Fueron condenados los autores del robo contra Sergio Dato, ocurrido el seis de mayo del 2013

La Sala A de la Cámara en lo Criminal de Viedma, integrada por los Jueces Subrogantes Ariel Gallinger, María Luján Ignazi y Rolando Gaitán, condenó a Nicolás Rubén Quintero, Angel David León Belmar y Fernando Javier Busto y Jorge Luis Estevanacio, autores de un hecho delictivo que tuvo honda repercusión en esta capital, cuando atacaron a balazos al comerciante viedmense Sergio Dato, oportunidad en que murió Damián Héctor Salvo, cómplice del asalto que recibió un disparo de sus propios compañeros.

La Cámara condenó a Nicolás Rubén Quintero, Angel David León Belmar y Fernando Javier Busto, a la pena de diecinueve (19) años de prisión efectiva e inhabilitación especial para portar armas de fuego por el doble de tiempo de la condena, accesorias legales y costas, por considerarlos coautores penalmente responsables de los delitos de homicidio en grado de tentativa, robo doblemente calificado por acometimiento con el uso de arma de fuego y por haber sido cometido en poblado y en banda en grado de tentativa y homicidio en ocasión de robo.

Así también como autores del delito de portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal, todos en concurso ideal, calificación que concursa de forma real con el delito de portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal, en el carácter de autores.

También fue condenado Jorge Luis Estevanacio, a la pena de trece (13) años de prisión efectiva, accesorias legales y costas, por considerarlo partícipe necesario penalmente responsable de los delitos de homicidio en grado de tentativa, robo doblemente calificado por acometimiento con el uso de arma de fuego y por haber sido cometido en poblado y en banda en grado de tentativa y homicidio en ocasión de robo, todos en concurso ideal.

El 6 de mayo de 2013, a las 2,30, aproximadamente, en calle Coirón Nº 87, de esta ciudad los condenador y su cómplice Salvo, intentaron robar a Sergio Ceferino Dato, quien a esa hora había arribado a su domicilio luego de terminar su actividad comercial en el local de su propiedad de Buenos Aires y A. Barros, de esta capital.

Los delincuentes se trasladaban en un Ford Falcon dominio VXU 609 presuntamente conducido por Estevanacio. Previo a producirse el hecho, Quintero y Salvo habrían coordinado la acción convocando a los restantes, a fin de proceder al robo con armas a Dato, situación en la que todos habrían estado de acuerdo en participar.

El aporte de Estevanacio habría consistido en proveer el vehículo y trasladar hacia ese lugar, y esperar a los restantes, para luego sacarlos de la zona. A su vez, Quintero, Busto, Salvo y León Belmar serían los encargados del asalto a mano armada.

Sergio Dato se traslada a la calle El Coirón, en el barrio Don Bosco, seguido por el Ford Falcon, con sus ocupantes portando armas de fuego (una carabina 22 y una pistola 9 mm) y cuando procede a estacionar, al menos dos de los ocupantes del Falcon -entre ellos Salvo- habrían intentado abordar a Dato en la vereda de la casa, cuando estacionaba su vehículo Nissan negro dominio IOZ-606.

Al darse cuenta de que sería asaltado, realizó una maniobra evasiva y logró darse a la fuga, en el medio de una balacera donde se pudo constatar que habrían disparado contra el vehículo que conducía Dato, en siete oportunidades, ocasión en la cual uno de los proyectiles disparados impacta en Damián Héctor Salvo quien sufre una herida de bala con orificio de entrada a nivel occipital con pérdida de masa encefálica a nivel occipital que produjo más tarde su deceso, en el hospital de Viedma, adonde fue trasladado por el resto de la banda.

Dato pudo salir rápidamente de la escena del robo en medio de los disparos cruzados de sus asaltantes, quienes luego, con Estevanacio conduciendo el Falcon, trasladaron a Damián Salvo al Hospital Zatti de Viedma, ocasión en la cual ingresaron a la fuerza dañando la puerta de entrada del Sector de Guardia del nosocomio, y habrían amenazado mediante el uso de al menos un arma de fuego al enfermero Ramón Alberto Lucero, quien fue obligado a actuar bajo esa coacción y que con la ayuda de Oscar Esteban Supiciche, pudieron bajar del Ford Falcon a Salvo Damián Héctor Salvo, trasladarlo al interior de la guardia y le obligaron aprestarle inmediata asistencia médica para luego darse a la fuga.