La estrategia de Cambiemos ahora es polarizar con Massa

En la Casa Rosada manejan una diferencia de dos a tres puntos arriba de Cristina Fernández de Kirchner sobre Esteban Bullrich y el presidente Mauricio Macri decidió fidelizar el voto de sus seguidores y por lo tanto la estrategia del gobierno es buscar los votos de Sergio Massa para descontar la ventaja de la ex presidente. Sigue la idea en el oficialismo que Cristina llegó al techo y que ese porcentaje de 30 puntos es inamovible.

Cambiemos apelará al electorado massista para salir a descontar ésta  diferencia . Más allá de los timbreos donde la orden es que todos ministros y funcionarios salgan a la calle, como sucedió ayer donde fue notoria además la presencia de Lilita Carrió, junto al ministro Rogelio Frigerio, en Santa Fe, donde no es candidata, pero hay desconfianza con el radical José Corral.

El diagnóstico de la superioridad cristinista, que todavía no incomoda al oficialismo, llevó a Marcos Peña y a Durán Barba a bajar nuevas instrucciones, publicó ámbito.com. La masa crítica de 30 puntos porcentuales de la expresidente en provincia de Buenos Aires (+/- 5 puntos de margen de error) son fieles e inamovibles. El experimento Florencio Randazzo no alcanzó para desinflar el caudal electoral de la candidata a senadora de Unidad Ciudadana y por eso Peña-Durán Barba saldrán a pescar votos en la pecera del massismo donde habita un cardumen electoral anti-K que pendula entre el tigrense y el oficialismo.

El esquema para desgastar a Massa, a quien tanto macristas como kirchneristas ubican tercero en las encuestas de intención de voto, ya comenzó. El miércoles en la Cámara de Diputados, Nicolás Massot estrenó un viraje discursivo. Se olvidó por un instante de la expresidente y definió a Massa como «el jefe de la banda» en medio de la trunca sesión para votar el desafuero de Julio De Vido. «Massa se niega a seguir hablando y se empeña en ocultar. Queremos saber qué es lo que vio, qué es lo que escuchó. Sergio Massa fue el jefe de la banda. Fue jefe de Gabinete durante el Gobierno y jefe de Julio De Vido», bramó el diputado PRO.

La neopolarización con el exintendente de Tigre también llegó a la agenda de seguridad. El massismo salió a acusar a María Eugenia Vidal y a Cristian Ritondo de plagiarle una aplicación para hacer denuncias online de casos de inseguridad.  A su vez,  Cambiemos Tigre difundió una foto donde denuncia un escrache a un local partidario en Don Torcuato, primera sección electoral, en una tácita acusación al massismo. En la tercera, Quilmes, Martiniano Molina sumó a Gastón Fragueiro, el presidente del bloque del Frente Renovador del Concejo Deliberante quilmeño, quien anunció su pase a Cambiemos. «Venimos a aportar a la mejor gestión de los últimos 50 años en Quilmes», expresó el funcionario que, junto a Walter Queijeiro, terminó de vaciar al massismo de Quilmes.

 

El control de la calle también tendrá un capítulo aparte en la campaña. Ell Gobierno nacional apeló también a fidelizar a sus electores con el desalojo de la planta de Pepsico en Vicente López, donde gobierna Jorge Macri. La primera fase de esa estrategia comenzó el 28 de junio, cuando la Policía Federal desalojó un reclamo que incluía la instalación de carpas, ollas populares y manifestantes encapuchados frente a la sede del Ministerio de Desarrollo Social.

El lunes en Casa Rosada, con la campaña ya cristalizada, jurarán ante Macri los nuevos integrantes del staff de Marcos Peña. En Educación asumirá el matancero Alejandro Finocchiaro, en Defensa el radical Oscar Aguad y en el Plan Belgrano, Carlos Vignolo. También quedará vacante la jefatura de ACUMAR por la salida de Gladys González. Esa silla podría ser ocupada por Jorge Macri a pesar de que el primo presidencial prefiere desembarcar en el Ministerio del Interior en la Secretaría de Vivienda, para reemplazar al peronista tucumano Domingo Amaya, quien a su vez se quedaría con la silla de Ayda Ayala en la Secretaría de Asuntos Municipales para reforzar el vínculo con los intendentes norteños de cara a 2019.