Quince años después del 11 de septiembre del 2001

Este domingo 11 se cumplen tres lustros de la destrucción de las Torres Gemelas. Caratulado oficialmente como un atentado, el hecho produjo un quiebre de la geopolítica global. Pero las miradas desde la ciencia han arrojado más dudas que certezas en torno a la versión oficial. Un reciente estudio las actualiza.

(Por Rubén Costiglia*).- A 15 años de la destrucción de las Torres Gemelas, y del inexplicable colapso del edificio 7 (WTC 7) de Nueva York en el cual no impactó ningún avión, las dudas sobre lo que realmente ocurrió no han hecho sino aumentar.

El National Institute of Standards and Technology (NIST) de los Estados Unidos produjo, luego de años de trabajo, varios informes sobre cómo ocurrieron los colapsos de las Torres Gemelas y del WTC 7. El objetivo era estudiar los únicos casos conocidos de edificios de gran altura que sufrieron colapsos estructurales totales, y en los cuales el fuego parecía jugar un papel importante. La investigación del NIST ni siquiera consideró la hipótesis de la demolición controlada, apoyada entre otros elementos de juicio, en numerosos testimonios de testigos que oyeron explosiones durante el colapso de los edificios.

Hace pocos días, la revista de la Sociedad Europea de Física, Europhysics News, publicó un artículo titulado: 15 years later: on the physics of high-rise building collapses. A continuación se reproduce completo el párrafo correspondiente a las conclusiones:

“Vale la pena repetir que los incendios no han causado el colapso total de un edificio de gran altura con estructura de acero ni antes ni después del 9/11. ¿Hemos sido testigos de un acontecimiento sin precedentes tres veces diferentes el 11 de septiembre de 2001? Los informes del NIST, que intentado apoyar esta conclusión poco probable, no convencen a un número creciente de arquitectos, ingenieros y científicos. En cambio, la evidencia apunta abrumadoramente a la conclusión de que los tres edificios fueron destruidos por demolición controlada. Teniendo en cuenta las implicaciones de largo alcance, es moralmente imperativo que esta hipótesis sea objeto de una investigación verdaderamente científica e imparcial por las autoridades responsables”.

Este artículo viene a ratificar lo encontrado por el doctor Niels H. Harris y otros (Active Thermitic Material Discovered in Dust from the 9/11 World Trade Center Catastrophe): la presencia de rastros de un novísimo y poderoso explosivo en partículas de polvo procedentes de los colapsos de los tres edificios.

Si éstos fueron demolidos con explosivos la cantidad de interrogantes que se abren es abrumadora. Las preguntas que surgen inmediatamente son: quienes lo hicieron y por qué lo hicieron. Las consecuencias fueron entre muchas otras una invasión a Irak que ahora algunos de los participantes reconocen como sin fundamento, el incremento del odio irracional hacia los musulmanes, y un mayor recorte de las libertades justificado por la “guerra al terrorismo”. Sin duda la realidad supera a la ficción y el 11 de setiembre de hace 15 años muy probablemente ocurrieron más cosas que las que se mostraron en todos los canales de televisión del mundo: aviones impactando contra las Torres Gemelas. Quizás algún día sepamos la verdad. (APU)

(*) Artículo publicado el 9 de septiembre en “Nuestra vida y la ciencia”, habitual columna del autor en el periódico Síntesis, de México.