Vaca Muerta, Joe Biden y el fracking

(ADN). – En una nota publicada por El Destape, se plantea el futuro rol de Vaca Muerta en la administración de Joe Biden, en tanto nuestro país es el segundo mayor reservorio de gas no convencional. El ganador de las elecciones presidenciales de EE.UU se mostró contrario al fracking y se comprometió a aumentar el peso de la energía renovable en detrimento de la fósil, lo que podría generar repercusiones en el resto del mundo, mientras que los Estados Unidos en uno de los mayores consumidores de combustible fósil per cápita.

En la campaña electoral, El republicano Donal había acusado que su contrincante prohibirá la extracción de gas no convencional, una actividad más que contrariada en el país por su elevado impacto ambiental, una declaración que obligó a la compañaera de fórmula de Biden a aclarar: «Lo repetiré, y el pueblo estadounidense lo sabe, que Joe Biden no prohibirá el fracking. El objetivo del demócrata consistirá en prohibir nuevos permisos de petróleo y gas por fractura hidráulica en territorio federal.

En caso de que a Biden le interese habilitar un ingreso masivo de biocombustibles al mercado para la transición, un paso a tomar podría consistir en eliminar los aranceles que Trump le colocó a Argentina y que le cerraron al país la puerta de su mayor cliente. Previo a las trabas del 130% se le exportaban U$S 1.200 millones, de modo que representaba el mayor producto que se le vendía a aquella Nación.

Cabe señalar que Estados Unidos llegó al autoabastecimiento en una década gracias al desarrollo del no convencional y según señala El Destape, luego de consultar a un experto energético, “si llegara a darse este cimbronazo en el ejido norteamericano, las empujaría a buscar otros yacimientos o aumentar las inversiones donde ya tienen presencia”,

En Argentina, el no convencional representa el 40% del total de la producción de gas y 25% de petróleo del país, de acuerdo a Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental (EJES). Aquí operan la gigante estadounidense Chevron y, muy por detrás, Exxonmobil. La primera se lanzó en 2013 con el acuerdo que firmó con YPF en 2013.

El país cuenta con 802 billones de pies cúbicos de gas no convencional y 27.000 millones de barriles de petróleo shale técnicamente recuperables, de acuerdo a la Administración de Información Energética de los Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés). Sin analizar el impacto ambiental que necesariamente genera la fractura hidráulica, su reservorio le da un potencial abismal a la extracción.

Con el precio internacional actual de los U$S 37,14 del WTI no suena tan tentador para una compañía que tiene que instalarse desde cero, de acuerdo a especialistas, pero algún incremento puede atraer mayor interés. De acuerdo a Marco Kofman, de EJES, estas perforaciones “alcanzan en pocos meses un pico productivo y luego los niveles de extracción comienzan a descender bruscamente”. Por lo tanto, para mantener la producción de un área se debe sostener un nivel permanente de inversiones, lo que se puede perjudicar si cae la cotización del barril.