Una temporada razonable en Bariloche
En la empresarial hotelera gastronómica ven que en enero hay un movimiento turístico similar o apenas menor que el mismo período del año pasado.
Consideran “prematuro” el momento para evaluar el impacto del fin del cepo cambiario y la devaluación en turismo. Aunque se percibe un mayor ingreso de chilenos, que siembra expectativas para febrero.
El ámbito turístico de la ciudad de San Carlos de Bariloche recibió con prudente optimismo las medidas económicas nacionales, que con el fin del cepo y la devaluación mejoró en parte la competitividad de sus tarifas en dólares, y está conforme con la temporada veraniega, que se mantiene en los niveles de la anterior, indicaron en el sector privado.
El gerente de la Asociación Empresarial Hotelera Gastronómica de la ciudad, Joaquín Escardó, informó a Económicas Bariloche que la eliminación del cepo cambiario y la devaluación resultante provocaron una baja de las tarifas de alojamiento en dólares, de entre un 15 y un 20 por ciento.
Por el contrario, el economista indicó que las tarifas en pesos subieron aunque mucho menos, en alrededor de un 10 por ciento.
“Esto mejora la competitividad en parte, porque hay varios factores que inciden en el movimiento turístico. Desde el punto de vista tarifario hay una mejoría para el pasajero, máxime cuando la hotelería mantuvo los precios pactados desde setiembre mientras se producía este reacomodamiento”, explicó Escardó.
Ese es el panorama que se percibe en la hotelería de 4 y 5 estrellas, y también en hoteles y hosterías de 1 a 3 estrellas, pero “no en el sector de cabañas, que tiene mucho menos margen para mejorar sus tarifas en dólares”, sostuvo.
Advirtió que este panorama es diferente para la gastronomía, un sector fuerte de la economía local, que sufrió más el impacto de la devaluación en los precios de los alimentos, con subas que “son casi imposibles de trasladar a sus tarifas”.
“Además la gastronomía viene sufriendo distintos impactos desde la erupción del volcán en 2011, con procesos inflacionarios y de subas salariales por encima de sus ajustes de precios, con lo que buscaron sostener la competitividad. Por eso este sector aún espera reacomodarse mejor”, agregó.
Dijo que el sector turístico en general, que además contempla a las agencias de viajes, excursiones y comercio, el cepo cambiario “funcionaba como un impuesto”.
“El empresario manejaba un dólar a $ 9,80, pero no podía comprar dólares a ese precio, sino a $ 13 o $ 14. Además parte importante de sus costos estaban dolarizados a otro tipo de cambio. Por eso la salida del cepo descomprimió mucho al sector”, explicó.
En cuanto al impacto en el movimiento del turismo en general, Escardó indicó que la actual temporada alta cerrará con un promedio de ocupación del 65 por ciento, en un total de 26.000 camas habilitadas.
“Será similar o apenas por debajo de la temporada pasada, no está mal. No es excelente ni pésima, es normal. Y lo interesante es que la devaluación no provocó un cimbronazo fuerte en el sector turístico de Bariloche, como por ahí sucedió en otros lados”, afirmó.
El directivo indicó que “aún es prematuro para ver cómo reaccionará el turismo proveniente del extranjero, porque su reacción es más lenta que la del pasajero nacional y además todas las monedas de la región fueron devaluadas”.
Desde este punto de vista, el sector recibió la devaluación como una compensación que mejora su competitividad frente al extranjero, aunque aún no hay datos para comprobarlo.
“Con los visitantes chilenos sí se ve una reacción particular, hay más en enero, cuando ellos suelen viajar en febrero. El efecto es como de golondrina, habrá que ver si hace verano”, expresó.
Inflación, la clave
Escardó estimó que “la clave de la economía este año, para todos los sectores, será la inflación. Este índice dirá si son más o menos efectivas las medidas que vayan adoptando”.
“La meta anunciada por el ministro Alfonso Prat Gay es de entre el 20% y el 25% para 2016, lo que me parece optimista. Nosotros analizamos los índices de San Luis y CABA, que anualizados para 2015 dieron el 26%, pero creemos que puede subir un poco más”, evaluó el economista.
Destacó que “hubo un crecimiento de la inflación desde octubre a diciembre y un nuevo impacto en los precios desde la devaluación”, refiriendo que “los consultores privados hablan de un 30 por ciento para 2016”.
“Y no hay que olvidar de ver cómo impacta el ajuste tarifario en los precios, anunciado para febrero, que marcará todo el primer semestre del año”, sostuvo. (Económicas Bariloche)