Complejo escenario ● Osvaldo Nemirovsci

Sin agregar adjetivaciones que violentan los discursos y sin sumar a acriticismos propios que no ayudan, intentamos cavilar para desmalezar el tupido y complejo escenario que la política nos ofrece en estos días.

Hay intereses permanentes que, con más o menos poderío, han sujetado las decisiones que pesan en la economía, en la política y en la cultura desde hace muchos años. No son ajenos a estos núcleos de tradición dominante los monopolios y grandes rentistas, los mas importantes medios de comunicación y lo sectores mas corporativos de la justicia. Durante años se sumó como “patovica” de este entramado de incumbencias la camarilla militar de los altos, y permanentemente golpistas, mandos.

Para ser justos y la generalización no lo es, preferimos decir que “gran parte” de ellos aprobaron enormes expoliaciones que dejaron económicamente indefensos a millones de argentinos, abonaron la dictadura cívico-militar y las dictaduras en general, se congratularon con la desaparición de delegados gremiales que perturbaban la marcha explotadora de sus empresas y vivieron, en una suerte de reino del revés, con satisfacción cada etapa en que los sectores populares la pasaban mal.

Hoy se percibe una continuidad en sus accionares. La tremenda embestida contra la presidenta muestra una decisión de enmarañar el tramo final de un gobierno democrático que en poco tiempo se retirará del poder. Y porqué es así si falta tan poco para que Cristina deje de ser Presidenta? Porqué los anima una vocación de ejemplificar con dureza a los que vienen y dejar el mensaje concreto de que no puede haber un gobierno peronista, transformador y con mejor performance en la distribución de la riqueza

Y esto no tiene nada que ver con las medidas judiciales que buscan dilucidar el trágico final del fiscal Nisman, lo cual muchos deseamos que se resuelva cuanto antes, y el esclarecimiento definitivo de la tragedia argentina que significó la voladura de Amia, lo cual también anhelamos que cuanto antes sus responsables sean enjuiciados, condenados y encarcelados.

Se distinguen límites que exceden las necesidades procesales, se ven tenaces campañas contra la presidenta que rondan no solo la mendacidad acusatoria sino el encarnizamiento personal. Regresa, luego de años, el odio de clase, la visceralidad antiperonista que hace retroceder a nuestra sociedad 50 años atrás. Y no somos nosotros quienes abonamos ese demérito.

Sin caer en miradas inútilmente conspirativas, apreciamos también alguna representación incumbida de embajadas extranjeras que, dejando de lado la cordialidad de su mundo globalizado, participan en acciones políticas de nuestras fronteras adentro.

Este, nuestro gobierno ha transitado rumbos de nacionalismo económico, alienta el industrialismo generador de riqueza y empleo, fijó reglas de relación laboral sostenidas por paritarias, rompió la simbología nefasta de los grandes propietarios rurales de creerse los dueños de la Patria, peleó y lo hizo con la legalidad republicana para regular la actividad de los medios (otros dueños de la Patria!), incorporó a la dignidad de un salario y a la posibilidad del consumo a millones de adultos mayores que no tenían jubilación, mejoró condiciones alimentarias y de educación y salud con la AUH, mantiene una clara decisión solidaria con la América cercana y tiene a mas de 450 genocidas en prisión.

No es mucho tal vez, pero alcanza para que los que siempre quieren todo se sientan amenazados en su dominio y en la tranquilidad de sus impunidades.

Para defender lo hecho hay que movilizarse y cerrar el camino de los intentos reaccionarios. No vamos a retroceder a los tiempos monetaristas ni a la hecatombe de la estructura industrial que, con mucho esfuerzo, se ha ido recuperando. No vamos a reendeudarnos irresponsablemente al capital financiero sostenido, hoy mas que nunca, por mafias bancarias y ministros de economías “primermundistas”.

Justicia sí, desde ya. Y que vayan presos los corruptos sean de donde sean. Pero que quede claro que hoy esa justicia que se pregona y requiere está muy detrás de las potestades políticas que buscan castigar la osadía de un proyecto nacional que nos quitó dependencia y humillación en bastante medida. Y que, obviamente porque sí somos republicanos y democráticos, sabemos que ese proyecto se expresa en la figura de la Presidenta de la Nación.

Osvaldo Nemirovsci Coordinador General del Sistema Argentino de TV Digital
Diputado Nacional MC – Precandidato a Gobernador por PJ – FpV de Río Negro

Título original: “Un Proyecto Nacional que, hoy representado por Cristina, molesta a los que siempre quieren todo”