La Casa Rosada oficializó el uso de pistolas Taser

(ADN).- El gobierno de Mauricio Macri reglamentó el uso de armas electrónicas no letales, las pistolas Taser, en las fuerzas de seguridad federales. Lo hizo através de una resolución firmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que se publicó hoy en el Boletín Oficial.

La medida había generado críticas de organismos de Derechos Humanos por considerar que este tipo de pistolas pueden ser usadas para torturar. El rechazo al uso de las Taser surgió en enero, cuando Bullrich confirmó que se analizaba una primera compra de 300 pistolas, cuyo precio por unidad, en su formato básico, asciende a los 3 mil dólares.

Las Taser son armas de electrochoque, que disparan proyectiles con cables que administran corriente suficiente como para afectar los músculos, principalmente las extremidades, e inmovilizar temporalmente y, según indica el texto reglamentario, las fuerzas de seguridad podrán usarlas con los siguientes objetivos:

-Para inmovilizar, proceder a la detención o para impedir la fuga de quien manifieste peligro inminente de lesionar a terceras personas o de auto lesionarse.

-Cuando deba ejercerse la legítima defensa propia o de terceras personas.

-Para impedir la comisión de un delito de acción pública.

Entre los argumentos de la resolución, se hace hincapié en que el uso de las Taser les da a las fuerzas policiales «una opción táctica adicional». «Permitirá abordar situaciones operacionales en las que resulte necesaria la utilización de la fuerza sin el empleo de armas de fuego, siendo un medio intermedio para ejercer un uso racional y gradual de la fuerza ante situaciones de enfrentamientos con personas violentas o amenazantes», explica el texto.

En principio, las armas no letales que realizan una descarga eléctrica serán utilizadas en aeropuertos y en los trenes, donde se concentra gran cantidad de gente en espacios reducidos.

Frente a las críticas, el Gobierno asegura que, luego del uso de las armas se procederá a «preservar la memoria interna del material utilizado, a los efectos de efectuar el pertinente control administrativo». Es decir, que cada pistola tendrá una suerte de «caja negra».