La hora de los ríos

(Jorge Armando Ocampos*).- Costó. Mucho, costó. Pero al final la rueda del interés común, las presiones y las acciones ha comenzado a rodar en busca de un único resultado: El saneamiento de los ríos regionales.
Los funcionarios de toda la región, de todos los niveles, ya no podrán seguir haciendo la plancha y culpando a otro u a otros.

Hay responsabilidades concurrentes en la formación y alimentación de las fuentes contaminantes que desembocan sobre los ríos, arroyos y lagos que conforman la cuenca hídrica interna mas importante del país.

De una punta a la otra del Negro, y sobre sus tributarios, el Limay y el Neuquén, las poblaciones se han movilizado y han exigido a sus intendentes, legisladores y gobernadores a pasar a la acción.

No hace falta más que acción. Diagnósticos, estudios, análisis, los hay y superpuestos. Todos, hasta los mas “interesados” en calmar las aguas de las preocupaciones sociales, demuestran que los cursos de agua sufren agresiones peligrosas, que los ponen en riesgo de perder su condición de fuentes de vida.

Sigo sosteniendo que algunos organismos tienen mas responsabilidades que otros, pero no eximen a nadie de tenerlas. El Departamento Provincial de Aguas y la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), deben rever sus posturas de observadores y analistas y pasar a cumplir los roles de contralores que les dan sus respectivos marcos jurídicos y normas reglamentarias y complementarias.

No sirven a los intereses comunes organismos con funcionariados aburguesados, que subestiman críticas, demandas y posturas diferentes, porque de tanto permanecer en sus cargos, se creen dueños de los mismos y de la verdad absoluta.

Como lo vengo haciendo desde hace años, junto con otros actores sociales y de mi partido político, voy a seguir promoviendo las acciones judiciales y políticas que crea necesarios, pero –fundamentalmente- acompañando esta saludable reacción social que se viene produciendo, de parte de los pueblos ribereños, que al fin se han dado cuenta que deben defenderse a sí mismo, a través de protestas y movilizaciones pacíficas pero contundentes.

*Legislador CC.ARI-Frente Progresista