Argentina pide a Brasil que levante la suspensión de importación de peras y manzanas

Buenos Aires (Suplemento CampoSur-Miradas al Sur).- «El Gobierno Nacional está pidiendo al Brasil que levante la suspensión de importación de peras y manzanas; para eso vamos a trabajar en conjunto con los brasileños en una auditoría del 8 al 17 de abril y a hacer los ajustes que sean necesarios para solucionar los inconvenientes. Si bien la situación es compleja, soy optimista.” Quien habla es el director nacional de Protección Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Ing. Agrónomo Diego Quiroga.

El funcionario evaluó para CampoSur la situación planteada por la decisión del Ministerio de Agricultura del país vecino de “suspender, temporalmente, la importación de frutas frescas de manzana, pera y membrillo producidas en Argentina, hasta la revisión del sistema integrado de medidas fitosanitarias de mitigación de riesgo, ante la presencia de la plaga Cydia pomonella”.

Las larvas, también conocidas como Carpocapsa, pasan el invierno escondidas debajo de la corteza de árboles, transformadas en pupas que es el estado por el que pasan algunos insectos en el curso de la metamorfosis que los lleva del estado de larva al de adulto, miden de 9 a 10 mm, son de color marrón y se transforman en mariposas adultas.

En el mes de septiembre, en la región del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, emergen los adultos, machos y hembras, que copulan, y éstas últimas colocan los huevos en forma aislada, dañando los frutos, que pierden su valor comercial. En el país hay aproximadamente 54.850 hectáreas dedicadas a la producción de peras y manzanas, en las que unos 3.600 agricultores producen anualmente un millón y medio de toneladas. El 60% de las peras y el 25% de las manzanas producidas se destinan a la exportación y el primer destino es Brasil, que recibe el 34% de las peras y el 28% de las manzanas argentinas. Nuestro país es el primer exportador mundial de peras y está en el “top ten” de manzanas.

Diego Quiroga explicó que Brasil tenía circunscripta la plaga a ciertas zonas y la erradicó a fin del año pasado y agregó que “nosotros la tenemos en zonas productivas” y con el acuerdo bilateral de mitigación de riesgo se baja la probabilidad de presencia de la plaga en la fruta. Se estableció, además, un mínimo de una auditoría anual, a partir de las cuales ya se obtuvieron resultados positivos.

“De hecho –señala el director del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca–, ya estaba pautada una visita para el próximo 8 de abril, pero en el medio surgió la Instrucción Normativa Número 5 de Brasil que suspende la importación y lo fundamenta en la detección en frontera, lo que es cierto, pero en la cantidad de envíos es prácticamente igual que el año pasado, por eso decimos que no se justifica una decisión tan drástica como la suspensión de las importaciones de estas frutas”.

Con algunos ajustes no debería haber mayores problemas en pasar satisfactoriamente la auditoría, considera el funcionario del Senasa.

Por ahora, los exportadores que tenían aprobadas sus licencias con fecha anterior a la suspensión quedaron exentos y pueden vender peras y manzanas a Brasil. Pero es necesario dar una solución de fondo, para que en el primer semestre, cuando se concreta el grueso de las exportaciones, no haya inconvenientes.

Un productor de la zona del Alto Valle, Luis Genga, aporta otro enfoque al tema y considera que el problema real no es la plaga, que “siempre existió, y ahora también, pese a las fuertes inversiones en remedios, el nudo está en la sobreproducción de peras Williams, en función de la demanda actual del mercado y el excedente quedó en la planta porque no había precio de referencia.

Se perdieron mercados porque los rusos no compran, en Europa tampoco… y ahora a Brasil no le interesa comprarnos”, afirma el productor. Completa su diagnóstico afirmando que el mercado “pone las reglas y dice que hay que comprar menos y a menor precio; no hay dónde colocar esa sobreproducción. Tampoco se puede confiar en el mercado interno, deprimido y muy descuidado”.

A juicio de Genga, “nadie va a responder por las pérdidas, es casi seguro que muchos productores de los que hasta hoy estaban resistiendo bajen los brazos y renuncien a seguir trabajando a pérdida. Por eso, para mí lo de la Carpocapsa es un cuento. Habrá que esperar la auditoría de la semana próxima y que los gobiernos brasileño y argentino lleguen a un acuerdo feliz”.

Lo cierto es que pueden existir otros motivos más de fondo por detrás de la detección de la plaga, como el lobby de los productores brasileños para “cerrar la importación”, como sucede con los cítricos. Según el especialista en Inocuidad Alimentaria, Darío Palma, las razones de la suspensión de las importaciones de peras y manzanas argentinas en Brasil, “aunque tienen una base fitosanitaria real, lo llamativo es por qué sucede justo en el momento en que el Ministerio de Agricultura del Gobierno del país hermano pasó a manos de los representantes del agro”.

Mientras tanto, los técnicos argentinos se preparan para recibir a la delegación de Brasil y solucionar el inconveniente. Ese es el mensaje oficial que adelantan desde Brasil, con la posibilidad de un encuentro entre los ministros de Agricultura de ambos países tras la auditoría para restablecer el comercio.