Se cumplen 16 años de la «masacre» de Patagones

(ADN). – En las primeras horas de clase del 28 de septiembre de 2004, en la Escuela de Enseñanza Media N.º 202 «Islas Malvinas», Carmen de Patagones de estremeció. Se cumplen 16 años de la mañana en que la sociedad maragata se paralizó ante una tragedia sin parangón: tres alumnos muertos y cinco heridos por la acción de un compañero del aula. Un alumno de 15 años llamado Rafael Solich, conocido como «Junior», disparó contra sus compañeros en la sala que compartían el primer año del ciclo Polimodal (educación secundaria).

El hecho, conocido como «la masacre» de Patagones, tuvo lugar a las 7.35, hora del comienzo de clases, Solich ingresó al colegio donde asistían unos 400 estudiantes, con una pistola Browning calibre 9 mm (perteneciente a su padre, suboficial de la Prefectura Naval Argentina), otros dos cargadores y un cuchillo de caza escondidos en un camperón militar.

En el aula 1º B, Solich se colocó frente a la clase, tomó la pistola disparó contra sus compañeros sin mediar palabras, después de vaciar el cargador, salió al pasillo. Colocó un segundo cargador e hizo un nuevo disparo, esta vez hacia el kiosquero de la escuela a quien no alcanzó a herir. La pistola se trabó y no pudo seguir disparando.

Ya fuera del aula y en uno de los pasillos de la escuela, Dante Pena, uno de sus compañeros de aula y amigo, se le abalanzó y logró quitarle el arma. No se resistió, fue arrestado y trasladado a Bahía Blanca. Fue declarado inimputable y luego fue internado en un establecimiento carcelario de la ciudad de La Plata. Hoy no se sabe su destino.

El saldo de esta tragedia fueron tres fallecidos (de entre 15 y 16 años): Federico Ponce, Sandra Núñez y Evangelina Miranda, que murieron en el aula. Resultaron heridos Rodrigo Torres, Nicolás Leonardi, Pablo Saldías, Natalia Salomón y Cintia Casaso.

La tragedia tiene la distinción de ser la primera masacre escolar (realizada por un solo individuo con un arma de fuego) registrada en América Latina. El entonces presidente Néstor Kirchner calificó el episodio como «doloroso» y dispuso dos días de duelo nacional.