De Cipo al mundo: Vodka patagónico con esencia propia

(ADN).- Taté Moretti y Hernán López Sosa son los creadores de un vodka patagónico, único en su estilo. Hace un año decidieron montar la destilería Noctua en Cipolletti, ciudad a la que volvieron después de 20 años de estadía en Buenos Aires. Un desafío enorme, que alumbró uno de los productos más interesantes de los últimos tiempos, en una provincia donde el vino, los espumantes, las sidras y las cervezas se abren paso.  

«Cuando volvimos a la región, después de vivir casi 20 años en Buenos aires, decidimos montar un emprendimiento novedoso, algo que no se hubiera hecho en la región, pensamos que ésta es la tierra de las bodegas, las sidreras y ahora el auge de las cervecerías, pero no había destilados» explica Hernán a esta agencia. «Las destilerías son una industria que creció muchísimo en Europa y Estados Unidos, y hay mucho trayecto por recorrer en Argentina y sobretodo en la Patagonia donde podemos encontrar una variedad increíble de productos naturales y botánicos que son la esencia del destilado cuando uno busca una bebida de calidad».

Luego de hacer los estudios de inversión, mercado y comunicación, Taté y Hernán se enfocaron en la legislación. «Montar una micro destilería conlleva el mismo esfuerzo que una mega destilería, ya que los entes que regulan la actividad exigen que se cumplan todas las normas al pie de la letra», explican. «Tardamos 1 año en habilitar la fabrica. Valió la pena». 

Los creadores de Noctua cuentan que «en los relevamientos que hicimos notamos que no había en argentina un vodka de calidad que pudiera competir con los importados. Taté creo la línea de vodkas bajo el concepto «Hancrafted – Small Batch» (hecho a mano en pequeñas partidas) productos muy exclusivos con sabores muy diferentes a los que actualmente se encuentran en el mercado. Esa fue nuestra carta de presentación y la aceptación del producto fue plena. Ahora Taté esta trabajando en nuevas fórmulas y nuevos destilados como Gin y otros más complejos y novedosos que estamos añejando en barricas desde hace unos meses. Siempre con una impronta patagónica».

Hernán rememora: «Inicialmente salimos al mercado con el Vodka «Original» y luego de varios meses de ensayos, pruebas, errores y un riguroso método de búsqueda de sabores y aromas logramos lanzar los vodka saborizados». «Actualmente -explica- nuestra línea de Vodka tiene 4 presentaciones, partimos de un alcohol de maíz en donde maceramos los botánicos que luego destilamos obteniendo un aguardiente de alta graduación, luego se hidrata con agua pura hasta llegar a los 40º con los que finalmente embotellamos, etiquetamos y rotulamos manualmente».

Las etiquetas de la destilería son: «Original» neutro y suave, «Limón, menta y jengibre» para quienes disfrutan de los cítricos, «Naranja, manzanilla y eucaliptus» es el más dulzón de todos y por último «5 Pimientas» un destilado auténtico que sorprende a quien lo degusta.  

En todos los casos utilizan productos naturales seleccionados de altísima calidad, y buscan que los proveedores y recolectores de la mayoría de las materias primas sean de la zona patagónica. Por caso, muchos de los botánicos son provistos por la Cooperativa Aromáticas del Valle en Fernandez Oro. 

-Cómo se logran combinar los elementos para encontrar fragancias y sabores?

Prueba y error. Es importante seguir un método científico para que las pruebas terminen siendo exitosas. Y mucha paciencia.

-Es complejo el proceso de publicidad y distribución del producto?

Aquí también la paciencia es clave. Sabíamos que nuestro crecimiento sería orgánico y lento dado lo novedoso del proyecto. Sin embargo nos encanta que la gente de la región ya reconozca el producto y se sienta orgullosa. Tenemos un vodka patagónico, un vodka de acá.

-Qué tipo de demanda tienen? Solo en la región? 

Tenemos distribuidores en casi todo el país, pero las zonas más fuertes son Capital Federal y el Alto Valle.

-En qué se inspiraron para el nombre de la destilería?

Noctua quiere decir «Lechuza» en latín. Cuando volvimos al pago construimos nuestra casa en una zona que hasta hacía poco había sido una chacra. Las lechuzas de la chacra cambiaron los manzanos por el techo de nuestra casa y nos encantó. Simbólicamente nosotros somos un poco como ellas, en 20 años pudo haber cambiado nuestro hábitat, pero nuestra esencia es la misma. Somos tan patagónicos como nuestras lechuzas.