Otro crimen queda sin resolver en Cipolletti

(ADN).- Por insólito que parezca, la justicia de Río Negro llevó a juicio dos veces a los Aguirre (padre e hijo), por el asesinato de la bioquímica Ana Zerdán hace ya 17 años, y en ambas ocasiones se dictó la absolución de los imputados. Con el fallo de hoy, donde los jueces dejaron en claro que tuvieron más dudas que certezas, en Cipolletti se está ante otro asesinato sin asesino. Vale recordar que por el primer Triple Crímen, el único detenido es Claudio Kielmasz, quien fue condenado por “partícipe necesario” o colaborador, pero no como autor.

A partir de una poco frecuente resolución del Superior Tribunal de Justicia (dado que una de las máximas del Derecho es una persona no puede ser juzgada dos veces por el mismo delito), se dispuso sacar a los jueces que absolvieron a los acusados la primera vez, y darle una nueva conformación al tribunal, que en esta oportunidad estuvo presidido por el camarista Julio Sueldo e integrado por los vocales Florencia Caruso y Santiago Márquez Gauna. Los tres jueces subrogaron la Cámara Segunda en lo Criminal de Cipolletti.

Resolvieron absolver a los imputados, Juan Carlos Aguirre, y a su hijo Juan Manuel Aguirre Taboada. Respecto de Juan Manuel Aguirre Taboada la absolución fue por el beneficio de la duda y respecto de su padre Juan Carlos Aguirre se dictó absolución porque el fiscal no lo acusó por la “excusa absolutoria”, es decir el posible encubrimiento de su propio hijo.

La sentencia, en su parte central, giró en torno a cómo apareció y quien tenía la llave del automóvil de la víctima, cuestión que utilizó la Fiscalía para sostener su acusación en los alegatos.

En primer término se dio por acreditado que la llave que aportó Juan Manuel Aguirre Taboada, después del homicidio, era una copia. Eso quedó establecido en el acta policial que la defensa refirió como instrumento público.

En segundo término, no se pudo aseverar que la llave que fuera entregada por Juan Manuel Aguirre Taboada fuese la que utilizó Zerdán en la tarde-noche previa a su muerte. La merituación de todas las pruebas en conjunto establece una “duda razonable” – más allá de las sospechas – que favorecen al imputado, dice la sentencia. De haber sido la llave original, Juan Manuel (hijastro de Zerdán debido a una larga relación de la bioquímica con su padre), hubiese estado más complicado porque habría significado un contacto con la víctima en las horas próximas a su muerte.

Los procesados Aguirre (padre e hijo) fueron absueltos luego del debate que se realizó en 2008. Sin embargo, en casación el Superior Tribunal de Justicia anuló la sentencia absolutoria, convalidó la prueba producida para ese juicio y ordenó otro debate con distinta integración, aunque con “plena validez” de la prueba.

El juicio de 2008 fue grabado y los videos están incorporados en el expediente. En cumplimiento del fallo del Superior Tribunal de Justicia, éste tribunal de jueces subrogantes reprodujo, en los meses de mayo y junio, los videos de los testimonios del primer debate. Luego las partes presentaron una lista de testigos que fueron citados a declarar.

La bioquímica Ana Zerdán fue asesinada en su laboratorio de Cipolletti el 17 de septiembre de 1999. Fue atacada en el baño y recibió un golpe mortal en la cabeza.

El fiscal del juicio fue Marcelo Gómez y la defensa estuvo ejercida por Juan Pablo Piombo, de la defensoría pública.