El desconcierto reina en el radicalismo

Viedma (ADN).- Hay desconcierto. Llegará el sábado y los convencionales radicales viajarán al Valle Medio cada uno con su propio libreto, vinculado al último aliento de la supervivencia individual que a forjar un proyecto de poder de salvación colectiva.

Persisten los mismos intereses. Quienes, como algunos intendentes, que ven como una salida de permanencia un acuerdo con el gobierno de Weretilneck, sumados a otros dirigentes con diálogo fluido con la Casa de Gobierno; otros que sostienen la necesidad de ir solos con la Lista 3 UCR, más cerca del suicidio que de la esperanza, y un tercer grupo que amparados en la línea política nacional insiste en una alianza con el ARI, Socialistas, Libres del Sur e incluso el PRO, a pesar que el macrismo decidió probar suerte con lista propia.

Mucho se ha escrito sobre estas tres posiciones, pero también late en el corazón de algunos dirigentes radicales, como Oscar Machado y el propio Horacio Massaccesi, titular de la UCR, dejar en libertad de acción para elegir cualquiera de estas alternativas, una alternativa que no contiene la diáspora, la alienta.

En un partido en franco deterioro, ir con esta propuesta sería institucional el caos y el sálvese quien pueda, porque de hecho los intedentes que compiten el 3 de mayo ya jugaron sus cartas, la mayoría con el gobierno, que por otra parte no quiere hacerse más cargo de la interna radical que utilizó y le sirvió para sus políticas legislativas, y por lo tanto queda definir una actitud frente a las elecciones provinciales del 14 de junio.

Libertad de acción puede interpretarse como un total descompromiso con el afiliado y el votante radical, que por ejemplo en Viedma, quiere defener el municipio y a José Luis Foulkes, que logró una alianza con el Frente Progresista.

Una alianza Ari-UCR tiene una eventual performance del orden del 23 por ciento de los votos, de acuerdo a una encuesta provincial que tiene el gobierno, un piso nada despreciable. Las circunstancias también traen consigo la se disputa por los espacios electorales, sobre todo en las listas de legisladores.

Las negociaciones con el ARI contemplarían, según trascendidos, que la UCR tendría el lugar del vicegobernador y tres lugares en la sábana, en zona blanca, incluyendo el cupo feminino, habrá un espacio para el socialismo y el resto lo ocuparán los aristas. La conformación de los circuitos tienen características dispares y vinculadas al poder territorial de los municipios y el peso local del radicalismo.

La UCR no sólo llega a la Convención provincial desconcertada, también con complejo de culpa y el mandato histórico de salvar al centenario partido de una posible división, que se aprecia como inexorable.