La presencia del Presidente en un lago que debería ser público

(Magdalena Odarda*) Resultó público y notorio durante las últimas horas el hecho de que el presidente de todos los argentinos hubiera destinado la mayor parte de su tiempo en su última visita al sur, a fin de acompañar accidentalmente al presidente Obama, dentro del establecimiento “Hidden Lake S.A.” o “Lago Escondido”, en una visita de aparente amistad con el millonario inglés Joseph Lewis, séptima fortuna de Gran Bretaña.

Si bien el mencionado millonario adquirió más de 12 mil hectáreas durante el año 1996, desde el año 2005 el acceso público histórico a las costas del lago Escondido, interrumpido por los lugartenientes de Lewis, se ha convertido en una verdadera cruzada ciudadana y en una lucha emblemática que fue cobrando trascendencia en todo el territorio nacional. En la provincia de Río Negro se reclama el cumplimiento del artículo 73 de la Constitución provincial que asegura “… el libre acceso con fines recreativos a las riberas, costas de los ríos, mares y espejos de agua de dominio público. El Estado regula las obras necesarias para la defensa de costas y construcción de vías de circulación por las riberas.”

La causa por el acceso público al Lago Escondido cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones de la sociedad civil a través de su presentación en sendos escritos de “Amicus Curiae”, manifestando en los mismos su interés en la suerte del juicio aduciendo una serie de derechos que no habían sido reconocidos por el Estado, dado que el lago se mantiene virtualmente “privatizado” para el acceso de cualquier ciudadano que desee hacer uso de derecho de libre acceso a un espejo de agua público, salvo que medie una invitación o un recorrido programado por la misma empresa Hidden Lake SA.

Las organizaciones presentadas hasta el momento en la causa por el libre acceso al Lago Escondido son: la Asociación de Padres de Niños con Discapacidad de Bariloche, la Asociación Ambientalista “Árbol de Pie” de Bariloche, la Asociación por el Acceso a las costas libres “Cristian González” de San Martin de los Andes, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (ADPH) de Bariloche, la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, la Coordinadora del Parlamento Mapuche de Río Negro, la Asociación “Alerta Angostura”, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) de la Provincia de Río Negro, la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), entre otras.

El Amicus Curiae, o “amigos del tribunal”, es una institución del derecho clásico que se ha extendido en forma notoria. Consiste en presentaciones que pueden realizar terceros ajenos a una causa judicial pero que tengan un interés demostrable en la resolución final del litigio y que quieran expresar sus opiniones con el fin de contribuir en el proceso judicial en marcha. En Rio Negro se encuentra vigente una ley específica que regula estas presentaciones.
La causa por el libre acceso al lago Escondido es una gesta ganada por las comunidades de Bariloche y El Bolsón, toda vez que desde el año 2009 el Superior Tribunal de Justicia ordenó al Estado rionegrino garantizar el carácter público del acceso al Lago Escondido, habilitando para su reapertura al camino de “Tacuifí” que nace en el paraje El Foyel, vía que fuera empleada históricamente por los pobladores del lugar y que se encuentra en perfecto estado para su rehabilitación, siendo el camino visiblemente más corto, accesible y que requiere menos esfuerzos presupuestarios.

Sin embargo, la influencia ejercida por el millonario inglés y la empresa Hidden Lake SA- sobre distintas gestiones gubernamentales, así como el empleo de todo tipo de ardides judiciales, han permitido dilatar excesivamente el cumplimiento efectivo de esa histórica sentencia, siendo el Estado en cada instancia el responsable por la inejecución de las obras.

Pese a todo esto, y a pesar de resultar una causa paradigmática que involucró a las comunidades y organizaciones de toda la región, el Presidente Macri elige pasar sus días de descanso en dicho establecimiento, aún a sabiendas de que su propietario (y aparentemente amigo), Joseph Lewis, se encuentra con una grave deuda sin saldar para con la ciudadanía argentina, como a la espera de algún perdón presidencial que le permita seguir disponiendo en forma exclusiva y excluyente de un lago público que nunca debiera haber dejado de ser patrimonio de todos los argentinos.

*Senadora nacional-Frente Progresista–CC ARI