Según la UB, la inflación se devoró a la devaluación

El tipo de cambio real volvió a los niveles previos al levantamiento del cepo cambiario, indica el último informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano. Esto significa que la inflación acumulada se devoró la devaluación de casi el 40%, llevada a cabo en diciembre de 2015, y que el atraso cambiario acumula en marzo un 27,1%. Es como si la devaluación hubiera consistido en llevar la cotización de la divisa de 9,75 a 10 pesos.

“El atraso cambiario mantiene estables los precios de los bienes comercializables. Ello se refleja en las variaciones del Índice de Precios Internos Básicos al por Mayor, que creció sólo 3,5% en el primer trimestre de 2017 y 17,4% en el último año. Sin embargo, los bienes comercializables tienen bajo peso en la canasta de consumo promedio, como refleja la composición del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Ello explica que, en el primer trimestre, el IPC subió un 6,2%, casi el doble que su homólogo mayorista. Por lo tanto, la eficacia del atraso cambiario como instrumento anti-inflacionario es relativa”, analiza Víctor Beker, director del CENE.

“Por otra parte, el atraso cambiario va quitando rentabilidad a las exportaciones, cuyos costos aumentan al ritmo de la inflación doméstica, mientras sus precios acompañan la evolución del dólar. De hecho, en 2016, las exportaciones de origen industrial cayeron 6,6%, con derrumbes en calzado (33,3%), textiles (23,4%), papel (14%), máquinas (9,5%) y productos regionales como las infusiones (18,7%), los curtientes (16,2%) y los de molinería (13,3%)”, continúa.

“Del mismo modo, se torna cada vez menos competitiva la industria que debe enfrentarse con las importaciones, por razones similares: los precios de los importados evolucionan con el dólar, mientras los costos de la producción nacional lo hacen pari passu con la inflación. El resultado de largo plazo es un crecimiento mucho más veloz de las importaciones que de las exportaciones y saldos crecientemente desfavorables de la balanza comercial. En efecto, en el primer trimestre de 2017, se acumuló un saldo negativo de la balanza comercial de 1.088 millones de dólares, el triple que en igual período de 2016”, completa Beker.

Cabe señalar que el atraso cambiario se calcula tomando la evolución del tipo de cambio hasta el presente, a la que se le agrega la inflación en los Estados Unidos, medida por el índice de precios al productor; finalmente, se divide por la evolución del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires para el rubro servicios. Mientras la inflación estadounidense mide la pérdida de poder adquisitivo del dólar, la inflación local de los servicios aproxima la pérdida de valor del peso en términos de los bienes no comercializables.