Cárdenas y Carrasco: A los policías “se los veía desorganizados”

Con las declaraciones de 6 policías en actividad, retirados y ex integrantes del disuelto BORA, concluyó este viernes la primera semana de audiencias por los crímenes de Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco. José Luis Flores, ex jefe del grupo táctico dijo que a los policías “se los veía desorganizados”.

El ex jefe de la Brigada de Operaciones, Rescate y Anti tumultos (BORA), José Luis Flores, actualmente en funciones en la Unidad 15 de Valcheta, abundó en detalles acerca del uso de las escopetas reglamentarias y el equipo táctico empleado durante la tarde del 17 de junio de 2010. Explicó además cuál fue la estrategia desplegada en el lugar.

Flores señaló que a los efectivos policiales – que no eran BORA- “se los veía desorganizados”, y aseguró que el grupo especializado bajo su mando “pudo haber controlado la situación” de haber contado con el personal suficiente.

“Por protocolo no vamos directamente al choque”, dijo Flores, sino que “trabajamos a distancia con formaciones que producen un factor psicológico” y que con eso se intenta “contener y hacer retroceder a los manifestantes”.

Luego volvió a mencionar –sumándose a múltiples declaraciones- que en el lugar hubo cartuchos de escopeta “PG” (Propósito General) con postas de plomo.

Dijo durante su testimonio que “vino un subordinado mío, Andreola, y me dijo ´mire lo que me entregaron´: Eran cartuchos PG (plomo). Nosotros no usamos PG bajo ningún punto de vista en circunstancias como estas”.

La munición que debía emplearse es la que se designa “AT” (Anti Tumulto), cartuchos con postas de goma que, no obstante, se disparan desde cierta distancia porque pueden producir heridas severas y eventualmente la muerte.

“Siempre se dispara con rebote y a distancia mayor de 30 metros. Si no, puede ser letal”, confirmó Flores.

El dato que proporciona el ex jefe de la Brigada termina teniendo un peso específico particular en el proceso que se les sigue a los ex jefes policiales por su desempeño como funcionarios públicos, “negligencia e impericia”. A partir de las preguntas de las abogadas de la querella, Flores reconoció que la fuerza policial «no hacía lo correcto» y «estaba desorganizada».

En ese marco José Luis Flores confirmó una vez más la existencia de cartuchos con munición de plomo durante la represión.

Luego en su declaración también afirmó haber visto a manifestantes armados: “pude ver a dos personas”, dijo, “una de ellas con un arma, y tiró”, sin mayores precisiones. En este punto es esencial recordar que el ex jefe de la comisaría 27, Adrián Paillalef, declaró el miércoles que durante la represión pudo ver que había agentes uniformados pero también “había algunos de civil, de la brigada”.

A Flores también le consultaron si había registrado pérdida de equipo o municiones, cuestión a la que respondió que no, y dio detalles sobre el inventario y control que llevaba la Brigada sobre estos elementos.

Curiosamente este jueves, la Cabo Mariela Bazán relató que tras haber llegado “por casualidad” al lugar de los hechos, y mientras prestaba ayuda llevándoles agua y municiones a sus compañeros –aunque no tenía órdenes expresas- se acercó a una camioneta del BORA, sacó una caja de cartuchos y comenzó a repartirlos “de a tres”, dijo, a quienes ya no tenían.

Más adelante fue el turno de Rubén Urzagasti, tercer jefe de la Comisaría 28 en aquel momento. Urzagasti confirmó los dichos de su jefe, el ex sub comisario de la 28, Carlos Báez, quien el jueves le dijo al Tribunal que los violentos sucesos eran previsibles una vez conocido el asesinato de Diego Bonefoi aquella madrugada, y que las autoridades policiales se reunieron para planificar el operativo.

Urzagasti dijo que luego del homicidio de Bonnefoi “hubo una reunión con jefatura y sabíamos que iba a originarse un conflicto mayor”. Y que eso motivó que se requiriera la presencia de la brigada anti motines (BORA).

Walter Muñoz trabajaba como jefe del equipo de criminalística. Fue el último en declarar y su testimonio regresó sobre el uso de plomo durante la represión. Relató que la noche del 17 de junio de 2010 el médico forense Leonardo Saccomanno le mostró los proyectiles, y dijo que él informó “de inmediato a mi superior, (jefe de la Regional) Argentino Hermosa y (que este) se sorprendió”.

“¿Estás seguro?”, insistió Hermosa. “Sí, son postas de plomo”, le confirmó Muñoz.

La apostilla de la jornada sucedió cuando ya los presentes se retiraban de la sala.

El ex secretario de Seguridad y Justicia, Víctor Cufré, volvió a pedir permiso al Tribunal para ausentarse de las audiencias. Inicialmente, el lunes, todos los imputados habían pedido lo mismo, cuestión que los jueces Marcelo Barrutia, Emilio Riat, y Juan Lagomarsino, resolvieron denegar.

Los abogados de Cufré insistieron, aduciendo que la esposa del ex funcionario padecía “fibromialgia”, y requería cuidados. Para lograr la autorización se comprometieron a presentar los certificados médicos que finalmente aportaron este viernes.

Presentada la constancia, los jueces le concedieron permiso a Cufré para ausentarse durante la semana próxima. La decisión provocó murmullos y una evidente molestia en los familiares. Se especuló también con una intención solapada de apartar a Cufré durante la audiencia en la que deberán dar testimonio el ex gobernador Miguel Saiz, y el ex ministro de Gobierno, Diego Larregui, prevista para el próximo martes, como un modo de “aliviar” la presión de la sala.

Fue en ese momento, cuando ya el Tribunal se retiraba, que Víctor Cufré comenzó a bromear con su defensor, Sebastián Arrondo, sobre el asado que se iban a comer durante su ausencia: “hagan el asado sin mí”, le dijo.

Karina Riquelme, viuda de Sergio Cárdenas, alcanzó a escuchar y soltó contra Cufré la angustia contenida.

“Él les dijo que se coman el asado sin él, porque viaja. Es una falta de respeto”, dijo Riquelme dirigiéndose a los jueces. El agravio no pasó a mayores y Cufré y los abogados se retiraron con una advertencia del Tribunal.

(Fuente: En Estos Días)