Patas cortas

(ADN).- El legislador del Frente para la Victoria Nicolás Rochás denunció, previo a la lectura de la condena del ex juez Juan Bernardi, que había un pacto para dejar libre al acusado de promoción de la prostitución y proceder de la misma manera –a posteriori- con el legislador de JSRN, Rubén López, que fuera denunciado por acoso sexual por una joven en Cipolletti.

En esta acusación involucró al gobierno provincial, legisladores y a jueces.Y es en el Consejo de la Magistratura donde debería haberse presentado el tema, ámbito del que forma parte Rochas, pero que, sin dudas, no tiene la inmediatez de la prensa.

Hoy, la Cámara Criminal de Viedma condenó a cinco años de prisión efectiva a Bernardi. Nada de lo que anunció Rochás se cumplió, aún a costa de las dudas generadas sobre los jueces Galinger, Mussi y Gandolfi.

El legislador enrolado en el sorismo, y alter ego del Intendente de General Roca, quedó en off side, una manera elegante de marcar su error y evitar utilizar un término grosero.

Rochás hace de la denuncia una herramienta política, pero lo hace mal y en forma desmedida. Si bien es natural que utilice sus funciones como legislador de la oposición, no escapa que tiene un deber de responsabilidad hacia los ciudadanos y también para con el bloque del FpV, que quedó como mero espectador de una comedia burlona.

Según se supo en cercanías de la bancada opositora, la semana pasada, cuando Rochás largó la especie a la prensa, argumentó que era “una información chequeada” y que provenía “de fuentes de la propia Justicia”.

De ser así es factible que le hayan vendido “pescado podrido” que fagocitó con avidez en su afán de protagonismo mediático, pero como si dicen en el barrio, con esa acción, “mandó en burro” al propio Alejandro Marinao, titular del bloque.

La inmunidad del legislador no puede convertirse en impunidad para decir cualquier cosa, con tal de tener un título en la prensa, y utilizar todo artilugio –sin límites- para provocar dudas o deterioros en el contrincante político, sin sustento.

Rochás juega al tiro de la paloma, pero con los ojos cerrados. Muchos cartuchos desperdiciados como las denuncia contra Antaxus y el Secretario de Medios; al presidente del bloque de JSRN; a la contaminación del río y otras tantas sin éxitos. Se podría pensar que el resultado final poco le importa, sólo se trata de denunciar y esmerilar.

Está en su derecho, y sus denuncias se seguirán publicando en la prensa, que debe estar abierta a todas las expresiones. La seriedad y la responsabilidad corren por su cuenta, igual que su credibilidad y su prestigio. Y muchas veces arrastra al su bloque y partido.