Viedma controlará los niveles de agroquímicos en vegetales

El municipio de Viedma se encuentra trabajando intensamente para establecer un mecanismo de control de la presencia de residuos agroquímicos en frutas y verduras que se comercialicen en la ciudad tanto en ferias, supermercados, verdulerías y en los camiones que lleguen con productos provenientes de otros cordones productivos.

Con esto busca garantizar la salud de la población certificando que se cumplan las buenas prácticas agrícolas en los vegetales que compra y consume la población.

De este manera -consignó el diario Al Día- Viedma se convertirá en el cuarto municipio en el país y el primero en Río Negro que trabajará en la materia, sumándose al selecto grupo que integran las municipalidades de Córdoba, Santa Fe y Mar del Plata. La medida fue dispuesta por el intendente Pedro Pesatti y será el secretario de Turismo y Desarrollo Sostenible Marco Magnanelli el responsable de ponerlo en marcha.

Para esto el municipio ya se encuentra trabajando en la confección de un convenio con la Universidad Nacional del Comahue, la Universidad Nacional de Río Negro, con participación de la Unidad integrada para la innovación del sistema agroalimentario de la Patagonia Norte (UIISA).

La decisión se conoce días después que el matutino viedmense publicara el Informe Frutas y Verduras: una ensalada de agroquímicos que nadie controla, en el que se hizo referencia a los resultados de un estudio encargado por el gobierno provincial que reveló la presencia de residuos de agroquímicos en frutas y verduras que se venden en ferias, supermercados y verdulerías de Viedma, Cipolletti y Bariloche.

Maganelli, quien además es licenciado en Biología, hizo referencia al informe y reconoció que «es cierto que hay varios productos que consumimos en todo Río Negro que tienen carga de agroquímicos». El funcionario municipal señaló que si bien «un alimento puede tener una carga de agroquímicos determinada, esa carga tiene que estar siempre por debajo de un límite, ese es el límite máximo de residuo LMR».

«Lo que ocurrió -y quedó en evidencia en el estudio encargado por la provincia- es que más de la mitad de las muestras de los productos analizados estaban por encima de los LMR», señaló y agregó que «esto marca que al menos no se respetaron las buenas prácticas agrícolas (BPA)».

Magnanelli explicó que «esos LMR son límites que marca el SENASA en base a estudios que vienen de otros países en general» y que el estudio del CIATI indicó «que por lo menos tenemos una mala práctica, que no se respetan los niveles de carencia del agroquímico y esto implica que la gente está consumiendo un nivel de agroquímicos más allá de lo permitido».

El funcionario se preocupó en aclarar que si bien esta situación «no significa que alguien va a tener un problema de salud inmediato, o se va a intoxicar por comer un alimento en esas condiciones. El gran problema de esto es que si bien el el LMR implica un límite máximo, no hay en esas evaluaciones el proceso de bioacumulación, o de cuestiones estratogénicas, o carcinogénicas, nadie le quiere poner el cascabel al gato. Entonces para mi lo que prima es el principio precautorio».

Magnanelli marcó la contradicción que se da en Río Negro donde toda la producción que se exporta a los mercados internacionales cumple con las buenas prácticas y no supera los LMR, mientras que la que queda para consumo interno queda el cumplimiento de las BPA queda librada a la buena voluntad de los productores, a lo que se suma que ninguna de las órbitas del estado nacional, provincial y municipal controla hasta ahora.

«Nuestra pregunta es porque no aplicamos en nuestra comunidad los mismos estándares», explicó el funcionario y reconoció que «si bien es bastante complejo de estudiar y de analizar, nosotros tenemos como estado, y ahí es donde el intendente Pedro Pesatti nos marca el camino, el deber de cuidar a la comunidad. Y eso implica cuidarles la salud en todo aspecto, nosotros tenemos la obligación de controlar y asegurar la inocuidad alimentaria de lo que la gente en Viedma está consumiendo».

«Tampoco es para crear una psicosis de que si te comes una lechuga te vas a morir o intoxicar, pero si hay una cuestión de salud pública y de estudios de impacto de consumo sostenido de agroquímicos dentro de los alimentos que marcan que ciertos agroquímicos tienen incidencia a largo plazo en la salud de la gente, que es realmente lo que nos preocupa y le preocupa a todo el mundo», explicó el funcionario municipal.

«Un cuestión clave es saber, despejar el factor de incertidumbre. Hoy agarramos una planta de lechuga en un supermercado de Viedma y no sabemos a ciencia cierta que es lo que tiene, si cumple con los estándares de calidad, si los límites máximos de agroquímicos están siendo cumplidos o no», señaló Magnanelli.

«Para despejar ese nivel de duda y empoderar a la demanda, que en definitiva es la que presiona para que los procesos productivos se acomoden, ahí es donde el estado tiene que intervenir dándoles las herramientas a los ciudadanos para decir nosotros estamos haciendo controles en Viedma», señaló.

Magnanelli adelantó la implementación de un programa de control de vegetales en el que se medirá la presencia de agroquímicos «de manera sistemática, en base a un protocolo determinado». El programa se aplicará en la Feria Municipal, supermercados, verdulerías y en los camiones que ingresen a la ciudad desde otros cordones productivos.

El programa incluirá el control control, análisis y en los casos que corresponda el labrado de infracciones, los decomisos de las frutas y verduras que no cumplan con las BPA y la comunicación de lo actuado a la comunidad.

«El ser humano es bueno, pero si lo controlas es mucho más bueno», señaló Magnanelli parafraseando al ex presidente Juan D. Perón. «Hoy no hay un sistema de control, al no haber un mercado concentrador no hay controles, se produce y se vende casi sin intermediarios, entonces en ese proceso no hay una intervención de un órgano de control que permita saber qué está pasando», reconoció.

Para poner en marcha este programa se requieren técnicas y capacidades técnicas específicas, que están presentes en las sedes que tienen en Viedma la UNCo, la UNRN y la UIISA. Magnanelli detalló que se está en proceso de redacción de «un convenio que nos va a permitir tener un sistema rápido». La expectativa es los resultados de los análisis sobre las muestras de frutas y verduras estén en un plazo de unas tres horas.

«Si todo sale bien y esto es un plan que lo estamos llevando adelante, en un corto plazo podremos tener en funcionamiento un programa de monitoreo de vegetales sostenido en el tiempo», adelantó.

Magnanelli adelantó que «vamos a ser inflexibles, el intendente fue muy claro al respecto, nuestra responsabilidad como estado municipal es cuidar la salud de la gente, cuidar a la comunidad en todo sentido, en el tránsito, en las leyes, en la protección, en la salubridad y en la alimentación, porque después termina siendo un problema de salud pública».

Para el funcionario «este programa va a generar primero un background de información hacía arriba, para los productores, para los que ingresan verduras de otras ciudades sepan que en Viedma se controla que es lo que se consume».

También consideró que «va a ayudar e incentivar el paradigma de producción agroecológica, en donde las formas de producción tienen la mínima intervención de agroquímicos. Es un sector que está creciendo y como política de gobierno lo estamos apoyando y es el rol que el estado tiene que cumplir».

«Hoy me parece una aberración que productores agroecológicos se queden con producción en la planta, que no puedan vender todo lo que producen, ese sistema productivo es el que nosotros queremos incentivar, mostrar que es rentable y para eso hay que comercializarlo y venderlo», remarcó.

«Inferimos que un consumo sostenido de agroquímicos en el tiempo te puede generar factores de riesgo de contracción de cáncer, problemas endócrinos, estratogénicos, de malformaciones en procesos de embarazos, el objetivo es disminuir esa carga de incertidumbre y la forma de hacerlo es está, yendo por los dos caminos, cambiando los sistemas productivos y controlando para que no pase que acá en Viedma se vendan cosas sin control y sin ningún tipo de control del estado», cerró el funcionario.