Chorizo gourmet con un tomate cherry

El Presidente Mauricio Macri recibirá esta noche a legisladores de los interbloques de Diputados y del Senado de Cambiemos, mañana floreará su perfil «social» cuando abra las sesiones ordinarias en el Congreso y, el jueves, cerrará el raid con la primera reunión de Gabinete ampliado del año, en el Centro Cultural Kirchner.

De esta manera, el primer mandatario buscará mostrar apertura política, de gestión y electoral a sus socios de la Unión Cívica Radical y de la Coalición Cívica e intentará fagocitar las acusaciones por el denominado Correo-Gate, que volvieron a unir a peronistas, massistas, ultrakirchneristas y progresistas silvestres, publicó hoy ámbito.com, en una nota de Mariano Casal, quien analiza la semana macrista de inicio del año legislativo y político.

Si bien hay expectativa por el asado en Olivos con diputados y senadores de Cambiemos de hoy a la noche, la realidad es que el convite no distará mucho del de febrero de 2016. «Asado como el que conozco no vi nunca en Olivos: nada de costillar completo, sino un chorizo gourmet acompañado con un tomate cherry. Más allá de la anécdota alimenticia, la realidad es que el Presidente va a estar preparando el discurso del miércoles para la Asamblea Legislativa y hará como el año pasado, que estuvo un rato pero tampoco hasta tan tarde», señaló a Ámbito Financiero un legislador premium del PRO.

En febrero de 2016, Macri comenzaba a conocer la explosiva herencia K y celebraba la conformación de los interbloques oficialistas en el Congreso. «Somos uno solo, somos Cambiemos», destacó en ese momento el experimentado legislador y jefe en Diputados, Mario Negri (UCR-Córdoba). Tanto Macri como sus socios marcaron la importancia de reforzar a través de esas bancadas -que son minoría en cada cámara- la representación en el Parlamento.

Pese a la cumbre que el centenario partido realizó el fin de semana pasado en Villa Giardino, lo cierto es que -tal como explicó este diario en su edición de ayer-, los radicales lograron en Córdoba mantener un ambiente civilizado y mucho más calmo que el que esperaba parte de la dirigencia.

Nadie en el radicalismo hoy discute irse de Cambiemos. Una prueba de eso es la génesis de esa cumbre. Fue comandada en Córdoba por Negri, con apoyo del gobernador jujeño, Gerardo Morales, una dupla que juega más en conjunto que nunca desde el alejamiento del mendocino Ernesto Sanz, asesor top sin cargo de Macri. Entonces, a la cabeza de esa «rebelión» radical estuvieron dos dirigentes que jamás pensarían en abandonar el Gobierno.

Ayer, la otra pata de la UCR y jefe del buró nacional, José Corral, dejó clara la ratificación del rumbo del Gobierno, aunque recordó que después de «un primer año de atender urgencias» vinculadas a la herencia kirchnerista, Cambiemos «está en condiciones de plantear los temas de mediano plazo y ponerlos en primer plano» con prioridad para educación, la justicia y la inclusión social.

Sobre este último punto intentará pulverizar Macri a la oposición mañana, durante la Asamblea Legislativa con la que abrirá el período de sesiones ordinarias y la campaña electoral 2017. Allí, el jefe de Estado replicará datos que cedió el Ministerio del Interior sobre el destino de $25.000 millones en distintos planes que impulsa la Secretaría de Vivienda y Hábitat para la urbanización de asentamientos y villas miseria. Una cifra similar nutrirá el ya conocido Plan Procrear (10.000 y 15.000 préstamos como meta para el corriente año). Todo ello, lejos de los disparatados emprendimientos kirchneristas de Sergio Schoklender.

El último round del carnaval político macrista tendrá lugar pasado mañana, en el Centro Cultural Kirchner, desde las 8 de la mañana. Allí se hará la primera reunión de gabinete ampliado del año, es decir, con todos los funcionarios hasta el rango de subsecretarios y directores, tras semanas largas en las que Macri se manejó con «ojos e inteligencia» delegados en el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.

Durante el último convite de 2016 -mitad de diciembre pasado-, un Macri molesto pidió desterrar las prácticas impostoras, término que utilizó para calificar al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, por el avance en el Congreso del proyecto sobre Ganancias marca Massa-Bossio-Donda-Kicillof, frenado luego por los gobernadores justicialistas a través del peronismo -ahora- racional que comanda en el Senado Miguel Pichetto.

La reunión de gabinete ampliada, mucho más política que las de coordinación (más pequeñas y más continuas), les abre a los peronistas que están en el Gobierno una compuerta para quebrar el círculo más íntimo del poder central. «La calle hay que caminarla y qué mejor que nosotros para eso», dijo uno de ellos a este diario.