La tragedia en Viedma desnudó la desatención social

(ADN).- No es la primera vez que en Río Negro se incendia una vivienda precaria y se cobra la vida de sus ocupantes, pero el siniestro que ocurrió en Viedma en la madrugada del jueves sí es la más impactante. Una madre y sus seis hijos fallecieron y su padre lucha por su vida en el hospital local.

La familia compartía el terreno con los abuelos y el tío de los niños. En la subdivisión había una casa y dos estructuras más pequeñas. Los Sanzana y los Huayquillán son de tradición obrera, varias generaciones de trabajadores de la construcción, ya proyectaban una ampliación del monoambiente (que tenía un solo cuatro) que se incendió.

Pero la crisis y el parate en el sector no ayudaron, así que postergaron la obra y solicitaron ayuda al Municipio para sumar un baño.

El Estado (local y provincial) tenía en el radar a la familia por su vulnerabilidad, pero no intervino.

La Subsecretaria de Fortalecimiento Familiar de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), Verónica Herández, reveló que los chicos participaban de un programa preventivo promocional, un espacio de contención, con talleres culturales y deportivos.

Consultada por el portal En Estos Días sobre si conocía la situación de precariedad en la que vivían los chicos, admitió que sí, pero argumentó que “no tenemos injerencia para dar respuestas habitacionales, porque nosotros trabajamos desde lo vincular, sobre las carencias en los cuidados parentales, y no era este el caso”.

Sin embargo, el Ministerio de Desarrollo Social tiene dos programas de desarrollo del hábitat que están, como muchos otros, subejecutados.

Uno de ellos es Hogares Rionegrinos que tuvo un presupuesto inicial para el 2018 de 5 millones de pesos y se aumentó a 7.750.000, pero al mes de septiembre -último dato oficial- no se había ejecutado un sólo peso.

Otro es el Hábitat Social cuyo presupuesto fue 25 millones de pesos, pero fue recortado en más de un 40% (quedó en 16 millones), de los cuales fueron ejecutados 15.

Sólo en la órbita de Desarrollo Social, Río Negro tiene otros programas de ayuda social, como por ejemplo el Fondo de Asistencia al Desocupado, que tuvo un presupuesto inicial de 9.290.200 pesos y engrosado a 15.619.057, en el se asumieron compromisos de pago por 6.273.691, por lo que el subejecutado es 9.345.365 pesos.

La lista es extensa.

La familia había solicitado al municipio ser incluidos en el programa «Casa Viedma» para ampliar el monoambiente. Fue después de no haber sido beneficiados en el sorteo de una vivienda en un plan en el que estaban anotados.

El caso pone nuevamente en foco que la desigualdad tiene aspectos descarnados. El acceso a la tierra y la vivienda, el trabajo, los alimentos, la educación y la salud no están garantizados para un sector cada vez más grande de rionegrinos. Para colmo, la severa crisis económica nacional -que expulsa de a millones del sistema condenando a la pobreza y la indigencia- no tiene perspectivas de morigerarse, sino de ir potenciándose.

Las tomas crecen en las ciudades más pobladas, por caso, en Cipolletti el 25% de la población vive en ellas. La población más afectada por la pobreza son los niños y la vulnerabilidad, en muchos casos, cuesta la vida.