Los mitos del PJ rionegrino ● Jorge Castañeda

MITO Nº 1) “Los peronistas son como los gatos. Cuando parece que están peleando se están reproduciendo”. Este apotegma acuñado o reproducido por el General Juan Perón que tiende a elogiar la capacidad de los justicialistas de salir fortalecidos de las batallas internas, para el peronismo rionegrino es falso. Esa propiedad de multiplicadora ha devenido a lo largo de su historia en un drenaje constante de compañeros que después en las elecciones generales eligen otra fórmula, se cambian de partido o directamente dejan de militar.

MITO Nº 2) “Los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles”. La famosa frase con cierta dosis de ironía expresada por Jorge Luis Borges explica en parte la idiosincrasia de los compañeros. Sin embargo de los peronistas rionegrinos se podría decir no que son incorregibles sino que son inefables, con cara de plástico y plagados de estulticia.

MITO Nº 3): “Cada peronista tiene el bastón de mariscal en la mochila”. La famosa frase de Perón alude a la capacidad que tiene cada compañero de ejercer tareas de conducción. Pero lamentablemente en Río Negro tal postulado ha sido falso. Durante años los únicos mariscales que hubo entre su dirigencia han sido “mariscales de la derrota” y jamás condujeron al pueblo peronista a una victoria. Y cuando lo hicieron regalaron el poder al aliado de turno, que sí está sacando su bastón de mariscal.

MITO Nº 4) “Todos unidos triunfaremos”. Un nuevo mito de la mística y del entusiasmo peronista. Es un slogan voluntarista para inflamar a la masa de un triunfalismo que luego solo trae desencanto y frustración. En Río Negro, la dirigencia del peronismo ha estado y sigue estando desunida porque privilegia sus propios intereses antes que los del conjunto. Y tienen la nefasta tendencia a desunirse.

MITO Nº 5) “Para un compañero no hay nada mejor que otro compañero”. Falso, totalmente falso. En el peronismo rionegrino para un compañero no hay nada peor que otro compañero. La sangre casi siempre llega al río. Descrédito, desprestigio, viejas inquinas y reyertas sin gloria. Total el “peronómetro” lo tienen siempre los que tienen el poder.

MITO Nº 6) “El que gana lidera y el resto acompaña”. Otro falso mito que se enseñorea en los compañeros locales. Jamás el que ha perdido una interna acompaña al ganador. Total después son expulsados por traidores y a otra cosa mariposa.

MITO Nº 7) “Combatiendo al capital”. Eso era antes. Ahora en nuestra provincia los que acceden al cargo público en vez de combatir al capital lucran con sus dietas, viajan en avión, andan en autos de alta gama, cobran desarraigo, compran propiedades. En fin. Dan lástima.

MITO Nº 8) “El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo o a un caudillo, solo lo es de nombre”. Falso para los peronistas rionegrinos. Se han cansado de trabajar para la contra. Responden a oscuros intereses sectarios y obedecen ciegamente a los caudillos territoriales, como si lo que estos dijeran fuese palabra santa.

MITO Nº 9) “Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando u n peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca. En Río Negro es otro mito. Los compañeros de la dirigencia son más arrogantes que un pavo real y sueñan con gozar de los buenos privilegios de los oligarcas: cargos públicos, poder y otras yerbas parecidas.

MITO Nº 10) “La política no es para nosotros un fin, sino solo el medio para el bien de la Patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional”. Acá en nuestra provincia la política es tan solo un medio para salvarse algunos vivillos y ejercerla como una profesión liberal. Y así nos va.

MITO Nº 11) “En la acción política la escala de valores es la siguiente: Primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres”. Lamentablemente en cada elección interna o general acá se hace todo lo contrario: primero los hombres, que como dijo Perón “están enfermos de importancia”.

Algún día llegará otro conductor como el General Perón en este pueblo a mandar y se terminará la farsa y el oropel de una dirigencia que no ha sabido estar a la altura de la circunstancias. El tiempo –ese gran trabajador- los sabrá juzgar.

Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta