El PJ bonaerense se reagrupa. ¿Massa gobernador?

El peronismo bonaerense despertó en San Bernardo. En la cumbre del partido, intendentes del Conurbano y referentes de Sergio Massa parecieron encontrar un andarivel por donde nadar hacia 2019. Los intendentes y legisladores volvían excitados de Costa del Este. Es que en ese punto de la costa se iniciaron las conversaciones para confluir en una alianza PJ-Frente Renovador.

Ambas fuerzas tienen 35 intendentes peronistas y 11 massistas, un capital nada despreciable para enfrentar a Cambiemos en las elecciones generales del año próximo. El objetivo es ambicioso, los obstáculos son muchos, pero esta tarde en ambos sectores trazaron una hoja de ruta. «Lo divertido de esto, es que hay pulseadas cada dos años», decían en el peronismo, esta vez con una lectura más optimista de las contiendas electorales.

El desafío más grande es tener plantado en la cancha un candidato en abril. Ese punto será una bisagra que decantará la solidez del grupo. Por estas horas Massa está terminando una gira por Haití y Santo Domingo y permanecerá una semana en Nueva York donde cumple funciones como asesor en seguridad del ex alcalde de esa ciudad, Rudolph Giuliani.

El plan de unidad del peronismo con el espacio de Massa tiene como pata fundamental un requisito de difícil cumplimiento: Que Cristina Kirchner acompaña el proceso en relativo silencio y no busque protagonizar la campaña.
Apenas aterrizado en suelo norteamericano, Massa dio el visto bueno a la hoja de ruta del peronismo y mandó a decir que lo esperen para avanzar con el armado. Por lo pronto, se sabe que tras la reunión de hoy Massa atendió los llamado de unos diez intendentes.

En cuanto al candidato, no tienen el nombre pero si el perfil buscado para tamaña tarea. La mayoría quiere replicar el ‘modelo Vidal’, esto es: una persona que tenga muy baja la imagen negativa, no importa si es conocido porque tendrá tiempo para crecer y que no tenga pasado o ‘prontuario’ que se convierta en un blanco fácil para el gobierno.

Aunque no participó de las conversaciones, quienes lo conocen a Massa lo ubican más en la pelea nacional. Por lo pronto, se sabe que el ex diputado propone a Daniel Arroyo, un referente en políticas sociales del Frente Renovador.

De perfil técnico, Arroyo dijo que está para dar la pelea por la gobernación. Hay un dato importante: tiene el respaldo del Movimiento Evita.

Pero los intendentes peronistas quieren al propio Massa o a Felipe Solá. Sobre este último puntean ventajas y desventajas. Tiene altísimo nivel de conocimiento, pero al mismo tiempo tiene la imagen negativa muy alta. En una campaña dura, puede ser sindicado como parte del pasado, aunque alguna vez Vidal lo mencionara como el mejor gobernador bonaerense, ninguneando al radicalismo.

También Insaurralde aparece en ese esquema como un potencial candidato. El problema es que el intendente de Lomas de Zamora puso como condición que sólo competiría por la gobernación si es que el peronismo tiene asegurado el triunfo.

Como sea, una cosa quedó clara tras el encuentro de hoy y es que al candidato hay que construirlo, instalarlo con tiempo como Macri hizo con Vidal.

Rechazo a Florencio
Esta tarde, en los salones del Hotel boutique Almarena de Costa del Este, alguien tiró sobre la mesa el nombre de Florencio Randazzo, sin embargo las críticas fueron unánimes y demoledoras.

El único rechazo explícito fue hacia Randazzo acusado de haberse convertido en un dispositivo de Macri y Vidal para que el peronismo perdiera en las elecciones de octubre.

Todos coincidieron en que la candidatura del ex ministro fue parte de un dispositivo del gobierno para que pierda el peronismo. Curioso, quienes más cuestionaron a Randazzo fueron los intendentes del interior que son los que llevaron la boleta del fracasado Cumplir. Es que fueron ellos justamente quienes se sintieron ‘usados’ en una operación diagramada por el gobierno.

«Ya todos sabemos de las reuniones de Florencio con Salvai y como le financiaron la campaña», explicó a LPO uno de los presentes.

Hay un punto que es clave en este incipiente armado: Qué hacer con Cristina Kirchner. En principio lo que se conversó fue ignorar tanto a la ex presidenta como al kirchnerismo más rancio. «Con el peronismo unido y con Cristina callada, no hay segundo mandato de Macri», aseguraban.

Es que sostienen que ordenar el peronismo en la provincia es la llave para avanzar sobre el interior del país. Desde la ruta 2, un intendente aseveraba que un peronismo fuerte en el territorio bonaerense es parte de la solución para ganar la Presidencia.

En el PJ coinciden en que lograr que Cristina se quede en su banca es todo un desafío. Aseguran que el diálogo con ella y con Máximo Kirchner no es malo, pero el problema surge con sus definiciones. No existe un idea y vuelta, no anticipa sus jugadas a los alcaldes. La definen como «críptica».

(Fuente: La Política On Line)