sobre aquel intento fallido de Fabián Gatti, luego de las PASO del 2017. Enfrentó con decisión las elecciones de hoy y más allá de la sorpresa, logró un importante triunfo que consolida el proyecto provincialista gestado por Alberto Weretilneck, quien acertó con la estrategia de construir un camino alternativo a los dos partidos nacionales.

Se superó el miedo a las elecciones de medio término, donde los espacios provinciales quedan desorientados en la bruma de las peleas nacionales.

Con esta elección, Juntos logra reconocimiento nacional para jugar en la cancha grande y se suma con mayoría de edad al concierto de los partidos provinciales que atesoran votos estratégicos en el Congreso de la Nación.

La campaña de JSRN se inició casi en soledad, con un primer candidato poco conocido y una acompañante de fórmula, que fue la cara visible de la salud pública rionegrina en los tiempos duros del Covid.

Los resultados de hoy demuestran que Juntos se convirtió en una marca ganadora, más allá de sus candidatos y el partido como el eje de la convocatoria.

También hay que señalar que el gobierno provincial también gravitó, a pesar de la idea inicial de separar las aguas, y además jugaron fuertes los intendentes, como fue el caso de Viedma, donde Pedro Pesatti ganó superando los 37 puntos.

Juntos superó ampliamente al FdT y a JxC, sólo sufrió derrotas en ciudades importantes como Cipolletti y Roca, pero la maquinaria funcionó aceitada y verticalizada, con una premisa: jugar monolíticamente para asegurar el futuro. Cada uno –en sus roles- hizo lo suyo.

El discurso de campaña sólo se reiteró con la idea fuerza de sumar un diputado nacional para Río Negro. Se tocó la fibra íntima del nacionalismo de la patria chica y con eso bastó.

Como contrapartida, el desempeño del Frente de Todos fue muy pobre. En la coalición del oficialismo nacional también los candidatos son desconocidos, pero a diferencia de Juntos, el sello partidario no funcionó. No traccionó la marca.

Resultaron intrascendentes los esfuerzos por explicarle a los rionegrinos que el gobierno nacional ayuda a la provincia a pagar los sueldos; a los programas sociales y de empleo, los avances de la pavimentación de las rutas 22 y 23 y otras ejecuciones de obras públicas. Ni pensar en la campaña de vacunación.

¿Qué se entendió? Que estos logros eran mérito de las relaciones de Arabela Carreras con la administración de Alberto Fernández y de Alberto Weretilneck, en el Senado.

Los resultados en las urnas llaman a la reflexión de la dirigencia y sus representaciones institucionales, porque la gravedad de los guarismos arrojados en las urnas, está en que la suma de votos de los candidatos de JxC que desplaza al FdT al tercer lugar. Impensado hasta hoy, a primera hora de la mañana.

Candidatos desconocidos, falta de convocatoria, mensajes pocos convocantes y ausencia del liderazgo que amalgama, algunos de los temas que serán recurrentes en esos días en el peronismo.

Vendrán días de mucho debate dentro del Frente de Todos, porque si no se remonta esta situación a noviembre, habrá una dirigencia muy cuestionada, que incluso por su propia juventud, no será de fácil recambio.

En Juntos por el Cambio, hay optimismo y miran a los próximos comicios nacionales con un optimismo no visto desde hace varias elecciones. Si mantiene estos números -hasta hoy divididos en tres- puede llegar a colocar un diputado nacional.

Para estas tres fuerzas se viene un desafío. De dónde se pueden cosechar nuevos votos: JSRN buscará sumar a expensas de un peronismo alicaído; el Frente de Todos, recuperar pensando en buscar adhesiones en ámbitos hasta ahora no explorados y JxC acrecentará su enfrentamiento contra estos dos espacios políticos y buscar a la derecha de la derecha.

Queda mucha tela por cortar. Sólo aproximaciones de los primeros análisis al calor de la sorpresa y los números que se vuelcan en planillas, pero que tienen variables interpretaciones que quedarán para el momento en que reposen las aguas.