Mujeres construyeron 15 casas con propio esfuerzo

Mujeres de Fernández Oro, de entre 30 y 40 años, edificaron sus casas con esfuerzo compartido y, entre otras tareas, hicieron la mezcla, rellenaron la base e hicieron el encadenado por etapas. «Aprendimos a hacer lo que hace un hombre albañil y estamos orgullosas de eso», contaron algunas de ellas.

Integran la Asociación Civil Un Techo para mi Hermano de 15 viviendas, construidas a través del Programa de Viviendas Cáritas Nacional.

En la edificación de las casas, que se ubican en el Loteo Social IV del grupo Suyay II, utilizaron la modalidad de “esfuerzo propio y ayuda mutua” de 15 familias implicadas en el proyecto, con el acompañamiento de Un Techo para mi Hermano, como parte del proyecto de viviendas de Caritas Nacional y con financiamiento del Ministerio de Planificación e Ingresos Públicos, según se detalló oficialmente.

El plan incluye asistencia técnica, mano de obra especializada y materiales. Cada unidad habitacional tiene 58 metros cuadrados cubiertos y consta de dos dormitorios, baño y una amplia cocina comedor separadas por una barra que garantiza el desarrollo de las actividades cotidianas de las familias.

Las mujeres apuntaron que «somos parientes directos de aquellos que construyeron un barrio frente a la Escuela 287 y hoy copiamos aquel esfuerzo, Somos orenses y gracias a Dios vamos a tener un lugar donde vivir. Arrancamos con este proyecto el 5 de mayo del 2014, es decir se van a cumplir casi hace dos años. Nos falta la luz, y desde el municipio dicen que se está gestionando en Edersa, ya que sin este servicio no podríamos inaugurarlas. Tampoco tenemos gas ni cloacas, pero confiamos que algún día se instale todo», mencionaron.

Además señalaron que «acá venimos todos, haga frío o calor, viento, lluvia o cenizas como nos ocurrió esa vez. Cumplimos horarios de lunes a sábados y aquel o aquella que no viene, tiene que sumar más tiempo de tareas. Hace cuatro años que estamos pagando estas tierras y hoy estamos viendo el fruto de nuestra entrega y sacrificio».

También contaron a Noticias de Oro que «todo comenzó en agosto del 2010, cuando nuestro impulsor, Raúl Sepúlveda gestionó el proyecto y realizamos la primera reunión en la parroquia Santa María Goretti de Fernández Oro. Al principio éramos 22 y con el tiempo quedamos solo 15 propietarios. Juntábamos dinero a través de rifas, torneos de truco, vendíamos empanadas y rosquitas para salir adelante»

No fue fácil la cuestión para estas mujeres. «Aprendimos lo que hace un albañil y nos dimos cuenta lo duro que es para quien está en una obra de construcción. Cometimos errores, pero somos humanos y nos equivocamos. Hoy podemos decir que hemos formado un grupo de familias que saben lo que pretendían y que si no le poníamos voluntad y responsabilidad a esto, nadie nos hubiera regalado nada», dicen con énfasis.